En el ámbito personal todo el mundo
me conoce como Alex y me di cuenta de
que mi nombre era demasiado pesado.Me
hubiese gustado cambiarlo antes, pero los
agentes me decían que era una locura. De
alguna manera, tenía una necesidad de
liberarme y ser yo misma, sin la pretensión
de un nombre tan rimbombante, y debo
decir que ahora me siento mucho mejor.
O sea que no se trata de un asunto de marketing.
No, es más, el cambio me supuso una
dificultad. Por ejemplo, Harmonia Mundi, la
discográfica con la que trabajo desde hace
varios años, no se lo tomó muy bien, porque
para ellos suponía un gran esfuerzo
tener que explicar que se trata de la misma
persona pero con nombre distinto. Pero,
después de una reunión en la que tuve que
imponerme un poco, lo cambiaron.
Precisamente con Harmonia Mundi ha grabado
varios discos junto a René Jacobs, del
que se ha convertido en una de sus musas.
¿Qué extrae del trabajo con el maestro?
He aprendido más de él que de cualquier
otro director con el que haya podido
trabajar en los últimos diez años. Me ha
abierto una puerta que jamás pensé abrir,
porque nunca me vi como una cantante
barroca. Del barroco se aprende de las
sutilezas y de detalles que después te das
cuenta que son fundamentales para cantar.
Cuando lo de un estilo lo aplicas con
sabiduría a otro es cuando un artista se
vuelve maduro. En cierto modo, cantar la
Salomé de Strauss o Agrippina de Händel,
pese a que parecen completamente diferentes,
llegan a aportarse mucho y te ayudan
a confeccionar un personaje veraz e
interesante.
El año pasado logró su tercera nominación al
premio Grammy con la Agrippina que dirigía
Jacobs. No ganaron, pero ¿cómo se vive un
acontecimiento tan mediático?
Es algo que en América es muy importante
y atrae mucho al público.Pero yo lo
veo un tanto superficial, pues está más
relacionado con el marketing y las ventas.
Es innegable que, por una parte, te hace
ilusión, porque te escogen entre muchos
discos, pero,por otro lado, los cinco nominados
de clásica no teníamos nada que
ver los unos con los otros. Comparar una
ópera de Händel con todo el Anillo del Metropolitan
es una locura.
Esta es su temporada número 27 y lleva
cantando profesionalmente desde los 17
años. Triunfando tan joven, ¿de dónde sacó
tiempo para estudiar canto?
Yo crecí en un teatro, porque mi madre
era soprano e iba a todas sus funciones.
Creo que es muy importante tener lo que
llamo “intuición vocal”,que es algo innato.
Es fundamental escuchar muchísima música
y tener un buen maestro que te sepa
guiar, por eso empecé así de rápido.
¿Ha sentido mayor presión al haber tenido
a Valerie Popova como madre?
Siempre he intentado ser tan buena
como ella, aunque nuestras voces eran distintas.
Cuando empecé tenía la voz muyaguda y ligera e
hice un repertorio que ella no había hecho, y ella
cantaba muchascosas que yo ni he cantado ni cantaré.
Pero fue un ejemplo a seguir y a imitar.
Con 19 años ganó el Concurso Internacional
e Canto de Bilbao y en los últimos años
la hemos visto en Barcelona, Madrid o, este
enero, en Oviedo. ¿Siente un especial vínculo
con España?
Aquí di mis primeros pasos. Mi debut fue
en Bilbao con Lucía y después también
canté ahí Un ballo in maschera y La Creación
de Haydn en Pamplona, pero en conjunto
no he trabajado mucho en España, aunque
estoy muy contenta de haber regresado
para el Don Carlo en Oviedo, pues este
es un país con un gran aprecio por la voz.
Solo hace falta ver que los grandes cantantes
del s. XX son españoles. En España hay
una gran intuición vocal, como en Italia.
Con su debut como Éboli pudimos ver un
importante cambio en su registro. Usted está
acostumbrada a personajes que le exigen
grandes agudos. No obstante, Éboli requiere
más bien graves. ¿Cómo lo preparó?
Primeramente, intenté ser fiel a mi instrumento
y evitar cosas que no tuviesen nada que ver con
mi estilo. La Éboli escantada normalmente por
mezzos, pero yo la quise hacer con mi voz de
soprano, afrontando la dificultad que ello conlleva.
