Por Paz Ramos
Los hermanos Víctor y Luis del Valle escogieron un formato poco habitual en los pianistas: forman un dúo de piano con el que han conseguido grandes éxitos y premios internacionales. Nacieron en Vélez, Málaga, y empezaron a tocar el piano, Víctor con 10 y Luis con 7 años. Tienen ahora 29 y 26 y son ya unos auténticos virtuosos del instrumento. Su maestro en la Escuela Reina Sofía fue Dimitri Bashkirov, quien les animó a tocar el piano a cuatro manos; así debutaron en el Auditorio Nacional, en Madrid, en noviembre de 2004; desde entonces han ganado el prestigioso ARD Internacional Music Competition, en Munich, recibiendo además el Premio especial del Público, Medalla de Plata del Palau y Premio Especial Mozart en Bialystok, Polonia. Han actuado con las orquestas Sinfónica de Sevilla, Nacional de Cámara de Andorra, Joven Orquesta de Cataluña, Filarmónica de Málaga, la Sinfónica de Baviera y la de Sttutgart y bajo batutas como Juanjo Mena, André de Ridder, Peter Csaba o James Ross.
Parece que la mayoría de la música para piano a cuatro manos sólo es muy tentadora para los profesores de piano: línea melódica, atractiva, la realidad es que está llena de dificultades, y fue Dimitri Bashkirov, Catedrático de Piano en la Escuela Reina Sofía quien os animó a tocar a cuatro manos.
Víctor.- Coincidió que en el año 2004 Luis y yo estábamos estudiando bajo su tutela en la misma Cátedra y se le ocurrió que dos hermanos pianistas, como las hermanas Labèque, resultaría simpático; íbamos a tocar en una audición de clase unas Variaciones de Schubert y es curioso porque hasta entonces no habíamos tocado juntos prácticamente nunca. Lo hicimos una vez, por probar y disfrutar, y tocamos las Variaciones de Paganini en el año 2000, y entonces pensamos pues éste es un buen momento. Antes no se nos había ocurrido porque nunca habíamos estado en el mismo sitio. Cuando estuvimos en Málaga, también con la diferencia de edad, no nos sentíamos tan próximos; pero cuando se llega a los veinte, la diferencia de edad ya se acorta. Entonces tocamos en la audición para Bashkirov y no sólo nosotros lo pasamos bien, es que el resultado fue muy bueno y él se quedó impresionado y nos dijo “vosotros tenéis que seguir por esta línea”.
De la Cátedra de piano de Dimitri Bashkirov, el prestigioso pianista y pedagogo ruso, han salido grandes y jóvenes pianistas; dirigió la formación musical de Eldar Nebolsin, Luis Fernando Pérez, que ha triunfado en todos los escenarios, en el Teatro Real con su Iberia, ahora de gira en Japón y sus discos de Chopin, Soler y la Iberia de Albéniz, ahora también profesor de la Escuela como Claudio Martínez Mehner, tan gran pianista, Arcadi Volodos o Ivan Martín arrasando en el Músika-Música, de Bilbao y en otras muchas ciudades o Víctor y Luis del Valle, promesas cumplidas que triunfan ya con su excelente interpretación. Bashkirov está en la cátedra desde su creación en 1991. Puede sentirse orgulloso de sus alumnos.
Víctor. De Bashkirov resaltaría el exigirte una dedicación absoluta y apasionada a la música.
Luis. Es verdad, además de enseñarte los recursos sonoros, aspectos estéticos de la música, de contarte historias que solamente un grande conoce, sobre todo el hecho de entrar en clase y que tienes que tocar como si fuera el concierto del Carnagie Hall más importante de tu vida y es igual que lleves un día o que lleves ochenta eso te hace ya mejorar directamente, lo que impone cuando él entra en el aula, el oído tan fino que tiene te hace ponerte a su nivel y su nivel es mucho.
¿Cuánto tiempo habéis estado en la Escuela Reina Sofía?
Luis. Yo cuatro con Bashkirov; y tú, Víctor, más. En la Escuela hemos tenido la oportunidad de trabajar con los mejores y lo que hemos aprendido con todos es que es fundamental que la Escuela y Paloma nos den su apoyo. Constantemente hacemos audiciones para gente, hace poco vinieron directivos del Festival de Lucerna, el de Claudio Abbado, y nos dijo que tocáramos para él, una gran oportunidad.
Hace unos días pudimos hablar con las hermanas Labècque y nos decían que ellas se entendían sólo con la mirada pero en vuestro caso al estar sentados los dos en el mismo piano lo tenéis más difícil.
