En 2025 se cumplen cien años de la muerte de Erik Satie, y la pianista Carmen Martínez-Pierret le homenajea con un álbum singular e inmersivo que propone un recorrido por dos de sus facetas principales: sus obras hipnóticas y atmosféricas y sus incursiones en el cabaret y el jazz.
Son varias las razones y los protagonistas que hacen de este disco una publicación única. La primera y más importante es la propia Martínez-Pierret, interlocutora privilegiada del compositor tras una larga carrera dedicada a interpretar, versionar y revisitar su música. Ya sea con las oníricas y reiterativas Gymnopédies y Gnossienes o bien con los festivos valses y ragtimes de la segunda parte del álbum, la pianista nos sumerge en el carácter único de estas piezas con sus versiones cálidas y marcadamente líricas. Además de las anteriores, es recomendable la escucha de las dos colecciones de Pièces froides, que proponen un melodismo fluido y un concepto rítmico menos estricto que las hace funcionar como perfecta transición entre sendos universos sonoros. La segunda razón de ser de este DanSatie es el reivindicar a este autor en toda su extrañeza y marginalidad. Al abordar todas sus aristas e incidir, como se hace en libreto, en su carácter estrafalario e inadecuado para la academia, Martínez-Pierret defiende una recuperación integral de este artista que lo rescata de lecturas distantes y frívolas. La obra de Satie es humana y contradictoria, y me atrevería a decir que ese es el criterio que guía las apasionadas interpretaciones de este disco: prestad atención a la transición entre la Danse de travers núm. 3 y el Valse-ballet para comprobar lo relacionados que están ambos discursos melódicos, a pesar de ser géneros tan distintos.
Finalmente, insisto en lo de’publicación única» porque el álbum tiene en cuenta un parámetro frecuentemente olvidado como es el libreto. Qué alegría poder disfrutar de un texto tan cuidado y de los evocadores collages de Fernando García Ortega, que redondean el proyecto y lo convierten en un objeto valioso desde todas las perspectivas. Como el propio Satie.





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