Reseña | Stefano Casarini, 24 etudes for guitar

La enredadera musical

El presente disco, grabado el año pasado en Brilliant Classics, sale a la luz en este 2018 trayendo consigo una magnífica colección de estudios para guitarra del maestro y compositor Stefano Casarini. En concreto encontramos doce Grandes études y doce Petites études del compositor italiano.

En cuanto al brillante intérprete, tenemos a Adriano Sebastiani, guitarrista clásico italiano, considerado también como uno de los más importantes expertos italianos e internacionales en discografía de guitarra, literatura y música de cámara de guitarra. Además, es musicólogo y maestro de grabación. Estudió guitarra en Italia con Alvaro Company, alumno de Andrés Segovia, en Florencia, y Bruno Battisti D’Amario en Roma, obteniendo su máster en el prestigioso Conservatorio de San Pietro a Maiella, el más antiguo de Italia.

Sebastiani asistió a clases magistrales de guitarra de grandes personalidades del mundo de la guitarra y el laúd como Hopkinson Smith, Oscar Roberto Casares, Leo Brouwer, Sergio y Odair Assad, Dusan Bogdanovic y Ralph Towner. En el dúo de guitarras ha obtenido cuatro primeros premios en competiciones nacionales e internacionales. Actúa además como solista y en conjuntos de cámara en Italia, Europa y Estados Unidos, colaborando con cantantes, violinistas, tríos de cuerda y cuartetos.

Cuando Sebastiani conoció la obra de Casarini se sintió sorprendentemente fascinado por ella. Tras conocer los estudios y al observar cómo estos contenían tal cantidad de técnica, que resulta demandada por los estudiosos del instrumento, decidió centrarse en ellos.

La fusión de la composición y la interpretación de sangre italiana resulta un fruto musical lleno de entendimiento y complicidad entre ambos músicos. Lo que aquí encontramos es una excelente interpretación por parte de Sebastiani, con una técnica muy pulida que podemos apreciar desde el minuto cero. Podemos escuchar todas las voces hablando una misma conversación donde la balanza armónica está en equilibrio constante.

El disco resulta un agradable viaje musical de cincuenta y dos minutos de exquisita música e interpretación.

Por: Cecilia Mª González Zango