
Francesco Cavalli: Miracolo d’Amore
La Galanía
Raquel Andueza, soprano
Xavier Sabata, contratenor
Anima e Corpo AEC006
Si queremos aprender sobre los orígenes de la ópera, la vida de Francesco Cavalli (1602-1676) es parada obligatoria. Cantor en la capilla de San Marcos de Venecia, dirigida por Claudio Monteverdi, y más tarde organista en la basílica ducal y en SS. Giovanni e Paolo, por circunstancias ajenas a su voluntad comenzó a componer óperas en el Teatro de San Casiano a la avanzada edad de 37 años. Fue el primer compositor en dedicarse de lleno a la creación de música para el teatro, siendo así el primer compositor de ópera de la historia.
El fenómeno del melodrama, junto al teatro empresarial, se expandió por toda Italia, conquistando en las décadas de los 40 y 50 enclaves como Bolonia, Florencia, Milán, Nápoles y Roma, siempre con obras de Cavalli a la cabeza: Egisto, Xerse, Erismena o Giasone le sirvieron de caballo de batalla para ganarse sus primeros encargos a teatros en Nápoles, Florencia y Piacenza. Su música, claramente marcada por la influencia de Monteverdi, es de exquisita delicadeza, cuajada de disonancias y consonancias de gran dulzura y sensualidad. Encontramos muchos de los recursos de los duetos de amor del Seicento, como bajos de lamento o movimientos de voces por terceras paralelas, con una pequeña plantilla instrumental al estilo de la época, en un segundo plano y dejando todo el protagonismo a la voz, al texto y al gesto.
Desde la “Sinfonía”deL’Ormindo (1644) nos adentramos en el Barroco ya no tan temprano lleno de impregnaciones monteverdianas, y desde Miracolo d’Amorecon la forma de voz acompañada acapara la producción. Andueza y Sabata deshacen cada línea vocal en ternura y sutileza, llenas de fuerza y de una articulación impecable. El disco es una selección de arias y duetos de 26 óperas de Cavalli, ordenadas formando una pequeña ópera. El melodrama amoroso se lleva casi todo el protagonismo, con arias desgarradoras como “O mio core, o mio amore”o “Se dardo pungente”, alternadas con alguna pieza instrumental como el “Ballo”de Le Nozze di Teti e di Peleo. Otro sobresaliente trabajo de La Galanía, de formidable presentación y sonido.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
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