Entrevista a la mezzosoprano Marianna Pizzolato, solista del Réquiem de Verdi en el 35º Festival Internacional de Música de Canarias
Tras protagonizar L’Italiana in Algeri en Madrid y San Sebastián la pasada temporada, este mes regresa a España para cantar el Réquiem de Verdi en el Festival Internacional de Música de Canarias, ¿recuerda cuántas veces y dónde ha cantado esta monumental obra de Verdi?
Sí, me hace mucha ilusión volver a España para cantar en Canarias un repertorio diferente del que canto habitualmente, es decir, no es Rossini sino Verdi, un compositor que cada vez me fascina más. Estoy segura de que serán dos conciertos extraordinarios, porque el reparto es maravilloso.
Efectivamente, no es la primera vez que canto el Réquiem de Verdi; de hecho, lo he cantado recientemente en Turín con la Orchestra Sinfonica Nazionale della Rai, y también he tenido el privilegio de cantarlo, por ejemplo, con la Tonhalle Orchester de Zúrich y la Gewandhausorchester de Leipzig y, por supuesto, muchas veces en Italia… me gusta mucho cantar esta obra, porque tiene un encanto especial, y es como cantar una ópera.
Y a propósito de Verdi, en abril y mayo, la veremos en el Teatro Real en su debut como Mistress Quickly en la nueva producción de Falstaff de Laurent Pelly. ¿Qué es lo que más le gusta del personaje?
Tengo muchas ganas de cantar Mistress Quickly del Falstaff en Madrid porque, en realidad será un doble debut, es decir, un debut verdiano en un teatro muy importante como es el Teatro Real, en el que cantaré por primera vez. Creo que el personaje de Mistress Quickly es un personaje clave de la ópera, es la mayor de las comadres de Windsor…
Es un personaje que se podría definir como «hilarante», alegre, divertido y cargado de significado. Es una de esas mujeres que me encanta cantar, ya que se trata de una mujer de gran inteligencia, y determinación, así que espero divertirme mucho interpretándola, porque es, sin duda, un personaje único en su género. Y la verdad es que me alegra mucho que mi voz sea adecuada para este tipo de rol, ya que la tesitura es muy baja con unos claroscuros muy interesantes que se desarrollan durante la ópera.
Aunque su repertorio es muy amplio, y abarca Monteverdi, Bach, Haendel, Brahms, Gluck, Verdi… para muchos, Marianna Pizzolato es una de las cantantes de referencia del repertorio rossiniano. ¿Cuál es el mayor desafío para un cantante cuando tiene que enfrentarse a Rossini? Y en su opinión, ¿cuáles son las principales características del canto rossiniano?
Me gusta que me hagan esta pregunta sobre el repertorio rossinano porque soy una mezzosoprano que tiene una voz muy elástica, lo que me permite abrazar un amplio repertorio, es decir, un repertorio que puede ir de la música barroca al repertorio moderno o contemporáneo, y eso es una auténtica suerte, porque me permite moverme de un repertorio a otro sin problemas.
En cuanto a las principales características de la vocalità rossiniana, en el caso de mi cuerda, es decir, la cuerda de mezzosoprano, serían la gran elasticidad, las coloraturas naturales que luego se desarrollan mediante la técnica, y sobre todo, una extensión muy amplia. Recuerdo que se solía decir que una contralto que canta el repertorio rossiniano puede cantar de todo después. Y yo estoy bastante de acuerdo con esta afirmación, porque es una vocalità que te permite abarcar muchos repertorios. Naturalmente, cantar el repertorio rossiniano implica también una gran dedicación, porque no es fácil, las coloraturas están llenas de dificultades, y se insertan, además, en un contexto de bel canto. Yo diría que este es, precisamente, el gran desafío, es decir, cantar de manera pirotécnica pero sin sobrepasar el concepto de bel canto.
Ha cantado con muchos de los más famosos directores de orquesta como Riccardo Muti, James Levine, Antonio Pappano o John Eliot Gardiner, entre otros, pero ¿qué destacaría, por ejemplo, del maestro Zedda?
Lo cierto es que he tenido la gran suerte de trabajar con grandes directores, y para mí eso es un auténtico honor, porque, además, me gusta mucho cuidar la parte musical, y quizá, los directores encuentren en mí un punto de referencia musical, porque me gusta mucho concertare y profundizar en la música, y también porque, como le comentaba antes, estoy vinculada a muchos repertorios, lo que es un gran ventaja y gusta mucho a los directores de orquesta. Alberto Zedda ha sido, sin duda, uno de mis grandes amores. Con él, he aprendido a amar a Rossini, a enamorarme de Rossini y diría que, además, me ha dejado en herencia una manera de afrontar la música, y, en concreto de afrontar a Rossini, contagiándome el amor y el entusiasmo por lo que se hace.
Además, me ha transmitido la elegancia a la hora de interpretar a Rossini. Quiero decir que lo que Alberto Zedda representa, no solo para mí sino para todos, es el hecho de usar lo que el propio Rossini pone a disposición del cantante y del músico; en otras palabras, profundizar en Rossini y usar lo que Rossini ha hecho, es decir, nunca exagerar o usar recursos propios, sino respetar en todo momento su voluntad. La pérdida de Alberto me ha dejado un gran vacío; siento mucho su falta, y echo de menos no poder escucharlo al teléfono diciéndome una palabra buena o incluso una reprimenda… Echo incluso de menos una riña con Alberto, porque he crecido y me he formado con él. Le estaré eternamente agradecida por todo lo que me ha enseñado.
Es una cantante muy querida por sus colegas, ¿hasta qué punto es importante tener una buena relación con otros colegas en el escenario?
Para mí, la buena relación con otros colegas es fundamental. En mi opinión, en contra de cualquier cliché, la relación personal con las personas con las que comparto el escenario es fundamental, porque no me puedo imaginar una producción en la que el reparto esté solo, es decir, que no se reúnan o coman juntos, o celebren el éxito juntos después de una función. Por esa razón, para mí es esencial establecer una buena relación con las personas, sin la cual, si le soy sincera, no podría hacer este trabajo. Me gusta imaginarme rodeada de personas, de bellas personas y bellas almas que sean capaces de compartir sus experiencias con los demás.
Por último, ¿cuáles son los próximos proyectos de Marianna Pizzolato?
Después de Gran Canaria, iré a Salzburgo con Rolando Villazón e Il Giardino Armonico para una misa de Mozart en la Mozartwoche; después debutaré en Madrid con el rol verdiano de Quickly, e iré a París para un Réquiem de Verdi. Además, grabaré Otello de Verdi con Tony Pappano, Jonas Kaufmann y la Orchestra di Santa Cecilia.
Haré también conciertos en Praga y otras ciudades, y debutaré Das Paradies und die Peri, una ópera de Schumann muy interesante, en el Teatro Massimo di Palermo. Más adelante cantaré de nuevo Falstaff y Semiramide en el Concertgebouw de Ámsterdam, lo que será un gran debut…. la vita è bella (risas).
Me encanta!