Un film de Otto Preminger
Carmen Jones (1954) de Otto Preminger constituye, por el contrario, una curiosa revisitación de la ópera. En 1943, Oscar Hammerstein II (autor de Sonrisas y lágrimas, Oklahoma! y El rey y yo) adaptó al inglés buena parte de los números de Bizet, imaginando un nuevo escenario: Carolina del Norte, durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí Carmen y el resto de los personajes son afroamericanos. La fábrica de tabacos se convierte en una de paracaídas y Don José se nos presenta bajo la apariencia del policía Joe, cuyo rival amoroso es el boxeador Husky Millar, en lugar de un toreador. Por su parte, Micaela se transforma en la virginal Cindy Lou. En lugar de tocar las castañuelas y bailar flamenco, Carmen Jones canta en un nightclub de Louisiana pero es igualmente supersticiosa y lee en los naipes su destino fatal, a manos de su ardoroso amante. Curiosamente, Preminger encontró el musical de Broadway extremadamente pobre, incluso en el aspecto musical, a fin de que pudiera ser cantado por actores sin formación operística. Para ello decidió reforzar sus aspectos dramáticos a la hora de llevarlo a la gran pantalla. Contrató entonces como guionista al escritor Harry Kleiner al que pidió aproximase el argumento lo máximo posible al espíritu original de la novela de Merimée.
Por aquel entonces Horne contaba veinte años y faltaban dos para que Igor Stravinski descubriese su inmenso talento y respaldase su carrera invitándola a actuar en el Festival de Venecia. Hasta el momento había trabajado poniendo su voz a sintonías televisivas y grabando discos con canciones populares. A fin de que no se notase que su voz no era la de Dandridge, decidió imitar la forma de cantar de ésta y el registro al que ella hubiera podido llegar, en lugar de ofrecer una interpretación operística. Horne lo hizo con tanta profesionalidad que el público no apreció en absoluto que se trataba de un doblaje. Dieciocho años después, Leonard Bernstein la dirigiría en un registro discográfico, ésta vez interpretando a la verdadera Carmen, con el Don José de James McCracken. Aún así, esta grabación nunca ha gozado del favor del público ni de la crítica.
Dandridge se arrepentiría siempre de esa decisión, pero Preminger trató de compensarla filmando con ella una adaptación de Porgy and Bess de Gershwin, con Sidney Portier y Sammie Davis Jr. El film se estrenó en 1959, pero eso no salvaría a la actriz de su trágico destino: sus administradores la estafarían, dejándola en la ruina, a la vez que se veía obligada a internar a su hija en una institución mental.
Dorothy Dandridge falleció el 8 de septiembre de 1965, a los 42 años de edad, de una sobredosis accidental de antidepresivos.