Ana Bolea Fernández-Pujol: El camino del Corazón
Ana Bolea, piano
SIEMPREPIANO Z-1320-2017
La musicoterapeuta y pianista Ana Bolea se estrena en este disco como compositora de un conjunto de once piezas interpretadas por ella misma. Sus obras reflejan un gran talento compositivo, gusto estético y facilidad para introducir al oyente en un universo musical cargado de expresividad. De hecho, Bolea ha obtenido recientemente el Premio de Composición Abanico de Vías, convocado por el Teatro de la Estación de Zaragoza.
El primer tema que escuchamos es el que da nombre al disco, El camino del corazón. De corte intimista y sosegado, está dedicado a sus padres y refleja, en palabras de Bolea, su propia personalidad. Casita Mindful nos remite al mundo de la música y su relación con el ámbito terapéutico. La dulce melodía, de cierto carácter infantil, nos permite conectar con nuestro niño interior. En tus ojos y Bellezamuestran también este tipo de melodías románticas, que se caracterizan por la riqueza dinámica y el amplio colorido.
Con Respirarla autora hace que seamos conscientes de la acción natural que supone la respiración. Es en la espiración cuando se produce una precipitación rítmica que calma nuestro cuerpo. En este recorrido músico-emocional no podía faltar el Amor, escrito a modo de nocturno, y Amistad, en el que el sutil acompañamiento vuelve a ceder todo el protagonismo a la melodía. Abrazos tiene como hilo conductor una sucesión de acordes arpegiados y Sentirutiliza el ostinato como recurso compositivo. La Fuerza del cariño está dedicada al periodo de convalecencia del padre de la compositora. El disco se cierra con la delicada versión instrumental de la plegaria Virgencica del Pilar.
El ambiente apacible y tranquilo, que además invita a la reflexión, se observa en numerosos pasajes de la obra de Bolea. La arquitectura sonora es clara, con giros melódicos y armónicos que dan lugar a momentos en los que la parte racional de la interpretación se deja arrastrar por el sentimiento. Una audición muy recomendada para armonizar nuestro equilibrio interior.
Por: Francisco J. Balsera
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