Este mes de diciembre el tenor italiano Piero Pretti cantará el rol de Pinkerton en Madama Butterfly en su debut en el Palau de les Arts de Valencia. Pinkerton es un rol que ya ha cantado en teatros como el Met de Nueva York, la Ópera Nacional de París, la Ópera Estatal de Baviera o la ABAO de Bilbao, entre otros.
Por Luis Antonio Santamaría
‘El fiato es el motor de la voz y del canto. Sin el fiato no existe el cantante’
¿Qué es lo que más le gusta del rol de Pinkerton? ¿Cuál diría que es la gran dificultad para un tenor cuando canta Puccini, y este rol en particular?
Sí, es mi primera vez en Valencia y estoy entusiasmado. Es un teatro fantástico y tenemos un gran equipo. He cantado muchas veces Butterfly, y todavía recuerdo con gran emoción cuando lo debuté en la New Zealand Opera en Auckland, y después en Wellington.
Me gusta mucho cantar Madama Butterfly por distintos motivos. En primer lugar, por la fantástica música de Puccini, que es de una modernidad impresionante; la ópera trascurre como si fuera una película y la música te envuelve emocionalmente. Me gusta, además, porque es muy teatral desde los primeros compases con Goro y luego con Console, está la boda, el tío Bonzo y, para terminar, el fantástico dúo de amor con Butterfly.
La gran dificultad en Puccini, como en cualquier otro autor, es la de tener un profundo conocimiento de la partitura y tener claro el lenguaje musical pucciniano, que en este caso es diferente del de Verdi como también lo es naturalmente de otros compositores. También hay una serie de detalles técnicos a tener en cuenta porque el fiato cambia debido al legato, que es distinto con respecto a otra escritura, y también cambian los acentos y los rubati, y el estar en el tempo de diferente manera. Se necesita también tener un buen feeling con el director de orquesta y tus compañeros de escenario.
‘Creo que en este momento de mi vida, el rol perfecto es Un ballo in Maschera de Verdi’
En su extenso repertorio encontramos títulos de belcanto, Puccini, Verdi, verismo… ¿Cómo afronta vocalmente los diversos estilos? ¿Cuál es el rol que mejor encaja con su voz en este momento?
En un pasado no muy lejano era la práctica normal y, por lo general, la misma voz cantaba roles que hoy se piensa que están lejanos entre ellos. Algunos tenores cantaban Elisir d’amore y Cavalleria Rusticana. Creo que en este momento de mi vida, el rol perfecto es Un ballo in Maschera de Verdi. De hecho, lo acabo de cantar en la versión Gustavo III en el Festival Verdi de Parma, y tengo la sensación de que está muy bien y muy cómodo en mi garganta pero también en mi cabeza.
Estoy ligado a muchos roles diferentes y este verano he tenido la oportunidad de hacer la trilogía popular verdiana, cantando Traviata en Nápoles, Trovatore en Roma y Palermo, y Rigoletto en Florencia. Creo que forman parte de la misma línea vocal y el maestro Muti siempre me dijo: ‘Usted tiene que cantar estas tres óperas’. Y creo que en mi caso siempre ha tenido razón.
En sus próximos compromisos hay mucho Verdi: I vespri siciliani (en francés) en la inauguración del Teatro Massimo de Palermo, y en la Deutsche Oper de Berlín, una nueva producción de Rigoletto en el Teatro alla Scala de Milán… ¿se necesita una técnica específica para cantar Verdi?
Así es, y ya estoy trabajando para esas Vespri, una ópera realmente gigante, muy bonita pero a la vez exigente, y será la edición en francés, tanto en Palermo como en Berlín, aunque sean dos producciones diferentes. Obviamente, adoro a Verdi, no creo que exista una técnica para Verdi sino una técnica vocal que te permite aligerar, encontrar y mantener la búsqueda de colores y de tesitura durante la ópera entera, es decir, si por ejemplo canto Ballo in maschera, tendré una cierta disposición vocal con respecto al fiato y a la emisión.
En Verdi es muy importante buscar el legato en la palabra cantada, en la adecuada articulación de las consonantes, y respetar la escritura, ya que era un gran conocedor de la voz y sabía escribir muy bien. Por ejemplo, Alfredo en La Traviata canta, pero su escritura hace que nunca sea un héroe, me refiero a que el rol del tenor es muy difícil en Traviata pero está escrito de forma que el personaje resulte ese débil chico frustrado por el padre, mientras que la audacia del Duque de Mantua o el heroísmo del Trovatore sí son evidentes.
‘En Verdi es muy importante buscar el legato en la palabra cantada, en la adecuada articulación de las consonantes, y respetar la escritura’
Usted ha cantado en varios teatros europeos y americanos. ¿Qué le parece el público español?
