
Aunque existen antecedentes irrefutables sobre los beneficios de la música en la salud, su consolidación como disciplina científica no se materializó hasta 1950 en Estados Unidos con la creación de la National Association for Music Therapy. Sin embargo, treinta y cinco años antes (1915), un joven médico y compositor había sentado las bases de este campo en España con la publicación de un libro que acuñaba el término musicoterapia y abría camino para su estudio científico. En el 110.º aniversario de aquella efeméride, Melómano reivindica su malograda historia.
In memoriam: José Miguel Perales Candela (1964-2018)
Por Antonino Castañer Llinares, doctor, pedagogo y musicoterapeuta
Dobles estudios de música y medicina. Afamado compositor
Joaquín Candela Ardid nació en Crevillent (Alicante) el 22 de septiembre de 1886, si bien con 8 años se trasladó a Madrid con su familia. A su llegada a la capital (1894), Quinito ingresó en la Escuela Nacional de Música y Declamación, donde cursó durante nueve años estudios de solfeo, violín, armonía y composición. Según consta en su expediente, poseía ‘muy buenas aptitudes’, lo que se reflejó en sus calificaciones y en la obtención de un premio. Entre sus compañeros y amigos, Conrado del Campo, su paisano Telmo Vela y Joaquín Turina.
Para ayudarse económicamente, con 15 años comenzó a componer, y en 1902 estrenó la zarzuela La Perla del Cortijo, que le permitió cosechar reputación e ingresar en la Sociedad de Autores. A esta le siguieron otras veinticinco obras líricas estrenadas entre 1905 y 1913, entre otras, ¡¡Gloria á Cervantes!!, ¡A los pies de Usted!, ¡Qué alma, rediós!, Ahí queda eso, ¡Á ver si va á poder ser!, El Clown Bebé o Sor Angélica,dos de ellas registradas además en discos de 78 RPM por la discográfica The Gramophone.
Paralelamente cursó Bachiller en el Instituto Cardenal Cisneros e ingresó en la Facultad de Medicina San Carlos de la Universidad Central (1902-03), donde tuvo como profesores a destacadas figuras de la medicina y la ciencia como Julián Calleja, presidente de la Academia; el ministro Alejandro San Martín; Gómez Ocaña, presidente de la Real Sociedad de Historia Natural; Tomás Maestre, fundador de la Escuela de Medicina Legal; y el mismísimo Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal. Su expediente fue intachable, y entre sus compañeros sobresalió el célebre Gregorio Marañón, con quien mantendría estrecha amistad.
Tras obtener la Licenciatura en Medicina y Cirugía en 1909, se matriculó en el prestigioso y vanguardista Instituto de Terapéutica Operatoria, conocido como Instituto Rubio, donde se especializó en Oftalmología. Más tarde, pasó a formar parte del pionero Instituto Oftálmico Nacional y prestó servicio en el Hospital General de Nuestra Señora de la Encarnación y San Roque.
Promovió la construcción de un teatro
Mientras dirigía una orquesta en el Gran Teatro de Madrid, concibió la idea de construir un teatro en su ciudad natal, Crevillent. Para ello impulsó la constitución de la Sociedad Artística Ruperto Chapí, que recaudaría fondos y llevaría a término la obra. Finalmente, en calidad de presidente honorario, participaría en su inauguración (14/2/1914), dirigiendo orquesta y coro en el estreno de su propia obra Himno a Chapí.
Al tiempo, entablaría contacto con una joven crevillentina, María del Carmen Magro Mas (1894-1986), hija de un destacado empresario alicantino. La relación entre ambos posiblemente influyó en su decisión de establecer una consulta oftalmológica en la calle Bailén de Alicante, donde, además de atender a sus pacientes, dedicaba dos tardes a brindar asistencia gratuita a quienes no podían costear sus servicios.
