El saxofonista Pedro Pablo Cámara acaba de lanzar al mercado su nuevo álbum, que contiene una selección de sonatas y partitas de Johan Sebastian Bach y su hijo Carl Philipp Emanuel. Él mismo ha realizado la transcripciones siendo muy fiel a los manuscritos y ‘cantando’ con el instrumento. Una apuesta personal y arriesgada que tiene el aval de muchos años de trabajo y una gran pasión por este repertorio.
Por Susana Castro
‘Para mí lo más importante es presentar la música en la que uno cree, la música que cada uno ama’. Pedro Pablo Cámara
Acaba de publicarse tu último disco dedicado a Johann Sebastian y Carl Philipp Emanuel Bach. ¿Cuál es tu relación con este repertorio de los siglos XVII y XVIII?
Durante más de 10 años, la música antigua ha sido una gran parte de mi campo de estudio, algo que, además, ocupa gran parte de mi corazón. Y eso es para mí lo más importante: presentar la música en la que uno cree, la música que cada uno ama.
Como músico, le debo mucho a la música del XVIII por todo el conocimiento que me ha aportado y me sigue aportando. Es más, estoy convencido de que para entender la música dedicada al saxofón debemos hacer un estudio en profundidad de lo siglos XVIII y XIX.
Durante mis estudios dediqué gran parte de mi tiempo a la música antigua con músicos como Sergio Azzolini, Amandine Beyer, Ferenc Rados… Gracias a ello pude darme cuenta de que tenía que desarrollar una nueva aproximación a mi forma de tocar el instrumento. Es lo que llevo intentando poner en práctica durante estos años y me encanta.
¿Cómo describirías las obras contenidas en este trabajo? ¿Qué crees que puede aportar a ellas un instrumento como el saxofón?
El contenido musical de este disco es de una riqueza tan extrema en tantos aspectos que me parece muy complicado dar una respuesta general. Pero te diré que son un homenaje al ritmo, a la armonía, a la polifonía en un instrumento monódico, a la articulación y al placer del instrumentista de poder enfrentarse a unos textos tan exquisitos. Son una oportunidad para encontrarse con uno mismo.
La música es precisamente eso, música, mucho más allá de estéticas; siempre, claro está, que podamos mantener su esencia, siempre que podamos encontrar el lenguaje y el mensaje de cada obra. Por supuesto, el instrumento debe responder a las necesidades de la música, debe estar siempre supeditado a ella. Para ello, uno tiene que encontrar su propio método, técnica, algo que intento mejorar cada día en mi estudio. El saxofón es un instrumento muy polifacético, te ofrece una paleta de posibilidades muy amplia, sobre todo tímbricas, pero también en cuanto a la flexibilidad, que bien conectadas hacen que pueda ser un instrumento apropiado para este repertorio.
‘La música es precisamente eso, música, mucho más allá de estéticas’. Pedro Pablo Cámara
¿Qué aporta tu visión a estas composiciones?
Cuando decidí ahondar en este repertorio y realizar una grabación en lo último que pensé fue en el saxofón. Mi finalidad como músico es mostrar que con el saxofón podemos hablar este lenguaje, pero pensando en que el oyente pueda disfrutar de la música, no solo del instrumento. Digamos que siempre he tenido en mente ofrecer una versión propia, pero intentando que fuese la misma si tocase otro instrumento. El foco para los intérpretes debe ser siempre el mensaje, el significado, no solo la técnica, que es un medio.
Mis interpretaciones están indagando en las posibilidades del ritmo, de la línea, prestando atención especialmente a las diferentes voces y motivos de la polifonía de Bach, intentando siempre no solo tocar, sino cantar con el instrumento. Durante estos años he intentado estudiar este repertorio como hacen los intérpretes especializados en él. Pero, al final, cuando tomas la música como tuya, intentas olvidar lo estudiado y dejarte llevar dentro del lenguaje adquirido y priorizar en las posibilidades energéticas. No debemos olvidar que la música del siglo XVIII pretende contarnos algo y para ello debemos hablar. Eso es lo que pretendo aportar: mi propia voz de estas magníficas obras.
