Mya Senhor Velida
Medieval Lais & Cantigas from France & Spain
Malandança
Francisco Luengo, director
Brilliant Classics 95689
Pese a que Umberto Eco haya atisbado en nuestro mundo moderno rasgos comunes con la Edad Media, creo que el periodo histórico conocido como tal, es de todos los periodos de la historia, uno de los más alejados del espíritu del hombre actual. Precisamente por ello, siempre que un disco de música medieval ve la luz hemos de estar de enhorabuena, pues quedamos interpelados, transportados a otro modo de pensar, sentir, amar, tan distintos de los nuestros.
Francisco Luengo y su grupo Malandança nos presentan piezas de la lírica medieval de los siglos XII y XIII, dos Lais franceses del Cancionero de Noailles y tres Cantigas de Alfonso X, en este disco que no solo está dedicado a la música medieval, sino también a la Virgen María, que en la lírica medieval se libera del hieratismo que mostraba en las artes plásticas dela época. En la primera pieza de compositor anónimo, vemos a la Virgen padecer, sufrir y llorar por Cristo —trasfondo de la humanidad— y así, María aparece cercana y presta a consolar al hombre medieval en las terribles epidemias, en los estragos de la guerra.
La lírica medieval, nacida del espíritu del amor cortés y de espíritu más subjetivo e individual de lo que en general lo es la Edad Media, mantiene, sin embargo, insobornablemente lo que hoy se llaman valores, entonces bella y trascendentemente llamados virtudes. Así en el Lai de Notre Dame (núm. 5) el trovador E. le Vielle de Gastinois, nos canta en un ritmo pegadizo y en una composición tan bella como compleja, su entrega fiel e incondicional a María, su protectora. Y el hombre moderno, insólitamente, sigue alegrándose de saber de la existencia de tales virtudes. Interesante es la Cantiga 200, que nos recuerda a la lírica de muchos salmos en la visión individual y subjetiva. Dios (aquí María) favorece a un individuo y desfavorece a otros, por sus méritos y nacimiento.
Francisco Luengo nos ofrece en todo momento una meditada y sugerente interpretación, sin banalizar la lírica medieval ridiculizándola con ritmos de rock, ni entregándonos tampoco al tedio.
Por: Antonio Ríos Rojas
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