He procurado no dar mucho peso ni bajar
demasiado la voz. Por este motivo me
han preguntado varias veces si me he
convertido en mezzo, pero yo digo que
no. No pretendo ser una mezzo y nunca lo
seré (risas). Antiguamente los cantantes
cantaban con mayor libertad. Si pensamos
en la Malibrán, ella un día hacía
Semiramide y otro Arsace, nadie le preguntaba
si era contralto o soprano. Pero
ahora estamos habituados a pensar de
un modo más cuadriculado y tendemos a
encasillarlo todo. Esto lo he aprendido
mucho del repertorio barroco, porque ahí
no sucede.Hay muchas mezzos que cantan
Agrippina de maravilla y nadie se sorprende.
Usted tiene dos hijos, ¿Ha afectado mucho
la maternidad en su voz?
Sí, la voz me ha cambiado mucho. Aunque
siempre ha ido evolucionando de
forma natural, y no sé exactamente por
qué motivo. Tengo una tesitura muy
amplia. No es una voz de soprano lírico,
pues no tengo ese centro lleno de las líricas,
pero sí abarco tres octavas. Con los
años los graves se han vuelto más oscuros
y también el registro agudo se ha tornado
algo más pesante y he perdido un poco de
ligereza. Pero también he ganado sustancia
en los otros registros.
¿Cómo hace para combinar su vida familiar
con el canto?
Es difícil,como sucede a todos mis colegas,
porque estamos siempre lejos de la
familia. Aunque cuando tenemos tiempo
libre pasamos las veinticuatro horas del día
juntos. Por suerte, hoy en día las comunicaciones
son fáciles y es sencillo ir a casa a
pasar un fin de semana o estar todas las
noches en Skype. No obstante,los hijos tienen
que saber que los padres deben estar
felices con su trabajo y eso es lo que les he
intentado explicar a los míos. Para poder
ser una buena madre tengo que ser feliz,
y para ser feliz debo cantar.
En 2012 debutó Salomé de Strauss, lo que
marcó un giro absoluto en su carrera. En la
producción tenía que cantar desnuda. ¿Cómo
se afronta un reto así?
Lo de cantar desnuda fue algo a lo que
llegué junto a la directora escénica al adentramos
en el propio carácter de la ópera.
Cuando Óscar Wilde creó la novela que dio
lugar a la ópera, se trató ya de un personaje
revolucionario. En ese momento, la mujer
estaba en proceso de pasar de ser inexistente
a igualarse al hombre. Desde mi
punto de vista, el cuerpo de Salomé no
significa el de la mujer que se desnudaba
frente a Herodes, sino el de la mujer que
muestra el límite para llegar más allá y
lograr la igualdad con el hombre. Tradicionalmente,
se quita la ropa en la Danza de
los siete velos, pero yo no la veo como un
objeto de deseo para los hombres.
En los tiempos que corren se da mucha
importancia al físico, ¿considera que es algo
que puede condicionar que se contrate o no
a un cantante?
El físico no importa a la hora de ser un
gran músico o un gran intérprete.Si el cantante
me hace sentir algo,me da igual que
sea delgado, guapo, feo o gordo. Hoy en
día convierten a chicos jóvenes en estrellas
y al poco nadie se acuerda de ellos. Es más
fácil ser una estrella, pero también lo es
caer en el olvido. A mí lo que me interesa
son carreras como la de Mariella Devia, una voz con un don
y a la que me sientoafortunada de poder escuchar,no
esos chicos guapos que cantan tres años y desaparecen.
¿Y qué opina de que sean tan importantes
las dotes como actores de los cantantes?
Creo que es lógico, porque a fin de
cuentas la ópera es teatro. La gracia escénica
del cantante es fundamental, pero
también es importante que el director de
escena logre que el personaje crezca y consiga
transmitir sentimientos.
Cambiando de tercio, como sabe, España e
Italia están sufriendo fuertes recortes en cultura
a causa de la crisis económica. ¿Los cantantes
de su nivel también se ven afectados
por esta crisis?
El hecho de que un teatro hiciera antes
siete producciones y que ahora haga cuatro
quiere decir que hay menos trabajo.
Sufrimos todos, pero no es la primera crisis
económica que vivo en mi carrera.
Recuerdo también la que hubo en los 90
y,bueno,son cosas que pasan y de las que
se sale.Debo decir también que en mi profesión
mucha gente se ha enriquecido de
una forma vergonzosa, y no hablo solo de
los cantantes.
