El amor brujo. Esencias de la música de Manuel de Falla
Euskal Barrokensemble
Enrike Solinís, dirección
AV9921
Con su estreno, Euskel Antiqua (2015), Solinís dejó claro que Euskal Barrokensemble no es un conjunto de música antigua al uso. Los instrumentos históricos se conjugan con otros modernos y tradicionales al servicio de la creatividad del director, aprovechando los recursos sin una mayor reverencia ante la práctica histórica y en pos de lanzar puentes entre Barroco, lenguajes tradicionales y étnicos y el jazz.
En esta ocasión, el conjunto homenajea a Manuel de Falla en el 140 aniversario de su nacimiento, con una selección de obras del autor entremesadas con piezas clásicas coetáneas y tradicionales. Para Solinís, no podía faltar el cante flamenco, del que Falla fue un impulsor; para la ocasión cuenta con María José Perez, premio Lámpara Minera de la Unión 2015.
Extraído del Cancionero Popular de Burgos (1903), y transformado en taranta, el canto de siega Todo lo cría la tierra preludia este tributo a un compositor que tanto valoró el folclore. La Canción del amor dolido y Danza ritual del fuego, con arreglos originales y cargados de percusiones árabes y contemporáneas, son seguidos por el Allegro y el Andante del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo (1901-1999). Las letras de María Lejárraga, en boca de María José Pérez, sientan la base de la fiesta flamenca en el allegro y acunan al oyente en el andante. Las Sonatas K32y K141 de Domenico Scarlatti, interpretadas a solo por Solinís, nos recuerdan la admiración que expresaba Falla por el autor napolitano. La Escena Cantemigar, de Dimitrie Cantemir (1673- 1723) nos introduce en el esas sonoridades exóticas que evoca Falla en su música, con Solinís a la lavta árabe.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
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