
Viola Oppression
David Fons, viola
Kei Hikichi, piano
OrpheusClassical OR 3968-0529
El mero sonido de la viola implica para no pocos melómanos una experienciasingular. Un sonido oscuro, poco brioso, melancólico. Del timbre híbrido de la viola no emergen las musculosas figuras con que Miguel Ángel imaginó lo híbrido, sino el carácter efímero ysilencioso del mundo, que parece invitar a preferir el silencio al exceso de palabras. Y sin embargo, cuánto es capaz de decir y de enseñar el mero sonido de la viola. Rebeca Clarke y Dimitri Shostakóvich estuvieron atentos, y por eso eligieron este instrumento para expresar vivencias clave de sus vidas y de la vida.
El título elegido del disco es Viola Oppression, con lo que David Fons y KeiHikichi dan a entender la opresión vivida por los dos compositores: la inglesa por su condición de mujer compositora, el ruso por su circunstancia política. Opresión expresada a través de la viola, pero a través también de la viola acontece la liberación, que incluye y acoge la negatividad (la «sublimación de la negatividad», como se dice en el libreto).
La Sonata de Clarke (1919)es una obra maestra llena de matices que muestran el empeño de la voluntad humana por buscar la luminosidad. La viola, el instrumento melancólico, hace elevar con más humanidad al espíritu oprimido, sin la fuerza de una trompeta, el romanticismo de un chelo o la nerviosa energía de un violín. En Clarke canta el espíritu sereno, que sin hacerse ilusiones excesivas, pone su voluntad al servicio de superar las dificultades.Bellísimo el Adagio que cierra la sonata, cuyos aires impresionistas están magistralmente tratados por los dos intérpretes.
La Sonata de Shostakóvich (1975) es la última obra del compositor ruso, su despedida. El Adagio final, con frecuentes evocaciones al claro de luna de Beethoven,nos lleva más allá de la tan mencionada opresión política que vivió Shostakóvich, y nos traen viva su obsesión por la muerte, su pesimismo vital. El Shostakóvich de Fons se aleja de la misteriosa, tenebrosa y lentísima versión de Yuri Bashmet. Fons cuida bien los momentos grotescos típicos en Shostakóvich, el fraseo es bello y clásico, muy en la línea de FiodorDruzhinin, el violista a quien está dedicada la obra.
Por: Antonio Ríos
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