Un ‘latigazo orquestal’ de la Orquesta de Extremadura

En este nuevo concierto, la formación propone un diálogo entre Ravel y Músorgski precedido de una obra del español Andrés Gaos

Los días 29 y 30 de mayo el público de Badajoz y Mérida escuchará un ‘Latigazo orquestal’ de la Orquesta de Extremadura (OEX). Bajo este título, la formación ofrecerá un programa que pone a dialogar el Concierto para piano de Ravel con los Cuadros de una exposición, escritos por Músorsgki y popularizados por la orquestación de Ravel.

Bajo la dirección de su titular, Andrés Salado, la orquesta también interpretará la Impresión nocturna de Andrés Gaos. La entrada para los conciertos, celebrados en los palacios de congresos de las dos ciudades, están disponibles en la página web de la OEX.

Sobre el repertorio

La Impresión nocturna de Gaos, con la que darán comienzo los conciertos, es una obra para orquesta de cuerda compuesta para ser estrenada en el pabellón argentino de la Exposición Universal de París de 1937, aunque no vio la luz hasta 1939. A finales del siglo XX la obra fue recuperada y grabada por la Orquesta Sinfónica de Galicia, y esta será la primera vez que suene en los atriles de la OEX.

El Concierto para piano y orquesta en Sol mayor de Ravel, con su celebérrimo latigazo inicial, es la obra que da título a este programa. Su escritura virtuosa para el solista, y el juego de timbres de la orquesta, hacen de esta una de sus obras más queridas.

Alexei Volodin será el encargado de interpretar esta partitura junto a la OEX. Artista exclusivo de Steinway, se trata de uno de los pianistas más demandados en la actualidad y actúa con regularidad con orquestas de todo el mundo y en proyectos de cámara con destacados artistas.

Para finalizar, la segunda parte de los conciertos estará protagonizada por la versión orquestal que Ravel realizó de los Cuadros de una exposición de Músorgski.

La exposición póstuma de un amigo de Músorgski, el pintor Víktor Hartmann, inspiró al compositor para dibujar en música algunos de los cuadros expuestos. Intercalados entre los cuadros encontramos los ‘promenade’, pequeños interludios que simulan el paseo de los visitantes por la exposición.