Por Laura Recio
Ludwig van Beethoven nació el 16 de diciembre de 1770 en Bonn (Alemania). A temprana edad comenzó a recibir clases de piano, órgano y violín instruidas por su padre, Johann van Beethoven.
Nació en el seno de una familia originaria de Brabante (Bélgica) y con herencias artísticas. Su abuelo, también llamado Ludwig van Beethoven, un violinista de talento, pronto encontró empleo en la orquesta principesca. En 1761 fue nombrado maestro de capilla.
Su padre, Johann, heredó las dotes musicales, ingresando con tan solo 12 años en la capilla del príncipe. Johann se casó con María Magdalena, amable y dulce (a la que Beethoven posteriormente demostraría un amor profundo y verdadero). Fruto de este matrimonio nacieron siete vástagos, de los cuales solo sobrevivieron tres varones, el mayor de ellos, Ludwig van Beethoven, nacido el 16 de diciembre de 1770.
A temprana edad, Ludwig empezó a mostrar gran interés por la música. Es su padre quien le impartirá los primeros conocimientos de este arte.
El 26 de marzo de 1778, con siete años, Ludwig dio su primer concierto público en Colonia (Alemania).
Pronto tanto los talentos musicales como pedagógicos de su padre quedarían limitados.
Los posteriores encargados de la educación musical de Beethoven serían Pfeiffer, cantante del teatro de la corte, y Van den Enden, organista y clavecinista de gran reputación.
Su tercer maestro Gottlob Neefe, organista de la corte, se convirtió en la gran influencia para Beethoven. Con él Beethoven estudiaría las obras de Haendel y Bach. No obstante, sus enseñanzas no se limitaron a lo musical, dándole a conocer, además, las obras de escritores como Schiller, Lessing y Klopstock, o a grandes poetas de la Antigüedad.
Por recomendación de Neefe, Beethoven consiguió un puesto como clavecinista para el teatro de la corte, sin remuneración. Le anima en la composición, obligándole a escribir fugas. En 1782 Gottlob hace grabar en Mannheim las Variaciones para piano sobre una Marcha de Ernst Christoph Dressler, de Beethoven.
En el año 1784 Maximilian Franz sucedía a su elector antecesor, se interesa por los instrumentistas de la capilla, quedándose fascinado por un Beethoven que llevaba dos años trabajando para la corte sin remuneración alguna, además de haber sustituido al maestro de capilla en alguna ocasión. De esta manera, se convertiría Ludwig en segundo organista.
Maximilian, fascinado por el talento musical de Ludwig, lo invitó a viajar a Viena a estudiar con Mozart, y así continuar con su educación. Esta propuesta vino de la mano del conde Waldstein, que deseaba un encuentro entre los dos músicos. Sin embargo, Beethoven se vio obligado a regresar con urgencia a Bonn debido a la enfermedad de su madre, que fallecería en 1787 de tuberculosis. Su padre estaba arruinado y sumido en la embriaguez. Ludwig tuvo que responsabilizarse y mantener entonces a su familia, dando clases de piano durante cinco años y siendo viola de la orquesta de teatro y segundo organista de la corte.
Tras la muerte del emperador Joseph II, la Sociedad Artística de Bonn le encargaría una cantata. Seis meses más tarde se le encargaría una nueva cantata con motivo de la llegada al trono de Leopold II.
La finalidad de dicho viaje era principalmente trabajar y recibir clases de composición de Haydn. Aun así recibe clases de otros maestros, como contrapunto con Albrechtsberger, organista de la corte, o música vocal con Salieri, maestro de capilla de la corte, y violín de la mano de Schuppanzigh y Krumpholz.
En 1795 Beethoven estrenó la Sinfonía en Do, y los dos Conciertos para piano y orquesta en Viena.
Al año siguiente se dedicó a realizar una gira por Praga, Nuremberg, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En este mismo año Ludwig compone tres sonatas para piano y dos para violonchelo, serenatas, variaciones, danzas aldeanas, además de una sonatina para mandolina, un rondó para piano, la cantata Adelaida, y un Lied inspirado en un poema de Burger.
