Este mes Cullera acoge la II edición del Concurso Internacional de Violín ‘CullerArts’, con dirección artística de Cristóbal Soler. El desarrollo del certamen tendrá lugar entre los días 13 y 19 de septiembre. Veinte violinistas de todo el mundo mostrarán sus habilidades ante el público y el jurado, compuesto por el propio Cristóbal Soler, Justo Romero, Mariana Todorova, Enrique Palomares y Mikhail Pochekin.
Por Susana Castro
Este año Cullera acogerá la celebración de la segunda edición de CullerArts, su concurso internacional de violín. ¿Qué fue lo que movió al Ayuntamiento de Cullera a organizar un evento de estas características por primera vez en 2019?
Cullera es conocida en el mundo musical por ser una de las ciudades que más músicos exporta al mundo. Históricamente, en nuestro municipio estamos vinculados a la música de banda con dos de las mejores sociedades musicales que existen actualmente en Europa. De hecho, contamos con el certamen nacional de música de bandas más antiguo en su categoría, el ‘Ciutat de Cullera’.
Tras el cambio de gobierno de 2015, tuvimos como objetivo recuperar, en primer lugar, la financiación de las sociedades musicales que se había visto recortada drásticamente por las políticas de recortes del anterior gobierno local. Y además de recuperar, consolidar una programación cultural que cubriera todos los ámbitos. Considerábamos que había un enorme hueco que cubrir en lo que respecta a la música clásica.
El actual director artístico, Cristóbal Soler, nos hizo una propuesta sumamente interesante: convertir Cullera en una ciudad donde convivieran en plena armonía la música clásica y la de banda, y que además esto sirviera como atractivo turístico y evidenciara nuestro valor como potencia mundial de la música.
Así nació CullerArts, un festival anual que ofrece al público local y a los centenares de miles de visitantes que recibimos cada año una completa oferta de conciertos que culminan en septiembre con el festival internacional de violín, el único actualmente en España, que en su primer año recibió una gran aceptación por parte de solistas llegados de distintos continentes.
¿Cómo vivieron desde el consistorio el desarrollo del Concurso? ¿Qué les animó a repetir?
Eso, y la enorme respuesta del público ante la programación que implementamos, nos llevaron al convencimiento de que CullerArts puede ser un festival con un gran futuro y para ello es necesario que, año tras año, amplíe y consolide su prestigio.
El primer año, como todo en la vida, no resultó nada fácil, porque si bien tenemos una enorme experiencia en la gestión e impulso de las actividades musicales vinculadas a la música de banda, para nosotros esto era un reto. Creo, humildemente, que lo superamos con modestia, pero es un buen comienzo.
Usted es músico, algo poco frecuente entre la clase política en nuestro país. ¿Cree que eso le dota de una sensibilidad especial a la hora de valorar un proyecto de estas características?
Es evidente que alguien que está vinculado directamente a la música tendrá una sensibilidad especial hacia ella. Estoy seguro de que si los políticos en general fuéramos un poco menos solistas y actuáramos más como una banda, pero de las de viento, no de ladrones (se ríe), habría mucha más armonía.
‘La COVID-19 no ha podido acabar con la música de banda ni truncará el sueño de CullerArts’. Jordi Mayor
¿Cómo se han adaptado a las medidas sanitarias impuestas por la crisis que estamos viviendo?
Seguimos estrictamente las indicaciones de las autoridades sanitarias al respecto. Afortunadamente, hemos podido empezar a reiniciar tímidamente la programación aunque siempre primando la seguridad del público y los artistas. La COVID-19 no ha podido acabar con la música de banda ni truncará el sueño de CullerArts.
El Concurso contempla varios premios, todos ellos dotados con una importante cuantía económica para los intérpretes, ¿podría detallarnos cuáles son estos galardones?
Tenemos el Primer Premio ‘CullerArts’, con una dotación económica de 3.000 euros y diploma; mientras que el Segundo y el Tercero reciben 2.000 y 1.00 euros,respectivamente.
Asimismo, existe un Premio especial concedido por el público con una dotación económica de 1.500 euros y el Premio especial Roberto Polo, financiado por este mecenas del arte, con una dotación económica de 3.000 euros para la persona ganadora.
En la edición de este año participarán un total de veinte violinistas que viajarán a Cullera desde distintos países del mundo, ¿cómo les recibirá el Ayuntamiento a su llegado a la ciudad valenciana?
El recibimiento va a ser exquisito y con las máximas medidas de prevención sanitaria. Quiero aprovechar aquí para agradecer al Departamento de Actividades Musicales y a todo su personal la magnífica labor que ejecutan cada año en todos y cada uno de los eventos que organizamos. Estas personas, de las que casi nadie habla y que hacen su trabajo de forma callada pero eficiente, son en gran parte artífices del éxito inicial de CullerArts.
Las pruebas presenciales se desarrollarán entre los días 13 y 19 de septiembre, ¿cómo se desarrollarán estas audiciones?
La estructura del concurso se realiza mediante eliminatorias individuales abiertas al público y una gran final junto a la Orquestra de València. Creo que el gran reto ahora es también implicar al público en todo el proceso, y que toda esa gente que abarrotó en Auditorio Municipal en la Final del 2019 se anime a vencer los prejuicios y consolide también un público semanal que puede disfrutar, literalmente, de las grandes promesas del violín a escala mundial.
‘Cristóbal Soler ha puesto toda su alma y corazón para que CullerArts subsista’. Jordi Mayor
En la Fase Final los participantes tendrán la oportunidad de tocar como solistas con la Orquestra de València, ¿cómo se gestó la firma de este acuerdo?
Se gestó por el firme convencimiento del Ayuntamiento en su apuesta por las actividades musicales, por el prestigio que a lo largo de más de un siglo hemos adquirido como ciudad referente de la música en tierras valencianas y también por la magnífica labor del director artístico, Cristóbal Soler, quien ha puesto toda su alma y corazón para que CullerArts subsista y no pase a la historia como otro intento fallido por poner en valor una parte sustancial del patrimonio musical como es la música clásica.
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