
La IV edición de PianoFest y el IX Concurso de Interpretación Pianística Jóvenes Valores Valencianos llenaron Riba-roja de Túria de talento, emoción y música con el apoyo de Yamaha, en una celebración que convirtió al municipio en epicentro de la cultura pianística valenciana.
En colaboración con Yamaha
La música tiene el poder de transformar los espacios y unir a las personas. En Riba-roja de Túria, localidad valenciana con fuerte compromiso cultural, ese espíritu cobra forma cada primavera con dos citas ya imprescindibles en el calendario pianístico: PianoFest y el Concurso de Interpretación Pianística Jóvenes Valores Valencianos. Ambas iniciativas ofrecieron a finales de marzo una edición especialmente significativa, marcada por la superación, la conexión con el territorio y el compromiso con la educación musical.
PianoFest nació en los difíciles tiempos de pandemia como una respuesta creativa a las limitaciones de aforo en las salas de conciertos. Lejos de cancelar actividades, el Conservatori Professional de Riba-roja de Túria, junto al Ayuntamiento del municipio, ideó un formato que llevase el piano a la calle, abriéndolo tanto al alumnado como al público general. El resultado: un festival que convierte el entorno del castillo visigodo de la localidad en un espacio sonoro único, donde estudiantes, aficionados y pianistas profesionales comparten escenario en un ambiente festivo y reivindicativo del valor cultural y pedagógico de la música.
La propuesta se completa con el Concurso de Interpretación Pianística Jóvenes Valores Valencianos, que alcanza ya su novena edición. A diferencia de otras competiciones, este certamen apuesta por una dimensión más formativa que competitiva. La distribución de los premios se realiza por puntuación ligada a la obtención de un premio, por lo que en una misma categoría varios participantes pueden optar a un mismo reconocimiento. De esta manera, se pone en primer plano la superación personal del reto que supone presentarse a un concurso. Dirigido a alumnado de Enseñanzas Elementales y Profesionales de varios centros de la Comunitat Valenciana —entre ellos, Alcoy, Catarroja, Torrent, Meliana, el Conservatorio Municipal de Música ‘Iturbi’ de Valencia y Riba-roja de Túria—, se organiza de forma colaborativa y también ofrece a los premiados una plataforma real para iniciarse en el mundo profesional.
Las oportunidades incluyen actuar en escenarios emblemáticos como el Palau de la Música de València o festivales con gran proyección como Piano City Madrid. La edición 2025 de este último, contará con la presencia de Micaela García Lorente, ganadora en esta IX edición del concurso del premio especial otorgado gracias al apoyo de Yamaha. Micaela, que proviene de una familia ligada profundamente a la música, ha desarrollado una sólida trayectoria que incluye premios y actuaciones en salas de España y Estados Unidos. Su próxima participación en Piano City Madrid será, sin duda, un hito en su carrera y el público que acuda disfrutará seguro de su sensibilidad y coherencia interpretativa.
La coincidencia de fechas entre el festival y el concurso no es casual: responde a una necesidad organizativa que permite sumar fuerzas y optimizar recursos y logística. Desde la primera edición de PianoFest y en las más recientes del concurso, Yamaha ha estado presente como aliada clave en ambos eventos, facilitando diferentes talleres formativos, premios, difusión y, por supuesto, garantizando la presencia de los mejores instrumentos.
‘Para nosotros, Yamaha es un elemento fundamental para las dos iniciativas. Sus pianos ofrecen una combinación excepcional de calidad, fiabilidad y sonido’, explican desde la organización. ‘Su estabilidad en la afinación, sensibilidad en el teclado y proyección sonora los hacen ideales tanto para jóvenes estudiantes como para intérpretes de trayectoria profesional’. La colaboración va más allá de lo técnico: simboliza un respaldo a la música como herramienta de crecimiento, encuentro y superación.
Precisamente de superación se ha hablado mucho en esta última edición. Las consecuencias de la DANA que afectó a varias localidades valencianas el pasado mes de octubre estuvieron muy presentes. Conservatorios como el de Catarroja —aún en obras tras las inundaciones— vieron cómo profesorado y alumnado tuvieron que enfrentarse no solo a dificultades logísticas, sino a pérdidas personales tan duras como casas, coches e incluso pianos destruidos. Aun así, el compromiso con la música pudo más. La participación de los conservatorios afectados fue masiva y el nivel artístico, sobresaliente.
Otra de las señas de identidad de PianoFest es su ambiente cercano, en el que también hay espacio para las tradiciones locales. Entre actuación y actuación, el aroma de los bunyols recién hechos —acompañados de chocolate caliente— llenó las calles del casco histórico. Esta costumbre, tan valenciana como la música misma, tiene su origen en las celebraciones populares y simboliza el sabor de la comunidad. Las buñoleras de Riba-roja de Túria, asociación local con años de historia, se encargan de mantener viva esta tradición que convierte el festival en una experiencia aún más completa.
Respecto al futuro, tanto el concurso como el festival tienen la mirada puesta en la evolución constante. La edición de 2026 ya está en marcha, con el reto de consolidarse como referente nacional entre los festivales de piano al aire libre. El objetivo es doble: atraer a artistas de proyección internacional y descubrir nuevos talentos, sin perder de vista el trabajo local y el papel esencial de la pedagogía. Se plantea además integrar más tecnología, con retransmisiones en directo y experiencias interactivas que acerquen la música a nuevos públicos.
En tiempos donde la cultura y la educación musical requieren espacios de visibilidad y apoyo, iniciativas como PianoFest y el Concurso Jóvenes Valores Valencianos representan un ejemplo de cómo la unión de fabricante, instituciones, profesorado y estudiantes puede dar lugar a algo más grande que la suma de sus partes. En Riba-roja de Túria, la música no solo se escucha, se celebra.
Deja una respuesta