Reseña |  Flowers Will Bloom. Japanese Piano Works

El universo sonoro japonés y la tradición musical europea se dan cita en Flowers Will Bloom, un canto de amor del pianista Fabio Álvarez al folclore y la historia reciente del país nipón. La pieza que titula el disco, y que suena en dos versiones distintas al principio y al final, expresa el mensaje de transformación y esperanza que se esconde detrás de la cuidada selección del repertorio. Flowers Will Bloom fue escrita por la compositora Yoko Kanno tras el terremoto y tsunami que azotó al país en 2011, y adapta un texto que recuerda que, a pesar de todo, ‘las flores florecerán’.

El motivo de las flores está presente también en las siguientes obras, La flor de Karatachi y Sakura – Sakura. En todos estos casos las protagonistas son unas melodías evocadoras que el pianista presenta con delicadeza y ensimismamiento, reforzando el carácter de este proyecto personalísimo. La atención al detalle continúa con el Romance de Toru Takemitsu, quizá la música más atmosférica y expeditiva del disco pero que se mantiene aún dentro de ese espíritu de reflexión que ‘hace del silencio una parte fundamental de la experiencia’, como indica el intérprete. Y, en la que tal vez sea la sección más conseguida de todo el álbum, la evocación deja paso a la melancolía con una selección de bandas sonoras de Joe Hisaishi (una Fantasía de la película Nausicaä y el tema One Summer’s Day de El viaje de Chihiro) y Ryuichi Sakamoto (Feliz Navidad, Mr. Lawrence). La complejidad de los paisajes sugeridos en estas pistas contrasta con la (aparente) ligereza de las primeras, y su amplio rango expresivo permite a Álvarez mostrar toda su energía, pero también una sutileza sin la cual no podría existir este disco.

Y una última observación: el pianista alarga la última nota de cada una de las obras hasta dejar que se extinga, como invitando al oyente a sumergirse en la quietud tras la escucha. Uno recuerda en este punto las palabras de Takemitsu al respecto: ‘el sonido y el silencio se enfrentan y se equilibran mutuamente en una relación que excede cualquier medida objetiva’.

Por Manuel Pacheco