Reseña | Passio Christi

Durante siglos, la Pasión y Muerte de Jesucristo ha sido musicalizada desde los diferentes códigos estilísticos que dictaba cada época. Al margen de la composición de otro tipo de música sacra, la ambiciosa empresa de describir en sonidos el corpus central del Cristianismo ha estado asociada por lo común a aquellos compositores que tenían bastante que ver con la Iglesia de su país de origen, ya fueran católicos o protestantes, por citar los dos credos más implicados en esta práctica. En una novedosa materialización de la Pasión, nos llega la propuesta del polifacético Marco Frisina, conocido sacerdote de la Iglesia Católica por ser el actual director del coro de la Catedral de Roma que, apoyándose en su estrecha vinculación a la ciudad de Málaga, ha grabado para Ibs Classical su particular Passio Christi.

Frisina es un destacado cultivador de música religiosa, con numerosas composiciones corales en su haber. En esta obra vuelca toda su sabiduría e inteligencia musicales a una enorme escala y un mayor vanguardismo sin renunciar a la tradición, pues nos hallamos ante una auténtica cantata contemporánea para solistas, coro y orquesta. Su plasmación del ambiente opresivo y asfixiante que envuelve a la Pasión de Cristo la consigue con recursos sonoros plenamente cinematográficos y de musical en el sinuoso continuum orquestal y un modesto uso del leitmotiv. El texto extraído de los cuatro Evangelios, en moderna recitación operística —con un narrador hablado— se alterna con la creación de arias melódicas que utilizan otras lenguas distintas del italiano imperante: el francés para María Magdalena, el inglés del Cirineo o el ruso para un dúo entre Judas y Pedro.

Los intérpretes, que ya estrenaron la ópera-oratorio en Málaga, parten del actor Antonio Banderas, a la sazón malagueño, de impostada y curtida voz como el narrador Evangelista, pasando por el barítono Damián del Castillo en un Jesús de amplia nobleza, hasta la soprano Maria Grazia Schiavo, de límpido instrumento. Por encima de todo, la Filarmónica de Málaga sostiene el drama de este epatante teatro sacro.

Por Germán García Tomás