Ya en el año 1799, en su regreso a Viena, publicó la Sonata VIII para piano, subtitulada Patética. Un año más tarde se estrenaría la Primera Sinfonía.
La aristocracia vienesa admiraba al compositor. Estos melómanos pronto se convertirían en sus leales mecenas.
En 1800 confesó a su amigo y doctor Wegeler su preocupación por la sordera que estaba sufriendo.
Tras esto se enamoró de una de sus discípulas, Julieta Guicciardi. Beethoven por primera vez piensa en el matrimonio. Precisamente su Sonata XIV, conocida comúnmente como Claro de Luna, estaría dedicada a ella.
A principios de 1802 su enfermedad iba agravándose. Además la decepción amorosa producida por la diferencia de clases con Julieta, le llevan a trasladarse a la aldea de Heiligenstadt, a las afueras de Viena. En la que pasaría alrededor de un año, y posteriormente visitaría todos los veranos.
Sin embargo, su estancia en Heiligenstadt no sirvió para despejarle de las adversidades, sino que se acentuó su melancolía hasta tal punto que pensó en el suicidio.
Tras la muerte de Beethoven se encuentra entre sus documentos el Testamento de Heiligenstadt, dirigido a sus hermanos. En el testamento declaraba su preocupación y la injusticia de que un músico y compositor se tuviera que quedar incapacitado auditivamente. Sin embargo esa preocupación no afectaba al compositor, debido a que Ludwig nunca pensó en dejar la composición, sino más bien a su vida social, por el miedo a que no quisieran encargarle obras y eso pudiera perjudicar su vida profesional.
Durante su estancia en dicha aldea compuso la Segunda sinfonía, hecho curioso ya que esta obra tiene un aire optimista y reposado, que contrasta firmemente con su situación emocional.
A finales de 1802 Beethoven regresó a Viena. Es conocida su gran admiración hacia Napoleón Bonaparte, a pesar de ser enemigo de su país. A finales de 1803 decidió que su próxima sinfonía estaría dirigida hacia el conquistador. Beethoven admiraba a Bonaparte porque cumplía con una ideología en la que primaban la libertad, la bondad -para elevar el alma y el espíritu- y un solo capital, la razón. Beethoven se mantendrá fiel durante toda su vida a esta ideología. Sin embargo, a finales de 1804 Napoleón es coronado como emperador. Este hecho enfureció hasta tal punto a Ludwig que los bocetos de esta sinfonía ya titulada Bonaparte, fueron modificados inmediatamente por el nombre de Sinfonía Heroica. Una desilusión para Beethoven, pues aquel hombre que prometía libertad se había convertido en un tirano más.
Ludwig pasó los años 1803 y 1804 componiendo y dando forma a la Tercera Sinfonía. Su Sonata XXIII, Apassionata, fue compuesta también en 1804, año en que se enamoró de Josefina de Brunswick y comenzaría, pues, una gran pasión recíproca que duraría diez años.
En los años posteriores Beethoven aumentó su actividad compositiva dando origen a la Quinta Sinfonía, la Sexta sinfonía, la Obertura Coriolano y la Bagatela para piano Para Elisa.
En 1809 el rey de Westfalia, Jerónimo Bonaparte, le invita a trasladarse a Holanda como director de orquesta. Beethoven que en ese momento no estaba conforme con su situación en Viena, sobre todo en el ámbito económico, llegó a plantearse dicha posibilidad. Sin embargo, lo que hizo astutamente fue aprovecharse de esta oferta, para conseguir mejorar su situación económica. Se encargó de que todo Viena se enterara de la oferta realizada por el rey de Westfalia. Pronto sus amigos se enteraron y se movilizaron para cumplir los deseos de Beethoven y este escribió un documento denominado Proyecto para una Constitución Musical, en el que reflejó unas reivindicación económico-profesionales muy estrictas.