Se la encasilla mucho en el repertorio
barroco, aunque no es lo que más ha cantado.
¿A qué se debe?
He cantado muy poco barroco. De
hecho, solo he hecho Agrippina de Händel,
Giulio Cesare in Egitto de Sartorio y Sesostri de
Domènech Terradellas. Eso es todo. Lo que
sí he cantado mucho es Mozart, que obviamente
no es barroco. También he hecho
algún Gluck y como diez papeles de Donizetti,
otros diez de Verdi, más de diez de
Mozart y algún Bellini, entre otras muchas
cosas, aunque de barroco no he cantado
nada,en comparación. Además, no puedo
hacer solo barroco, me sentiría oprimida.
Donde mejor me siento es con Rossini,
Donizetti y el primer Verdi.
La recuerdo especialmente en Sesostri, que
hizo en 2010 en L’Auditori de Barcelona en la
primera reposición en tiempos modernos de
la ópera. El proyecto partió de la Real Compañía
Ópera de Cámara. El concierto se editó
en CD, pero creo que tuvieron ciertos problemas.
¿Qué ocurrió?
Sí. Básicamente lanzaron el disco sin
haber pagado a los cantantes. Fuimos a
Barcelona,ensayamos,hicimos el concierto
y después nos marchamos y ellos tenían
que hacer la transferencia, como se
hace siempre, pero nunca llegó. Pagaron
solo una pequeña parte del proyecto.Escogieron
un cast de primer nivel internacional,
con voces como las de Sunhae Im y
Kenneth Tarver.Sabían cuánto costaba,por
lo que no entiendo por qué nos contrataron
si conocían nuestros cachés y no tenían
dinero para pagarnos.
¿Cuando se recupera un título del olvido, se
siente una mayor responsabilidad frente a la
partitura?
Sí, porque son óperas a las que damos
una segunda vida. Hay títulos que logran
entrar en el repertorio y otros que se quedan
en un simple disco, pero nunca se
sabe. Por ejemplo, hace treinta años nadie
sabía nada de La Calisto de Cavalli y ahora
ha entrado en el repertorio, pero eso no
puede suceder con todas las óperas, porque
tampoco todas lo merecen.
Grabaciones recomendadas:
Genuine: Arias
Alex Penda, soprano
| Orquesta Sinfónica
de Bulgaria |
Eraldo Salmieri,
director | Spotlight
MK 20090
Arias de Ernani, Il Trovatore, Roberto
Devereux o Ermione, entre otras, se
ven las caras en un álbum en el
que la soprano despliega al
máximo su amplio potencial vocal
y su gusto y refinamiento para el
repertorio italiano. Sin duda, un
imprescindible de los amantes del
bel canto.
MOZART |
Idomeneo | RIAS
Kammerchor |
Freiburger | René
Jacobs, director |
Harmonia Mundi
HMC 902036 38
Idomeneo es una de las tres
grabaciones mozartianas que
Penda ha llevado a cabo con
Jacobs junto a La finta giardinera y
La clemenza di Tito. Su intervención
como Electra, al igual que el
conjunto de esta versión, presentan
una visión renovada y referencial
de la ópera de Mozart.
HÄNDEL | Agrippina
| Varios solistas |
Akademie für Alte
Musik Berlin | René
Jacobs, director |
Harmonia Mundi
HMC 952088 90
Posiblemente Agrippina sea una de
las óperas que mayor propulsión
ha dado a Alex Penda y, al mismo
tiempo, la soprano se ha convertido
en una de las Agrippinas más
brillantes de la historia discográfica.
Aquí la intérprete hace gala de sus
infinitas posibilidades vocales,
dibujando un personaje de gran
carácter y fuerte psicología.
ROSSINI | Semiramide |
Varios solistas |
Camerata Bach Choir,
Poznan |Virtuosi
Brunensis | Antonino
Fogliani, director | Naxos
8.660340-42
Los personajes de Semiramide y de
Alsace son encarnados por Alex Penda
y Marianna Pizzolato. Dos vertiginosas
carreras que se unen en lo que supone
una combinación estelar de primer
orden y de solventísima resolución.
Ambas son voces de potente
instrumento y de perfecto control tanto
del fiato y el filato como de la
coloratura, aptitudes imprescindibles
para hacer frente a un título de la
magnitud de Semiramide.