
Manuel Blasco de Nebra. Complete Piano Works
Pedro Piquero, piano
Piano Classics PCL10324
Melómano de Oro
Piano Classics reedita en un triple álbum compacto la obra integral para clave y pianoforte conservada del sevillano Manuel Blasco de Nebra (1750-1784), registradas por el pianista Pedro Piquero entre los años 2008 y 2010. Integran este exquisito corpus musical veinticuatro sonatas, de uno o dos movimientos —entre estas las Seis sonatas para clave o pianoforte opus 1, publicadas en Madrid en 1780— y seis pastorelas de invariable estructura tripartita (Adagio, Pastorela, Minueto), cuya edición proviene de dos únicas fuentes manuscritas, localizadas en el Convento de la Encarnación de Osuna y en la abadía benedictina de Santa María de Montserrat (Ms. 2998).
Blasco de Nebra, organista, compositor, sacerdote, es el último representante de una familia de músicos en cuya primera generación destacan el padre, José Blasco Lacarra, segundo organista en la Catedral de Sevilla, y su tío José de Nebra Blasco, compositor de zarzuelas, organista principal y vicemaestro de la Capilla Real en Madrid y maestro de clave del infante Gabriel de Borbón. Con la muerte del tío, acaecida en 1768, se esfuman las posibilidades de Manuel para medrar en la capital del reino; de regreso a Sevilla trabajará a la sombra del padre, a quien sucede en el órgano en 1778. Una súbita enfermedad pone fin a la vida del compositor y condena su obra musical al olvido, dejándole como único ‘representante de un estilo moderno, pero sin continuidad en las posteriores generaciones creativas del país’ (Roberto Montes).
Respecto a la deriva estilística que en España comienza y termina con Blasco de Nebra, Pedro Piquero, autor de estas sutiles y luminosas interpretaciones, afirmaba en nuestras páginas (Melómano 149, enero 2010) que el compositor partía de ‘algún punto pre-Sturm und Drang, prerromántico increíble para su época’; desde Carl Philip Emanuel Bach, cuya expresividad conducirá a Haydn, Mozart y Beethoven, y no desde la tradición tardobarroca representada por Scarlatti y Soler, como quizá hubiera sido más lógico. Además de en la delicada emoción contenida en las sonatas, repárese en las pastorelas, porque —razón lleva el intérprete— ‘son pura poesía’.
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