Por Susana Castro
El próximo día 24 de octubre diriges a la Orquesta del Teatro Estatal de la Ópera de Plovdiv en Bulgaria, ¿cómo afrontas este reto? ¿Qué programa vas a abordar?
Pues con muchísima ilusión, gran responsabilidad y muy agradecido al maestro Tchobanov por la invitación. El programa consta de la obertura Ruy Blas opus 95 y Concierto de violín opus 64 de Mendelssohn y la hermosa Sinfonía núm. 2 en Re mayor de Brahms, en la que tendré la oportunidad de trabajar junto a la excepcional violinista búlgara Mila Georgia, todo ello al frente de una de las mejores orquestas del país, la Orquesta del Teatro Estatal de la Ópera de Plovdiv.
Has sido alumno de Enrique García Asensio, y junto a él has ejercido de profesor asistente en los cursos que imparte en España y en el extranjero, ¿te sientes cómodo con tu faceta pedagógica?
Es algo que me hace crecer como persona y profesional. Tuve la enorme suerte de conocer al maestro Enrique García Asensio en 2006, cuando tenía 17 años, y a lo largo de este tiempo he podido notar en él un incansable sentimiento de transmitir todo lo que ha aprendido con su maestro S. Celibidache y todos los conocimientos adquiridos a través de su experiencia artística y docente, siempre sin guardarse absolutamente nada y enseñando a todo aquel que esté interesado en la dirección, independientemente de su nivel y de sus aptitudes. Alguien que se entrega a la enseñanza de esa forma es sinónimo de bondad y generosidad como ser humano.
Cuando aprendes algo tan valioso, que realmente te ayuda en tu desarrollo profesional, y tienes un ejemplo de bondad, seriedad, veracidad y generosidad en el ejercicio de la docencia, te sientes motivado a compartir esto con los demás. Por iniciativa propia no suelo dar cursos de forma pública, porque creo que, para eso, igual que para ser profesor de dirección de orquesta de un conservatorio, hay que tener muchísima experiencia para poder transmitir unos conocimientos sólidos cimentados en una amplia formación desarrollada y mejorada a través de una extensa carrera. Aunque es cierto que cuando me han pedido algún curso, como por ejemplo en Granada o en el Festival Internacional de Música de Portel (Portugal), siempre he estado dispuesto a dar lo mejor de mí, pero no adoptando la postura maestro-alumno, sino que he tratado de ayudar a todas aquellas personas que están interesadas en esta disciplina transmitiendo todo aquello que mi maestro me ha enseñado. En ese intercambio se produce un aprendizaje mutuo.
Eres director y fundador de la Orquesta Filarmonía de Granada. Háblanos sobre este proyecto tan tuyo.
Este proyecto surge en 2015 por la necesidad de crear algo en Granada distinto a todo lo existente. La idea siempre ha sido una orquesta íntegramente gestionada por y para los jóvenes, prueba de ello es que muchos jóvenes, entre compositores, directores y solistas de todo el país, han podido ver en nuestro proyecto la oportunidad de desarrollar su talento. Quizá por esto mismo está teniendo tan buena aceptación.
Creo que es un proyecto, que al margen de poder profundizar en la literatura orquestal, es muy necesario para que puedan experimentar, y en base a ello, sacar conclusiones sobre el planteamiento de su carrera. ¿Cómo sabe alguien que se siente identificado o no en el mundo de la concertación si no tiene oportunidades de vivir esa experiencia? ¿Cómo puede un compositor avanzar si no tiene un medio para poder comprobar su trabajo? ¿Cómo puede un director saber si su idealización de la partitura es efectiva o si funciona o no? Todos ellos hablan en el vacío sin una orquesta donde convivir con la naturaleza de estas especialidades.
Es algo lógico, pero por desgracia los jóvenes no disponen de todos los medios necesarios para ello. Nosotros somos una orquesta muy humilde en medios económicos, pero no nos falta la ilusión y las ganas de trabajar por y para ellos, y hasta ahora contamos con el apoyo de muchos talentos emergentes de nuestro país. Creo que todo esto define muy bien el proyecto Orquesta Filarmonía Granada.
También diriges la Banda Sinfónica Municipal de la Ciudad de Guadix y eres el director artístico del Guadix Clásica, un ciclo internacional de música que se celebra en esta ciudad granadina. ¿Cuál es la razón de ser de este ciclo? ¿Qué tipo de música encontramos en él?