Tengo que decir que yo estoy muy ligado a España porque mi hijo Michelangelo nació en Madrid durante una producción de Trovatore, y me gusta mucho el ambiente, la gente, la cocina y también la música… Me parece que además sabéis apreciar la vida y que se da importancia a los sentimientos y esto está muy cercano a mi forma de ser.
¿Y el público de la Scala de Milán?
La Scala siempre es la Scala, pero no tanto por su público sino por lo que ha sido históricamente y por lo que representa. Hoy, el público de los teatros acoge personas que llegan de todo el mundo. Es cierto que hay un predominio de gente local, pero para mí el público es el mismo, es decir, personas a las que respetar, y transmitir emociones, hacer que escuchen buen canto y buena música, y hacer que triunfe con nosotros la magia del teatro.
Debutó el rol de Turiddu en Cavalleria Rusticana con el maestro Muti y la Chicago Symphony Orchestra en Chicago, pero no era la primera vez que trabajaba con él. ¿Recuerda su primer encuentro? ¿Cómo son los ensayos con el maestro Muti?
He tenido la suerte de poder cantar Ifigenia in Aulide de Gluck con Muti al comienzo de mi carrera en Roma, y tengo que decir que fue un imprinting muy bonito. Los ensayos musicales con él siempre han sido momentos de gran crecimiento. Recuerdo que la primera vez me daba vergüenza pero me hizo sentir muy cómodo y me llevó a la función con tal seguridad que habría podido hacer cualquier cosa. De hecho, luego se realizó un sueño: Cavalleria Rusticana es quizá mi ópera preferida y cuando me llamó para hacer esos conciertos con la Chicago Symphony fue muy bonito, solo podría haberlo hecho con él en ese momento.
Hablemos ahora de sus inicios, ¿Cúando comenzó a cantar?
Empecé a cantar bastante pronto, con 15 o 16 años, en un coro polifónico de mi ciudad, Nuoro, en Cerdeña. Cantaba madrigales de Monteverdi y motetes, después empecé a estudiar canto lírico en la escuela municipal con la soprano Antonietta Chironi. Llegaron los primeros conciertos, operetas, y siendo ya mayor de edad, las primeras temporadas en el Teatro Lirico di Cagliari. En Cerdeña y, sobre todo, en Barbagia, donde yo nací, hay una gran tradición cantora, allí todos cantan desde siempre, así que probablemente haya sido una consecuencia natural. Recuerdo que de niño, incluso muy pequeño, cuando estaba en la calle o iba a un concierto o espectáculo en verano, sentía una gran emoción que me atravesaba sin saber qué era pero que me sacudía dentro.
¿Es verdad que dejó el canto lírico durante un tiempo? ¿Cómo fue la vuelta tras esa crisis?
Sí, es verdad. Como le decía, empecé muy pronto, y con 22 años, después de haber vivido la experiencia del teatro en Cagliari, conciertos, clases magistrales con Renata Scotto, Gianni Raimondi, lecciones, audiciones, ya no sabía qué quería hacer, y dejé el canto. Rechazaba los conciertos y el trabajo que me proponían en Cagliari, y no quería saber nada de cantar. Después de algún año, lo retomé con la música ligera pop y rock, y tuve una banda y tocábamos en las plazas y en los pubs. Hacíamos cover de todos, desde Mina a Queen, pero también piezas nuestras. Participábamos en concursos y yo personalmente hice también Sanremo Giovani pero es evidente que no llegué muy lejos, pero no era malo (risas).
‘La voz cambia y crece con nosotros, pero la tenemos que seguir’
¿Qué consejo le daría a un joven cantante que quiera hacerse un hueco en el mundo de la lírica?
Algunos jóvenes me han pedido consejos y me preguntan si podemos estudiar juntos, pero en este momento es muy difícil para mí asumir una responsabilidad de ese tipo. De todas formas, siempre les digo que tienen que buscar a un buen maestro de técnica, porque la técnica es fundamental para poder cantar durante mucho tiempo y buscar luego la expresión. El proceso inverso podría ser perjudicial si no hay una base técnica detrás, y el joven cantante se siente perdido ante la primera dificultad. La voz cambia y crece con nosotros, pero la tenemos que seguir. Cuando pregunto a algunos cantantes jóvenes: ‘pero tu maestro o tu maestra, ¿qué te dice del fiato?’. Nueve de cada diez veces se hace el silencio, y esto es grave, ya que el fiato es el motor de la voz y del canto. Sin el fiato no existe el cantante.
¿Qué música escucha Piero Pretti para relajarse?
Escucho de todo. Soy un apasionado de la guitarra y escucho muchos guitarristas, desde Paco de Lucía a Pat Metheny. Me encanta el flamenco, escucho Tomatito pero también Las Migas, El Kanka. Y ahora pido disculpas a todos los guitarristas, especialmente los españoles, si me permito tocar la guitarra, como autodidacta limitado y patético, cuando estoy en casa de relax.
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