Origen científico de la musicoterapia en España (1915)
Mientras mantenía su domicilio en Madrid y realizaba traslados frecuentes a Alicante, empezó a interrelacionar empíricamente música y medicina. A partir de la experiencia adquirida en el Instituto Rubio y en el Sanatorio de la Encarnación, escribió el tratado La música como medio curativo de las enfermedades nerviosas,que inauguró el primer tomo de la denominada Enciclopedia de Divulgación Científica de la Editorial Gráfica Española. La obra, publicada en marzo de 1915, constituyó toda una novedad, al demostrar científicamente que la música generaba reacciones físicas en el organismo y que su influencia sobre el sistema nervioso podía convertirse en un eficaz agente terapéutico para pacientes psiquiátricos: ‘tratado científico, de gran originalidad e interés, donde se pone de relieve la decisiva influencia de la música, que abre un nuevo cauce a las especulaciones terapéuticas de nuestros días’ (La Unión ilustrada, 28/3/1915).
A pesar de que su ensayo científico despertó gran expectación en la prensa nacional, la interrupción de sus investigaciones en la capital, su inmediato traslado a Alicante y una escasa y deficiente difusión editorial impidieron que alcanzara el reconocimiento que merecía. Un libro que podría haber trascendido fronteras y abierto nuevos horizontes en el campo de la musicoterapia quedó relegado al ámbito nacional y, con el tiempo, cayó en el olvido.
Traslado a Alicante e implicación cultural y social
Tras la petición de mano, el enlace entre Joaquín y Carmen acontecería el 18 de abril de 1915, estableciéndose inicialmente en Madrid, para, unos meses después, trasladarse definitivamente a Alicante. Allí nacerían dos hijos fallecidos trágicamente en edad temprana, y otros cuatro supervivientes.
Durante esta década centró sus ocupaciones en la medicina, al frente de su Clínica Especial para Enfermedades de los Ojos, que trasladó a la plaza de Castelar. En el ámbito artístico, tuvo un papel crucial en la fundación del Círculo de Bellas Artes de Alicante (1918), el centro cultural más prestigioso de la ciudad, formando parte de su Junta Directiva junto a destacados intelectuales como el poeta Salvador Sellés, los periodistas Rodolfo de Salazar y Emilio Costa, el pintor Vicente Poveda y el escritor Rafael Campos de Loma.
Tras el golpe de estado de Primo de Rivera, pasó a formar parte del Ayuntamiento de Alicante, entonces presidido por el general Suárez Llanos. Tomó posesión del cargo el 12 de diciembre de 1924, siendo nombrado segundo teniente de alcalde y responsable de las Concejalías de Beneficencia y Sanidad. Un año después, fue elegido también vicepresidente del Comité Local de Unión Patriótica.
Uno de sus logros más importantes como edil fue impulsar y hacer realidad la construcción de la actual Casa de Socorro de Alicante, un centro destinado a brindar atención médica a personas sin recursos, huérfanos, enfermos y heridos de la ciudad, que fue inaugurado en enero de 1927. También formó parte de la Comisión del Certamen Provincial de Bandas de Música, y fue uno de los promotores de la construcción del templete para conciertos del paseo de la Explanada.
Cruzada médico-humanitaria contra el tracoma
Ante la alarmante propagación del tracoma, una enfermedad infecciosa que, por las condiciones higiénico-sanitarias de momento, se extendía rápidamente por toda España, decidió emprender su propia ‘cruzada’, y como parte de su compromiso profesional y social en octubre de 1926 inauguró en Crevillent el primer dispensario antitracomatoso de la provincia, que atendía personalmente de forma altruista.
Paralelamente, alegando ‘motivos de índole profesional que no le permiten dedicar el tiempo que requiere el cargo de concejal y teniente de alcalde’, presentó su dimisión ante el Ayuntamiento de Alicante (12/2/1927), lo que en realidad vino provocado por ciertas irregularidades detectadas en la gestión política municipal, que un año después denunciaría.
Durante el siguiente quinquenio (1927-1931), realizaría ensayos, presentaría publicaciones, y finalmente, a través de la denominada Junta Provincial Antitracomatosa, conseguiría la apertura de otros seis dispensarios médicos destinados a la ayuda humanitaria a enfermos del tracoma, en Alicante, Alcoy, Elche, Villajoyosa, Callosa del Segura y Aspe.
Reintento de concienciar sobre la musicoterapia (1929)
En septiembre de 1929, mientras ejercía como secretario provincial de Sanidad, decidió retomar e intentar dar visibilidad a los estudios sobre musicoterapia llevados a cabo catorce años antes, rescatando para ello un capítulo de su anterior libro, que publicaría como artículo bajo el título ‘Influencia de la música sobre el estado fisiológico’. Aparecería en la portada de la revista Noticias Médicas de la Academia Médico-Quirúrgica de Cartagena (julio de 1930), si bien tampoco tendría la trascendencia y repercusión científica que merecía.
