
El patrimonio musical no llega al presente por casualidad; es fruto de un meticuloso trabajo que fusiona documentación, innovación y pasión por la memoria cultural, desarrollado por profesionales cuya labor es esencial para garantizar la pervivencia de los repertorios. Descubrimos y repasamos la trayectoria, desafíos y visión de una mujer que es una figura clave en la preservación de nuestro legado y, por tanto, de nuestra historia.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
‘Apasionada por la música y la documentación’, así es como se define María Teresa Delgado. Licenciada en Filología Hispánica, lleva más de dos décadas trabajando en la recuperación, descripción y conservación del patrimonio bibliográfico y documental musical en distintas instituciones. A día de hoy ocupa el cargo de jefa del Servicio de Partituras de la Biblioteca Nacional de España, donde anteriormente fue jefa de la Sección de Música Antigua, lo que le permite gestionar y promover el acceso a una de las colecciones más vastas y valiosas del patrimonio musical. Además, se encarga de la gestión de fondos personales e institucionales relacionados con la música, un trabajo que refleja su compromiso con la preservación y difusión de este legado cultural: ‘tengo la responsabilidad de asegurar que el patrimonio bibliográfico musical español que se atesora en la BNE sea accesible y se conserve adecuadamente. Esto implica mantener un entorno de trabajo que fomente el uso de nuestras colecciones, promoviendo la importancia de nuestra herencia musical’.
La posición de Delgado en la BNE es mucho más que un cargo institucional, tal y como ella misma nos explica, ‘es una gran responsabilidad que implica la gestión diaria de las colecciones de partituras y fondos personales, asegurando que estén procesados y accesibles en nuestra sala de lectura, la Sala Barbieri, tanto para investigadores como para el público en general. Mi labor incluye principalmente la supervisión y gestión del personal del Servicio, la catalogación y difusión de estos fondos a través de proyectos que fomenten el uso y la apreciación del patrimonio musical. Esto incluye la digitalización de los fondos —sin derechos de autor— para su disposición pública en la Biblioteca Digital Hispánica‘.
Pero su labor no se limita a la BNE; en los últimos ocho años ha desempeñado un papel activo en el ámbito de la documentación musical a nivel nacional e internacional como presidenta de la Asociación Española de Documentación Musical (AEDOM), la rama española de la International Association of Music Libraries, Archives and Documentation Centres (IAML), donde lidera el comité de eventos en línea, lo que permite una colaboración muy estrecha con profesionales bibliotecarios y archiveros a nivel global. Asimismo, fue durante dos años secretaria de la Junta Directiva de la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y Museística (FESABID): ‘Mi labor en AEDOM me ha facilitado conocer de cerca otras realidades de centros como ERESBIL (Archivo Vasco de la Música), la Fundación Juan March, el Centro de Documentación Musical de Andalucía o la Biblioteca de Catalunya, entre otros. Además, he podido observar la importante labor que se realiza en las bibliotecas de los conservatorios superiores de música, en muchos casos con grandes necesidades de profesionales especializados, así como la gran contribución profesional de mis compañeros archiveros de orquesta’.
En un mundo donde el acceso a la preservación del patrimonio cultural se ve en constante transformación tecnológica, los retos de su labor van más allá de la gestión tradicional, pues implica la integración de nuevas herramientas y colaboraciones con otros proyectos para garantizar que el patrimonio musical sea accesible a nivel global: ‘creo que uno de los mayores desafíos es colaborar con proyectos de innovación, como el que desarrollamos con la Universidad de Alicante, PolifonIA. Este proyecto ha sido pionero en el reconocimiento mediante OMR (reconocimiento óptico de marcas) de la notación mensural blanca en los ejemplares que conserva la BNE. Trabajar junto a Jorge Calvo y David Rizo, especialistas a nivel mundial en OMR, me ha abierto los ojos a nuevos enfoques en la descripción de contenidos, futuro de nuestra profesión. Además, la presentación del proyecto en congresos internacionales de IAML, como el último en Sudáfrica, en Cambridge o Praga, me ha permitido observar la gran admiración que se tiene por el trabajo que realizamos en nuestro país y la disposición pública de nuestros contenidos gracias a la Biblioteca Digital Hispánica. Desde 2009, he estado trabajando en la digitalización de colecciones, lo que me ha permitido apreciar cómo se ha modificado el acceso a nuestros contenidos, pasando de la sala de lectura a la comodidad del hogar de los propios investigadores en todo el mundo. Otro gran desafío es la conservación de los contenidos nativos digitales, y nuestra institución está realizando un gran esfuerzo en ello. En el último año también hemos colaborado con el proyecto RISM (Répertoire International des Sources Musicales), actualizando y catalogando todo el material manuscrito hasta 1850, posicionando aún más todos los ejemplares que conserva la BNE en todo el mundo’.
Es innegable que la perspectiva de género ha sido fundamental para el desarrollo de proyectos que resaltan la contribución de las mujeres en el ámbito musical. Desde la catalogación hasta la organización de actividades específicas, se demuestra la viabilidad y necesidad de integrar esta visión en la promoción del patrimonio musical: ‘en los últimos años hemos incluido la categoría de género en las autoridades de persona que se catalogan en nuestra entidad; allí se incluyen compositoras, intérpretes, musicólogas y coleccionistas. La BNE puede aportar muchísimo gracias al estudio de sus colecciones. Igualmente, el pasado 6 de marzo realizamos una mesa redonda para visibilizar el papel de las compositoras, con la participación de personalidades como Begoña Lolo, Marisa Manchado o Anna Bofill’.
‘Nuestra institución incluye diversas líneas que permiten este fin, como realizar un análisis exhaustivo del catálogo para identificar y resaltar las obras de compositoras, intérpretes o musicólogas, así como su contribución a la música. O la organización de exposiciones temporales, como la recientemente clausurada en torno a María Lejárraga (…) También colaboramos estrechamente con la Comisión de Archivos Musicales de AEDOM, liderada por María José González Ribot del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (CDAEM), en el control y localización de todos los fondos personales de mujeres que se encuentran en nuestros centros’.
Definitivamente, el trabajo de grandes profesionales como María Teresa Delgado constituye un pilar esencial sin el cual intérpretes e investigadores no podrían acceder a la música a la que dan vida. Ellas son guardianas de la memoria musical, y su función preservadora es la base sobre la que se construye todo lo demás. Nos despedimos devolviendo la palabra a nuestra protagonista: ‘Animo al estudio de nuestras colecciones tanto presenciales como virtuales, nuestro trabajo es un servicio público a disposición de todos los interesados en la música’.
Deja una respuesta