Luis. Claro, es distinto tocar en dos pianos que a cuatro manos en el mismo piano; en nuestro caso tienes esa incomodidad de la proximidad, digamos, estás que no te entran los brazos y además nosotros no somos personas pequeñitas. Siempre es incómodo, tienes que girar la mano a la derecha porque si no yo no puedo entrar. Es bastante complicado pero es cierto que tienes un poco más de referencia visual porque estás en el mismo instrumento, te sientes mas cercano, puedes ver cómo respira la otra persona. Para las entradas, en ese sentido, es más incómodo pero más sencillo también porque puedes vivir la música muy próxima; sin embargo, con dos pianos, hay gente que piensa que es más sencillo porque es más cómodo, tienes tu espacio, tu piano, tu pedal pero también tienes el problema espacial porque estás separado, no le ves las manos al otro, tienes otras dificultades. La verdad es que ninguna de las dos cosas es fácil.
Víctor. Lo que te comentaron las hermanas Labècque es cierto: una vez que vives tanto con una persona, experimentando las mismas cosas, teniendo los mismos amigos, escuchando la misma música, se consigue una gran complicidad. Al fin y al cabo, es una persona con la que has convivido toda tu vida, tienes la misma educación, la misma educación musical; además nos llevamos muy bien, el hecho de ser hermanos añade una buena comunicación para buscar el mismo objetivo.
¿Os sentís más cómodos tocando a cuatro manos en un piano o con dos pianos?, ¿o depende de cada obra?
Víctor y Luis. A final depende de cada obra, de cómo estés de preparado o de la conexión que tengas con la obra. Dos pianos es sentir el poder de una orquesta, es escuchar sonidos con dos pianos que te envuelven y la sensación de tocarlo y de ser tú el que produce eso, solamente dos personas pero con dos instrumentos muy poderosos. Y cuatro manos tiene otra cosa íntima.
Y con los pedales ¿cómo os arregláis, tenéis compenetración?
Víctor. Es Luis el que los maneja; lo que hacemos es, dependiendo de la parte solista en la obra, nos cambiamos. De hecho, yo toco siempre con las piernas cruzadas.
Muchos compositores han escrito música para ser interpretada a cuatro manos, Schubert, Brahms, Falla, Rodrigo, García Abril o Tomás Marco, entre otros; creo que las primeras obras combinación de dos instrumentistas sobre un solo teclado son las Sonatas de los hijos de Bach o Mozart que conocemos (ese famoso cuadro con su hermana tocando el teclado a cuatro manos).
Luis. Es un cuadro muy representativo, cuando Leopoldo está como de espectador y la madre en el cuadro de fondo, vigilante, y además les representan con las manos cruzadas sobre el teclado como diciendo que es algo complicado. La verdad es que tocando con un solo piano no puedes maquillar nada, todo se nota; el ataque, la intensidad tiene que ser la misma, teniendo en cuenta que la respuesta del instrumento es inmediata, eso exige un trabajo realmente fino de música de cámara pero esa misma complicación te prepara muy bien como músico.
Hay también bastantes compositores contemporáneos españoles con música para piano a cuatro manos, Montsalvatge, José Luis Turina, Claudio Prieto, García Abril…en Málaga tocásteis una obra de Tomás Marco, Palacios de Alambra.
Víctor. Es importante que se siga componiendo, se siguen creando recursos, logrando sonoridades, tímbricas nuevas, sigue habiendo investigación con respecto a las formas.
Luis. Es que para ellos es interesante la composición a dos pianos, tienen muchos recursos que no se utilizan, cosas que se pueden hacer dentro del piano. Puedes hacer efectos realmente llamativos para la música contemporánea.
Franz Schubert es quizá uno de los músicos que tienen más obras para cuatro manos, también Schumann, Mendelssohn, Hindemith o Dvorak, las Danzas Eslavas, por ejemplo.
Es un mundo que a nosotros nos resulta muy interesante por los motivos que has dicho, el repertorio es muy amplio, hay repertorio hecho para dos pianos y cuatro manos de compositores de primerísima fila, es música de cámara de la mejor que tienen esos compositores porque la música que tiene Schubert para piano a cuatro manos es lo mejor que tiene; Mozart tiene unas sonatas que son impresionantes y además de tener un repertorio propio accedes a otros que un pianista no puede acceder jamás como es el repertorio de orquesta, transcripciones de cuartetos, sextetos… es apasionante porque eres capaz de tocar una música que no te corresponde, como es el caso de las sinfonías de Beethoven o Brahms sobre todo desde el punto de vista analítico y compositivo, no es lo mismo trabajar con los timbres de la orquesta, con un montón de voces.
La Sonata a cuatro manos de Francis Poulenc con ese inconfundible lenguaje, es una música desenfadada, divertida y original. Parece fácil pero el propio compositor puso de relieve su dificultad.
Víctor. Hay que diferenciar entre la sonata a cuatro manos y la de dos pianos porque el carácter de la una y de la otra es completamente distinto. La de dos pianos es más expresionista, hasta cierto punto grandiosa y dramática para Luis, al mismo tiempo Poulenc tenía una personalidad muy cambiante, salía del burdel e inmediatamente se metía en la Iglesia (eso queda reflejado en la música), venía de hacer cualquier cosa y luego se arrepentía y esos arrepentimientos están en la música.