El archiduque Rodolfo, hermano del emperador, el príncipe Lobkowitz, y el príncipe Kinski le aseguraron una pensión anual de 4.000 florines, que permitía vivir a Beethoven con una gran comodidad económica; su única condición era permanecer en Viena. Además, estas condiciones daban libertad a Ludwig de componer cuanto quisiera y, en el caso de recibir un encargo, no tener un tiempo estimado de entrega, convirtiéndose, así, en el primer compositor independiente en la historia de la música.
En 1812 Beethoven se trasladó a Tépliz, donde escribiría la carta a su Amada Inmortal, que nunca fue enviada. Este documento se encontró junto al Testamento de Heiligenstadt.
Conocería a Wolfang von Goethe; a pesar de sus diferencias, la admiración entre ambos nunca disminuiría.
A finales de este año fallecería el conde Kinsky, así como la aristocracia vienesa comenzaría a sentir la crisis económica-social que estaba sufriendo Viena. Es en este momento cuando Beethoven vuelve a sufrir y luchar por su independencia económica.
Beethoven y Johann Mäzel (inventor del metrónomo y diversos instrumentos) se pusieron en contacto. Mäzel ya había inventado diferentes instrumentos para facilitar la escucha a Ludwig, como por ejemplo las cornetas acústicas.
En 1813 compone La Victoria de Wellington, obra compuesta para un instrumento de Mäzel, el panharmonicon (teclado mecánico que automatizaba los sonidos de unos instrumentos mecánicos creados por él mismo).
Su hermano, Kasper Karl, falleció el 15 de noviembre de 1815, dejando la tutoría del hijo (de nueve años) a cargo de su mujer y su hermano Ludwig.
Ludwig se negaba a compartir la custodia con una mujer que pensaba incapacitada para ello. Su sordera hizo muy difícil el entendimiento con su sobrino, lo que supuso un gran sufrimiento para Beethoven.
El Archiduque Rodolfo (alumno de Beethoven) es nombrado cardenal en 1818 y Ludwig escribe para él su Misa en Re.
En 1823 estaba prácticamente compuesta la Novena Sinfonia y su Missa Solemnis.
La Novena Sinfonía se estrenaría el 7 de mayo de 1824, con un reconocimiento indiscutible, aunque no obtuvo tanto éxito económicamente.
En medio de la enfermedad, preocupaciones y disgustos, Beethoven se embauca en la composición de sus últimos cuartetos. Así como comenzaría a escribir la Décima Sinfonía.
En 1826 Beethoven se resfriaría y se trasladaría a la propiedad de su hermano Johann. La enfermedad se complicaría debidos a problemas hepáticos, provocando el fallecimiento de Beethoven el 26 de marzo de 1827.
Más de 20.000 personas asistieron al entierro del compositor, entre ellos, Franz Schubert, gran admirador de Beethoven.
Quinta Sinfonía (en do menor, Op. 67)
Los primeros bocetos de esta obra datan del año 1803. Fue estrenada en el Teather- an-der-Wien de Viena el 22 de diciembre de 1808 y dirigida por el propio Beethoven.
Esta sinfonía cuenta con cuatro movimientos: allegro con brío, andante con moto, allegro en do menor, en realidad un scherzo, y finalmente allegro en do mayor.
Orquestada para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, timbales y cuerdas, además en el último movimiento se añaden flautín, contrafagot y tres trombones.
La construcción de la sinfonía en base a cuatro notas, que dan unidad y coherencia a los cuatro movimientos de los que consta la obra, es lo más destacable de dicha sinfonía.
Allego con brío
El primer movimiento, escrito en forma sonata, forma musical compuesta por cuatro partes: exposición, desarrollo, reexposición y coda.
Comienza con un pequeño motivo rítmico presentado dos veces inicialmente formados por tres corcheas y una blanca con calderón, es ejecutado en fortissimo y al unísono por cuerdas y clarinetes. Dicho motivo será utilizado a lo largo de toda la obra como melodía principal o como acompañamiento.
Este motivo rítmico, armónicamente, presenta una ambigüedad tonal. Durante los primeros cinco compases se nos plantea la posibilidad de la tónica en Do menor, o la de su relativo mayor, Mi bemol mayor, creando una tensión que no será resuelta hasta el compás siete, en el que claramente aparece la nota pedal do en el violonchelo.