‘El foco para los intérpretes debe ser siempre el mensaje, el significado, no solo la técnica, que es un medio’. Pedro Pablo Cámara
¿Cómo has abordado las transcripciones contenidas en el álbum? ¿Cuáles han sido tus guías para llevar a cabo tan compleja tarea?
Es una magnífica pregunta pues dos de las obras se presentan tal cual, las que son originales para flauta, pero con las partitas de violín la tarea no era tan obvia y clara. Para las obras de violín he decidido no adaptar las danzas que tienen dobles cuerdas, ya que si bien es una técnica que se puede imitar, nunca se puede conseguir. Una de las premisas en mi código musical en la adaptación es no tocar lo que es muy idiomático. No tiene sentido emplear registros anómalos del instrumento, cuando en esa época en los instrumentos de viento no era común, por ejemplo. He usado técnicas como el doble picado, pero dentro de un uso muy ligero y suave, solo en el Double Presto de la Partita núm. 1, siempre con un fin musical, nunca de exhibición.
El estudio de las partituras ha sido desde el manuscrito, las versiones Urtext y algunas ediciones, principalmente usando la Neue Bach Ausgabe. Para Carl Philipp Emanuel he trabajado desde The Complete Works de la Packard Humanities Institute.
Mi intención ha sido mantener las tonalidades originales, pero solo cuando es compatible con el saxofón. Las dos obras para flauta en La menor están tocadas en Sol menor, leyendo directamente desde el original, ya que funciona mucho mejor para el instrumento. Además, en esta época no se tocaba en la afinación de hoy; La menor (442 Hz) hubiese sonado en la época bastante cercano a La bemol menor, por lo que no veo el sentido para la transcripción a La menor.
El mayor riesgo ha sido elegir las diferentes danzas de las partitas. He buscado elegir las danzas en un orden lógico, teniendo en cuenta las posibilidades del saxofón. La idea ha sido crear una Partita para saxofón de Bach desde una selección de danzas de diferentes partitas. He trabajado mucho en las tonalidades, intentando llevar la música a la misma tonalidad o a tonalidades cercanas para mantener la idea de una única obra, una partita. No he podido unificar la obra en una tonalidad debido al rango del instrumento, por lo que he tenido que escoger dos tonalidades, una para las danzas de la Partita núm. 1 y otra para la Partita núm. 2; finalmente Fa menor y Do menor, tonalidades bastante compatibles y cercanas. Ha sido arriesgado y personal, pero es la única manera de arreglar esta genial música para saxofón sin realizar demasiados aspavientos innecesarios; pienso que el resultado es natural y todas las obras llegan a funcionar perfectamente.
‘La idea ha sido crear una Partita para saxofón de Bach desde una selección de danzas de diferentes partitas’. Pedro Pablo Cámara
¿Cuál es tu relación con la obra de estos dos compositores?
Como ya he dicho, mi relación con la música del XVIII, y en concreto, con Bach se remonta a mi época de estudiante. Es una música que, obvio, siempre me ha tenido atrapado y he estudiado siempre que he podido. En los últimos años, la música de Carl Philipp Emanuel ocupa gran parte de mi repertorio, he adaptado más de diez obras, algunas de ellas grabadas en otros discos. Lógicamente, la música de Bach me ha parecido siempre fascinante, pero creo que el punto de inflexión con este repertorio fue conocer a Sergio Azzolini, quien no solo propició que mi pasión continuase, sino que supiese cómo abordarla y comprenderla.
Ya son varios los álbumes de estudio que has grabado en los últimos años, ¿te sientes especialmente cómodo en este registro?
Nunca se siente uno cómodo del todo delante de los micrófonos, pero es verdad que cada vez es un acto más natural y sencillo para mí. Nunca es fácil sentirse del todo libre en esta situación, pero he de reconocer que ese punto de tensión me gusta, lo disfruto, al igual que aborrezco escucharme después de ser editado el álbum.
¿Podremos escuchar este repertorio en vivo próximamente?
Durante los últimos años he tenido el placer y la suerte de poder mostrarlo en numerosos conciertos, siempre en vista de llegar a la grabación con una experiencia holgada que ofrece el concierto. Ahora tengo algunas presentaciones donde obviamente tocaré algunos números, pero me temo que necesito dejarlo reposar, aunque estoy seguro que volveré a programarlas pronto.
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