Delegado de la SGAE y nueva faceta como compositor
Tras su participación en la fundación de Les Fogueres de Sant Joan en 1928, retomó su vínculo con la Sociedad General de Autores y, en agosto de 1930, fue nombrado delegado en Alicante. En este periodo volvió a componer, preparando dos nuevas zarzuelas: El Belén Municipal, estrenada en Alicante; y La ruta de Don Quijote, compuesta junto al pianista invidente Rafael Rodríguez Albert y que por circunstancias quedó inédita.
También fundaría el Montepío de Prensa de la SGAE (1932) y la asociación de médicos Hermandad de San Cosme y San Damián (1935), formando parte de sus juntas directivas. En Crevillent establecería el Premio Telmo Vela para estudiantes de música, dotado con una asignación anual de 250 pesetas que abonaba de su propio estipendio.
En lo laboral se presentaría en Madrid a oposiciones y aprobaría con excelentes resultados la plaza de oftalmólogo del Instituto Provincial de Higiene de Alicante (22/5/1936).
Guerra Civil y represión política
Durante la Guerra Civil Española se afilió al Sindicato de Sanidad e Higiene de la CNT y ayudó a escapar a un prófugo político, lo que lo obligó a esconderse, siendo juzgado bajo la acusación de ‘desafecto al régimen’.
Poco más tarde, sería socio también de Solidaridad Antifascista y se suscribiría al periódico ¡Liberación!, que abogaba por la liberación de presos políticos, lo que conllevó que fuera represaliado al finalizar el conflicto, a pesar de que mantuvo su cargo funcionarial sin consecuencias personales.
Últimos éxitos musicales y fallecimiento prematuro
En la década de 1940 participó en la refundación del Orfeón Alicante y compuso varias piezas, destacando los pasodobles Las Mulillas y La Mora de Maravillas,este último galardonado en el Concurso Nacional de Pasodobles de 1943 y escenificado en el Teatro Principal de Alicante. Ambos serían grabados por la Banda de la 1ª Legión de Tropas de Aviación y registrados por la discográfica Columbia.
También compuso el sainete lírico Luis el Bufanda o el Caballero del Alto Plumero, una parodia de la zarzuela Luisa Fernanda de Moreno Torroba, que sería estrenado en el Teatro Nuevo de Barcelona (junio de 1944), convirtiéndose en el mayor éxito de la temporada.
Su última obra presentada sería el pasodoble Paco Alonso, compuesto junto al maestro Alfosea y dedicado al compositor Francisco Alonso López (1887-1948), amigo personal y vinculado a Alicante.
A causa de una colecistitis, Joaquín Candela falleció prematuramente en Alicante el 30 de abril de 1947, a los 60 años; fue despedido por el colegio médico y toda la intelectualidad alicantina. Dejó esposa, cuatro hijos y un legado imborrable en la ciudad, quedando además inéditas más de veinte composiciones musicales.
Puesta en valor
Carente de homenajes y reconocimientos, hubo que esperar hasta la década de 1960 para que la pedagoga catalana Serafina Poch, impulsora de la musicoterapia en España, lo mencionara en sus estudios.
Ello conllevó, en 1994, la reedición de su libro por parte del Centro de Investigación Musicoterapéutica de Bilbao, siendo además traducido al francés y publicado por Éditions du Non Verbal. Gérard Ducorneau, director de la Escuela de Musicoterapia de Burdeos, afirmaba: ‘Es extremadamente curioso que un escrito de este género haya sido olvidado, sin figurar en bibliografías comunes ni en referencias recientes. Tengo la impresión de que fue uno de los precursores’.
Actualmente se está trabajando para poner en valor la figura del Dr. Candela Ardid, con la presentación en noviembre de sendas conferencias en Crevillent y Alicante, y la publicación de un libro monográfico que reivindique sus aportaciones al campo de la musicoterapia.
Como decía él: ‘Si no hubiese otras razones para justificar la influencia de la música sobre nuestra salud, bastaría decir que está basada en el ritmo, como la vida misma’.
Tengo la titulación monitor en musicoterapia acabo de hacer una
Asistencia y todo bien.