Reseña | Morel: Premier Livre de Pièces de Violle – La Spagna

Es de gran importancia este monográfico sonoro sobre un compositor poco conocido, Jacques Morel, de quien poco se sabe. Alumno del insigne Marin Marais y heredero de toda una tradición de violagambistas franceses, publica su primera compilación de suites en 1709, elogiando a su maestro y reconociendo la genialidad de su música.

Alejandro Marías da vida a este proyecto recogiendo cuatro suites de se primer libro, de las cuales tres han sido llevadas al compacto por primera vez. Al final se incluye una Chaconne en trio, una pieza extensa que constituye una de las más conocidas del compositor.

Encontramos algunas diferencias entre la música de Marais y la de Morel, si bien el segundo representa una clara línea de continuidad estilística. Tanto la parte solista como el bajo continuo empiezan a ser escritos en un mismo sistema, lo que permite a todos los intérpretes seguir la música de los demás. También agrupa las danzas de manera más sistemática, encaminándose hacia la forma definitiva de la suite barroca. Esto lo podemos apreciar especialmente en la comparación de la Suite núm. 1 en La menor y la Suite núm. 2 en Re menor. En esta última disfrutamos de dos pièces de caractère, el Rondeau Le Folet y La Fanchonnette, muy características en la música francesa de la época.

El contrapunto sonoro llega con la tercera Suite en Re mayor, una tonalidad brillante y agradecida para los intérpretes de viola da gamba. La música resulta ser de una indudable calidad y, en algunos momentos, de una extrema dificultad técnica.

Debemos destacar la maestría del clavecinista Jordan Fumadó, que logra un acompañamiento excelente lleno de matices y buen gusto.

La cuarta y última suite está en Sol mayor, una tonalidad también frecuente en el repertorio de viola da gamba, que termina por aportar el equilibrio entre tonalidades mayores y menores.

La última obra interpretada, una chacona de siete minutos para traverso, viola da gamba y continuo, es la más conocida de su autor y la que ha conseguido que el nombre de Morel no haya caído en el olvido.

Por Enrique Pastor Morales