En primer lugar quiero decir que mi planteamiento como director artístico de la BSMMG es el misma que en la Orquesta Filarmonía. Para mí la diferencia entre ambas formaciones no es más que el repertorio, pues ambas son un cauce por donde circulan los contenidos, objetivos e ideas musicales de un proyecto. Para mí las bandas deben instruir a sus miembros, velar por potenciar sus talentos, culturizar su ámbito geográfico y promover su desarrollo artístico fuera del mismo. En esto influye la elección del repertorio en el que debe tener cabida las oportunidades para todos. La música es para compartir no para competir. Siento mucha gratitud por poder trabajar para Guadix y su Banda.
El festival Guadix Clásica tiene su origen en el año 1992 como una respuesta a toda la afición que se había generado en Guadix en torno a la catedral. Se pretendía un festival que aunara la música con el patrimonio monumental, paisajístico y natural de la ciudad de Guadix. El adjetivo «Clásica» hace referencia a la naturaleza de la ciudad, no al contenido del mismo, aunque ciertamente a lo largo de todas sus ediciones el género clásico ha ocupado la mayor parte de su producción. La directora artística de sus primeras 25 ediciones fue Marisa Ruiz López, quien, apoyada por su equipo de trabajo y la voluntad política, consiguieron que el festival transcendiera las fronteras de la provincia de Granada con la presencia de artistas como Pablo Heras-Casado, Josep Pons, Ainhoa Arteta, Tomatito, Leo Brower, entre otros muchos.
Mi proyecto en la dirección artística del festival no es otro que conseguir elaborar un cartel que cumpliese las expectativas de todos los públicos, y que como cualquier festival importante, hiciese referencia a las distintas efemérides musicales a través de los programas planteados por los distintos artistas. Quise demostrar que podría hacerse un festival del más alto nivel haciendo una apuesta por los nuevos talentos al limón con figuras ya consagradas y talentos locales, de ahí la apuesta por orquestas jóvenes, de premiados nóveles y talentos locales, y de la presencia de maestros como Jordi Savall, Enrique García Asensio, Vicente Amigo o Sandra Pastrana. Cabe destacar el aspecto pedagógico, carente en casi todos los festivales importantes de nuestro país. Quería que el festival ofertase, gratuitamente, la oportunidad de que jóvenes procedentes de todo el país pudieran nutrirse de la sabiduría de los distintos artistas invitados.
Además de tus estudios de dirección de orquesta, realizaste en el Real Conservatorio Superior de Madrid estudios de composición, ¿continúas componiendo o estás más centrado en la dirección y la pedagogía?
Yo no soy un compositor de vocación y alma, ni tampoco de oficio, solamente realicé estudios de composición porque los considero muy importantes para el ejercicio de la dirección, pero incluso ni los concluí, no iba buscando la titulación. En toda obra de arte existen tres pilares fundamentales: el creador (compositor), el intérprete (director y orquesta) y el público, y entiendo que la figura del intérprete, entre la que se incluye el director, debe ser el medio por el que viajan las ideas del compositor hasta el público, en el que no se debe intervenir cambiando la naturaleza de la música. Nuestra función es la de desentrañar el mensaje que se encuentra entre los sonidos, y velar porque este llegue sin ninguna mutación al público. Esto implica irrefutablemente una comprensión del léxico empleado por el compositor para que, a través del sonido, podamos construir un discurso en concordancia con la idea del creador.
Trabajas un amplio repertorio, que abarca desde música sinfónica para orquesta y banda de todas las épocas y estilos, hasta producciones pertenecientes al género sinfónico-coral y sinfónico-dramático, así como el estreno de obras de jóvenes compositores. ¿Con qué repertorio te sientes más identificado?
Sinceramente, aún no me siento capacitado para responder a esta pregunta. Y la razón no es otra que con mi edad debo alejarme del eclecticismo y tratar de poder experimentar todo lo que pueda relacionado con la música y su literatura. ¿Cómo puedo sentirme identificado con algo si no he podido experimentarlo todo?
En ello estamos, aprendiendo y absorbiendo la riqueza que te puede dar visitar los distintos géneros y estilos musicales, tratando de hacer siempre la música de la mejor forma posible, para ello hay que trabajar mucho y aprender día a día. No busco el éxito, pues este no es buen punto sobre el que apoyar una carrera, creo que en el arte no se puede hacer una carrera si no se dirige inteligentemente para buscar un crecimiento personal y profesional. Buscar el éxito es como subir una montaña en ascensor, te pierdes todo lo que hay en el camino. El éxito es una consecuencia, no una meta.
Ricardo no dejas de sorprenderme, lleno de actividad, viviendo la música al tiempo de hacer que llegue a más gente, mezcle experiencias y capacidades, experimentando innovando. Alegras el hoy y el mañana.