El segundo tema, presentado por las trompas, armonizado en la tonalidad de Mi bemol mayor, consta de un ritmo más reposado y pastoral, aunque violonchelos y contrabajos recuerdan continuamente el motivo inicial.
El desarrollo comienza con la aparición del motivo, al igual que en la exposición. El compositor se traslada de una forma controlada y lógica de tonalidad en tonalidad, creando momentos de tensión y reposo.
Es interesante el diálogo a modo de pregunta–respuesta, realizado por cuerdas y maderas, alternándose el elemento en desarrollo.
La tensión de este fragmento musical es reforzada a través de la dinámica, alternándose momentos de intensidad y excitación con otros de calma y reposo.
En la reexposición, el oboe interrumpe durante unos instantes el movimiento, que continúa en la coda tratada como un desarrollo final, aumentando la tensión.
Andante con moto
La tonalidad de La bemol mayor es la escogida por el compositor para este movimiento, cuya forma musical es la del tema con variaciones.
Comienza con la presentación de un tema cantabile expuesto al unísono por violas y violonchelos, dividido en dos secciones. La primera sección tiene un gran movimiento armónico, melódico y rítmico, mientras que en la segunda sección, armónicamente apenas se mueve de la tónica, teniendo que equilibrar esas carencias, rítmicamente, usando tresillos de semicorchea.
Así pues, comprende seis variaciones de uno u otro tema, que se desarrollan por medio de distintos procedimientos compositivos como el de secuencia, inversión, eliminación, ornamentación por medio de notas pedales, así como la disminución o aumentación.
Scherzo. Allegro
Etiquetado como un Allegro en do menor, en realidad se trata de un Scherzo, por incluir un Trío y por su forma ternaria.
El movimiento comienza con un tema expuesto por violonchelos y contrabajos de carácter lúgubre. Sin embargo aparece otro tema, que podemos vislumbrar como el motivo característico de la obra tratado por aumentación.
Las diferentes secuencias del tema principal de este scherzo se van trasladando por distintas tonalidades hasta desembocar de nuevo en do menor, en donde el tema es desarrollado y nos dirige hacia el trío.
El trío, escrito en do mayor y con una textura contrapuntística, se inicia con violonchelos y contrabajos, recogido en fugato por violas y fagotes, posteriormente por los violines.
En el retorno del scherzo se producen unos ligeros cambios, en vez de repetirse de nuevo se abre la coda final, en la que se expone por última vez el primer tema, mientras se construye lentamente un gran crescendo que da paso al cuarto movimiento.
Allegro
La resolución armónica del crescendo nos conduce hacia el acorde de do mayor, en la que se inicia este movimiento.
Al principio del Allegro se escucha un gran canto triunfal, al que responden a la llamada trompas y vientos maderas.
La incorporación de los trombones (nunca antes utilizados en una sinfonía) destaca el carácter triunfal y brillante del momento. El contraste producido por la incorporación del flautín y el contrafagot acentúan también este pasaje.
En el desarrollo en La mayor, de nuevo Beethoven nos desplaza de una tonalidad a otra, manteniendo el interés por medio de distintas combinaciones tímbricas, dinámicas y motívicas.
Aparece aumentado el segundo tema del scherzo, otorgando de nuevo a la obra una unión y una cohesión de todos sus elementos.
La reexposición no presenta grandes cambios con respecto a la exposición y en la coda se afirma obstinadamente la tonalidad de do mayor.
Este último movimiento, escrito en forma sonata, algo inusual, pues la forma habitual para este movimiento sería el rondó.
Hasta 1813 los éxitos más notorios los consiguió Beethoven gracias a la composición de sus sinfonías. La Quinta Sinfonía ha sido entendida siempre como la proyección musical de avanzar y hacer frente al destino hacia la lucha por la victoria.
[…] y dado que nos encontramos inmersos en las celebraciones por el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, el programa de concierto, en caso de que exista repertorio original para el instrumento […]