
Imaginario: De un Libro de Música de Vihuela
Armonía Concertada
María Cristina Kiehr, soprano
John Potter, tenor
Ariel Abramovich, vihuelas de mano
Jacob Heringman, vihuelas de mano
Arcana A460
Habiendo habido más de 150 fabricantes de vihuelas durante el siglo XVI, decenas de compositores y numerosos intérpretes tanto en el ámbito cortesano como en el popular, nos preguntamos cómo es posible que no hayan llegado hasta nosotros más de cinco o seis vihuelas y no más de siete libros de composiciones. Partiendo de la base de que fue un instrumento altamente difundido tanto en el sur de Europa como en América, y que muchas de las obras se repiten en las distintas colecciones, Abramovich propone, a través de este álbum, un libro imaginario que podría perfectamente haber existido cinco siglos atrás.
Una de las prácticas más habituales fue la de adaptar a la tablatura la obra de los grandes genios del momento. En el ámbito de la música profana es Juan Vásquez quien se lleva todo el protagonismo con obras como O dulce contemplación y Vós me matastes, a las que la soprano María Cristina Kiehr da vida con un timbre bonito y equilibrado. Encontramos la música religiosa de Cristóbal de Morales con el Agnus Dei de la Missa «Dezidle al Cavallero», una pieza de extraordinaria belleza que cierra este libro imaginario. Josquin des Prez y Adrian Willaert son compositores flamencos que en su momento causaron sensación a lo largo del continente, y que a lo largo del siglo XVI van a seguir siendo paradigmáticos y, por tanto, también los encontramos en estas colecciones.
No pueden faltar piezas instrumentales como la famosa Anchor che col partire de Cipriano de Rore, o la pieza a dos vihuelas Inviolata, integra et casta es Maria, que dan oxígeno a la grabación y aportan distintas texturas sonoras.
El sonido de la vihuela de Abramovich destaca por su calidez y limpieza. Estos aspectos son fundamentales para una música que todavía estaba muy lejos del ulterior concepto de concierto. Es esta una música intimista y transparente que mueve lo más profundo de los sentidos, sobria, ascética y mística; un espíritu captado aquí a la perfección.
Por Enrique Pastor Morales
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