
Adonde infiel dragón. Música para la Catedral de Córdoba en el ocaso del Clasicismo
Orquesta Barroca de Sevilla
María Hinojosa, soprano
Vanni Moreno, director
OBS 010
En los convulsos años para la política europea que transcurrieron entre 1789 y 1814, la música orquestal de compositores italianos y centro europeos fue introduciéndose paulatinamente en España; las catedrales, a su vez, trataban de asimilar las nuevas tendencias musicales; por ello, en la Catedral de Córdoba se conservan trece sinfonías de Ignace Joseph Pleyel (1757-1831), alumno de Salieri. En el mismo templo fue maestro de capilla Jaime Balius i Vila (1750-1822), del cual la Orquesta Barroca de Sevilla ha realizado la primera grabación mundial de cinco villancicos, además de la Sinfonía en Re mayor BEN 126de Pleyel, datada en 1785.
Jaime Balius legó, entre 1785 y 1787, más de 720 obras a la Catedral de Córdoba. De este repertoriose han seleccionado cuatro villancicos (género religioso prohibido en 1780, pero con continuidad en hasta el siglo XIX en templos de la periferia) para tiple, oboes, trompas, violines y acompañamiento. Con María Hinojosa a la cabeza, Clara aurora se estructura, como el resto de villancicos, en un recitado y un aria da capo, cómodos de componer y atractivos para los cantantes, que en la vuelta a la primera parte realizaban grandes alardes virtuosísticos.Si bien el estilo de Balius es netamente clasicista, la sinfonía de Pleyel, quien adquirió un gran reconocimiento en España, introduce algunos rasgos quizá románticos.
La batuta de Moretto guía a la Orquesta en una interpretación llena de contrastes, correcta en estilo y de impecable ejecución; especialmente brillante la trompa natural en el aria de No hemos de hablar. Un maravilloso trabajo de recuperación que nos descubre música de primera calidad con una presentación a la altura.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
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