Entrevista a Raúl Viela con motivo de la publicación de su nuevo álbum
Por Susana Castro
Acaba de salir a la luz su nuevo disco, La guitarra triunfante, editado con el sello La mà de guido. ¿Cómo nace este proyecto tan especial? ¿De dónde toma su nombre?
El proyecto nace y toma su nombre de la lectura de un artículo escrito por el musicólogo Adolfo Salazar en mayo de 1925 en el periódico El Sol. El título de dicho artículo es La guitarra triunfante, donde Salazar ensalza el momento brillante que vive la guitarra del momento.
¿Qué obras podemos encontrar en este álbum?
El repertorio escogido parte de una cuádruple vía y se basa en lo que, en mi opinión, llevó a Salazar a denominar el momento de la guitarra como triunfante. Por un lado, la recuperación de repertorios pasados (Milán, Bach, Sor); por otro, la labor de guitarristas compositores (Tárrega, Llobet, Pujol); en tercer lugar, la guitarra como inspiración e icono de lo español (Albéniz, Falla); y, por último, la aparición por primera vez en la historia del instrumento de compositores no guitarristas (Manén, Antonio José).
Al mismo tiempo, el repertorio de esta grabación presenta algunas novedades como son las aludidas piezas de Albéniz y Falla, en este caso con arreglos poco habituales en el canon internacional y de remarcada inspiración guitarrística. También vienen con cierto ápice de novedad las obras de Manén y Antonio José, aquí revisadas según los manuscritos (y algunos apuntes de la versión orquestal en el caso de Manén) con una interpretación que varía por momentos según las versiones más hasta ahora escuchadas.
¿En qué momento cree que se encuentra la guitarra a nivel nacional e internacional? ¿Cree que continúa siendo un instrumento ‘triunfante’ para el público?
Creo que dicho ‘triunfo’ todavía sigue. De alguna forma, la guitarra llegó hace ahora un siglo al estatus que tanto merecía como instrumento de concierto para establecerse como tal de manera definitiva. Hoy día son numerosísimos los festivales, cursos, concursos, investigaciones, editoriales, grabaciones que tienen que ver con la guitarra y que verifican su esplendor y asentamiento como instrumento de concierto. Eso sí, creo que todo ello ha nacido en un entorno más bien guitarrístico y que el reto, ahora en el siglo XXI, podría ser el de tratar de consolidar al instrumento en otros ámbitos como el sinfónico, por ejemplo, en el que la guitarra solo aparece de manera muy esporádica.
Es su primer proyecto discográfico como solista, ¿espera poder llevarlo al formato de concierto pronto? ¿Ya tiene compromisos cerrados?
De una forma u otra, desde meses atrás, ya he hecho algunos conciertos en España y el extranjero que han tenido que ver con la idea de La guitarra triunfante. Si bien, y ahora que el cedé ya se encuentra a la venta, toca cerrar nuevos compromisos para los próximos meses que espero poder anunciar en poco tiempo.
Su repertorio normalmente reivindica la maestría de compositores españoles históricos, ¿siente curiosidad por la música de nuestro tiempo? ¿Cómo valoraría la música para guitarra clásica que se está haciendo actualmente en España?
Como solista, mi labor está más centrada en el repertorio de tiempos pasados. La idea es, a través de la investigación, tratar de aportar visiones que renueven o complementen aportaciones historiográficas ya hechas. No obstante, el trabajo con la música de nuestro tiempo también es una faceta que me ha interesado mucho.
Creo que este compromiso debería ser casi ‘obligatorio’ para todo intérprete. Especialmente con el Cuarteto de Guitarras Terpsícore ha sido con quien he ejercido dicha labor, a través del estreno mundial y absoluto de alrededor de una veintena de obras originalmente creadas para nuestra formación. Por otro lado, la música destinada al instrumento hoy día es, a mi juicio, rica, ecléctica, miscelánea, resumen del mundo en el que vivimos.
¿Cree que la guitarra está suficientemente considerada por los programadores en la actualidad? Hay muchas voces que apuntan que se valora el instrumento más fuera que dentro de nuestras fronteras.
Al hilo de lo que comentaba antes, sí creo que está muy valorada, sobre todo desde un punto de vista interno. Su crecimiento desde sí misma ha sido ingente. Pero creo que sigue faltando todavía cierta aceptación, así como eliminar ciertos prejuicios de un modo más general.
Desgraciadamente, la presencia de la guitarra en igualdad de condiciones en festivales o ciclos de solistas y camerísticos de, por ejemplo, las grandes salas de concierto, sigue suponiendo todavía un reto. O no digamos ya en el terreno sinfónico, en el que la presencia de la guitarra se reduce considerablemente. Y no será porque no existan hoy día numerosos conciertos para guitarra (o guitarras) y orquesta. Si la meta hace un siglo fue la de asentarse como instrumento solista de concierto, quizá en este siglo XXI el objetivo pueda ser consolidarse en círculos más amplios.
Usted también tiene una gran actividad camerística. Desde hace casi veinte años forma parte del Cuarteto de Guitarras Terpsícore, desde 2007 tiene el Dúo de Guitarras enArmonía con Ana Jenaro y, más recientemente, Alenta Dúo con la violista Ana Valero. ¿Este disco supone un punto de inflexión en su carrera? ¿Va a dedicarse más al ámbito solístico a partir de ahora?
Quizá ahora con la publicación de La guitarra triunfante tenga cierta tendencia en los próximos meses a poder destacar más mi labor como solista. En cualquier caso, la música de cámara sigue y seguirá siendo en mi caso una pieza fundamental. En ella me siento muy cómodo y creo que, en esencia, ejemplifica lo que en sí supone uno de los valores intrínsecos y más notorios de la música: compartir.
Acaba de volver de una residencia artística en Guinea Ecuatorial, durante la que también ha ofrecido dos conciertos. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Qué tal le han acogido en el país?
Ha sido una experiencia magnífica. Parte de mis conciertos en el extranjero han tenido lugar, en diversas ocasiones, en países donde el circuito de la música clásica no llega de forma tan habitual como en el mundo occidental. Líbano, Camerún, Kenia, Tanzania, Etiopía, Djibuti, Cabo Verde, Pakistán, Trinidad y Tobago… han sido algunos de los países más exóticos que he visitado.
El hecho de poder explorar nuevos auditorios y poder llevar a la guitarra a sitios donde antes apenas o nunca había estado, supone un hecho importante para mí como músico y como persona. Este último viaje a Guinea Ecuatorial ha sido igualmente excepcional que los anteriores, en el que el público ha acogido una vez más a la guitarra de una forma cálida y agradecida.
Deja una respuesta