Habéis tocado con frecuencia en la Fundación Juan March, en Madrid, que tiene un público incondicional.
Víctor. Es un sitio estupendo, tienen dos pianos excepcionales, dos Steinway…
y son encantadores porque encontrar dos pianos buenos en un sitio es raro. Todavía me acuerdo en un concierto que dimos en Munich, uno de los pianos se bajó rápidamente, uno de los encargados vino a decirnos que lo sentía que iba a poner una queja a la casa de pianos.
Luis. Porque la gente pagaba por escuchar un recital de dos pianos y no desafinados, dos pianos muy diferentes. O como cuando se cayó el pedal el año pasado en Marbella, en un Festival, que era benéfico; de repente en el ensayo estoy tocando y el pedal se queda bajado y todo empieza a resonar vino un hombre del teatro lo pegó con celo y tú imagínate tocando el concierto con un miedo de que se caiga al suelo, y efectivamente se cayó y tenía que estar tocando y metiendo el pie por debajo para subirlo y fue una cosa espantosa.
Bajo el lema La Generación Ascendente y con las Variaciones de Schubert, Andante y Variaciones de Schumann, lograsteis que los críticos dijeran que escucharos había sido un placer para el oído, debió de ser muy gratificante.
Luis. La Generación Ascendente es un ciclo que hace la Escuela Reina Sofía todos los años y es un poco el escaparate de lo que es la Escuela. Casi siempre eligen variedad de instrumentos, grupos de cámara y ellos cogen a los alumnos que consideran oportuno para representarlos, y siempre es un concierto importante porque es una confianza que depositan en ti y no es fácil de conseguir y siempre es bonito porque la Sala de Cámara del Auditorio suena increíble (hemos tocado ya tres veces). Muchas veces nos gusta dar un paseo histórico que vaya de obras del clasicismo y el barroco hasta meter algo contemporáneo para mostrar a la gente que hace falta el repertorio de dúo y a cuatro manos, de dos pianos y a cuatro manos, que no es tan conocido.
Premio Especial a la mejor interpretación de Mozart en el Cuarto Concurso Internacional de Dúos de Piano en Polonia, Bialystok.
Luis. Tanto en Polonia como en Munich, cuando ganamos el Concurso de la ARD, donde el público conoce tantísimo el repertorio, te honra muchísimo que te den premios especiales como el caso de Polonia (qué hacen dos músicos de Málaga tocando y arrasando en Polonia), porque siempre tienes un poco de complejo ante público tan culto; pero ya estamos demostrando que los españoles consiguen grandes triunfos con la música en el mundo.
Vuestras obras fetiches a la hora de interpretar con vuestro piano a cuatro manos.
Luis y Víctor. Para nosotros, la Sonata en do mayor de Mozart, el 521, para cuatro manos; es muy inspirada, muy divertida, dialogante, nos gusta mucho, siempre que tenemos oportunidad la programamos; la fa mayor también es estupenda. La Danza del Fuego, de Falla (la tocamos mucho de propina) y luego, tocamos también una de John Corigliano, americano, que es una música bastante fácil de escuchar y es muy gracioso porque en el último movimiento hay un momento en que se para la música, toca una especie de coral de Bach y de repente uno de los dos se mueve desde un piano a otro, se sienta y tocan a cuatro manos y luego cuando acaban ese coral de Bach el otro se va y se intercambian los pianos; así lo ensayamos en Santander con el propio compositor y escuchar el cambio tanto de dos pianos y tocar un pianista en un sitio y en otro no suena igual, es muy bonito, desde la espectacularidad absoluta al mundo íntimo.
Además de la música, ¿tenéis alguna otra pasión que pase por el deporte, el cine, los libros, si es que tenéis tiempo?
Víctor. Yo he escuchado comparaciones con el atletismo porque después de tocar un concierto es como haberte corrido media Maratón y es cierto que te quedas destrozado, no sólo tienes que estar preparado mentalmente sino físicamente, son muchas horas al día y la tensión del concierto. También nos encanta el cine, dependiendo del momento, el teatro, los musicales, pero es una pena que sea tan caro. También nos encanta la gastronomía, comer bien. Nosotros somos fans del País Vasco, además se toca mejor cuando se comen alimentos frescos, los pinchitos, el pescado… es un arte la cocina, la composición, los sabores; entiendes a Imanol Arias y a Echanove.
Destacados:
“Es distinto tocar en dos pianos que a cuatro manos en el mismo piano”
“Estamos demostrando que los españoles consiguen grandes triunfos con la música en el mundo”
“La música clásica bien hecha es algo divertido y apasionante”