Aitzol Iturriagagoitia, violín
Enrique Bagaría, piano
Eudora Records EUD-SACD-1903
El presente registro combina la colaboración artística de dos formidables instrumentistas como son el violinista Aitzol Iturriagagoitia y el pianista Enrique Bagaría, con la propuesta de un repertorio profundamente interesante, y posiblemente menos interpretado dentro de la producción compositiva para la formación de violín y piano, como el integrado por las sonatas de Claude Debussy, Leos Janacek y Richard Strauss, representando, del mismo modo, una verdadera referencia discográfica de estas obras en particular.
El compendio muestra el reflejo artístico del cambio de siglo entre la Europa romántica y contemporánea, el final de un antiguo orden con reminiscencias de la primera escuela vienesa y la definición de las corrientes tardías del postromanticismo para fusionarse con las corrientes tanto impresionistas como nacionalistas que determinaron el estilo personal de los tres compositores.
La sonata de Debussy, comparte la visión de los últimos años de la vida de autor francés con un lenguaje puramente impresionista, en una retrospectiva a la música del pasado con influencias románticas, conformando una creación de gran sensualidad.
La interpretación comprende esta esencia mediante una equilibrada conjunción camerística, destacando la luminosidad del timbre de un piano adecuado a un violín que alterna una conmovedora gama de colores desde lo sentimental hasta lo contemplativo.
La sonata de Janacek ofrece una visión nacionalista que enmarca una variedad estilística abordada de forma sobresaliente por los intérpretes, conformando una extensa variedad sonora desde lo extrovertido hasta lo introspectivo con un contrastante tratamiento de la dinámica.
Finalmente, la monumental y eminentemente romántica sonata de Strauss, compuesta en su época de juventud, ofrece una culminación deslumbrante en la que el inconmensurable despliegue de demandas técnicas y recursos idiomáticos se encuentra abordado de forma magistral, predominando la claridad de la ejecución y otorgando al discurso sonoro la espectacularidad de un lenguaje que su creador desarrollaría a lo largo de su vida.
Por Abelardo Martín Ruiz
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