El conjunto Artemandolinenos presentan en este disco del sello Deutsche Harmonia Mundi un programa de sonatas italianas barrocas originales para mandolina. A excepción de la Sinfonia per la mandola de Francesco Piccione, el resto de obras son primeras grabaciones mundiales, cosa que le otorga un interés musicológico al disco, en unos tiempos en los que parece que muchos intérpretes se ponen de acuerdo en grabar siempre los mismos repertorios. Es de agradecer descubrir obras nuevas y más aún si están bien interpretadas, como es el caso.
El repertorio aquí grabado es variado y fácil de escuchar, bajo la óptica de los instrumentos originales y criterios históricos interpretativos. Juan Carlos Muñoz y Mari Fe Pavón se reparten los papeles solistas de las seis sonatas que aparecen el disco, tocando cada uno de ellos tres sonatas. Hacer esa repartición equitativa entre los solistas es muy interesante y más si tienen una manera de tocar bastante similar, cosa que no provoca disparidades entre las obras asignadas a uno a otro. Ambos demuestran en todo momento el dominio técnico de su instrumento, así como un buen fraseo y musicalidad. También destaca su sonido limpio, cosa muy importante en este tipo de instrumentos.
El bajo continuo, formado por violonchelo, contrabajo (alternado con violone), tiorba, guitarra barroca y clavicémbalo (alternado con el órgano) suena rico y compacto, añadiendo un cojín muy importante a los solistas. Destaca el atento acompañamiento de Oleguer Aymamí al violonchelo con momentos cantábiles que hacen resaltar el bello sonido del instrumento. El hecho de alternar clave u órgano en función de la sonata o incluso dentro de un mismo movimiento de una obra le da un carácter muy diferente, como si fuesen dos personajes distintos en una ópera y con una imaginativa realización del bajo continuo. El contrabajo (o violone, según el caso) le da un carácter más orquestal al continuo y profundiza sabiamente los graves.
Finalmente, la combinación de tiorba y guitarra barroca es extraordinaria, pudiendo calificar este disco de delicioso.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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