
El violista Iván Martín Mateu y el pianista Mario García Ramos han sacado a la luz un hermoso disco destinado únicamente al deleite del público, como bien se indica en la contraportada del disco, la música por la música, llamado Atitlán.
Salta a la vista la inocencia recopilada y plasmada en esta selección de ocho obras, donde encontramos composiciones y arreglos para viola y piano. Se trata de un disco de repertorio originalmente seleccionado, pues todas las obras que lo componen poseen un lirismo y una espiritualidad romántica indudables. Sin ánimo de destacar por encima de ella, encontramos una interpretación de la música fiel y opaca, además de un empaste perfecto por parte de los intérpretes. Todo ello acompañado de la destreza y comunión que demuestra Iván Martín Mateu, pues es viola principal dela Orquesta de la Comunidad de Madrid desde 1998. Además, ha actuado como solista en numerosas ocasionescon orquestas como la Nacional de Ecuador, la Sinfónica de Loja o la Nacional de Guatemala.
Podemos destacar, por otro lado, la intimidad que Mario García Ramos, formado en España, Alemania y Polonia, demuestra en su interpretación. Interesado en música jazz, lo cual no deja lugar a dudas tras una primera audición del disco, ha actuado en diversos escenarios de países como Bayreuth o Varsovia. En esta intervención demuestra una enorme capacidad para crear una perfecta unión entre la melodía de la viola y su interpretación al piano.
El conjunto de las obras, de diferentes épocas (Schumann, Glinka, Bruch, Veracini, Glazunov, Saint-Saëns y Rajmáninov) es, sin duda, un todo perfectamente encajado, como si de una obra total se tratase.
Por: Cecilia G. Zango
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