Por Susana Castro
¿Cómo les está afectando esta etapa de confinamiento? ¿Qué actividades han tenido que posponer?
Esta etapa nos está afectando en igual medida que al resto de la sociedad, con la particularidad de que nuestra actividad se desarrolla principalmente en grupo y suele tener como fin una presentación en público.
Hemos pospuesto todos nuestros ensayos y conciertos, pero lo único bueno que podemos extraer de esta devastadora pandemia es que nos ha inspirado para encontrar nuevas vías de comunicación y trabajo, utilizando las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance.
Al igual que sucede con otras muchas orquestas, siguen pudiendo trabajar desde casa, ¿cómo se organizan?
Nos hemos tenido que reinventar para mantener vivo el espíritu de la JORCAM, creando talleres online, chats interactivos, videos tutoriales, clases magistrales online, etc.
¿Están teniendo mucho seguimiento por parte del público de todas las actividades online que están organizando?
Estamos bastante satisfechos de nuestra acogida online. También esta experiencia nos ha hecho reflexionar sobre los escenarios futuros e, indudablemente, irán encaminados a estrechar los lazos con nuestro público a través de las redes.
Del 4 al 12 de abril estaba prevista la celebración de un Encuentro Sinfónico que no ha podido llevarse a cabo, ¿cómo lo han resuelto?
De entrada decidimos celebrar juntos el día del concierto con la realización de un vídeo en el que interpretábamos el final de la Sinfonía núm. 2 de Sibelius que debería haber sonado. Cada musico se grabó desde casa e hicimos un montaje con un mensaje claro de que no nos íbamos a quedar inertes ante esta amenaza tan terrible.
Una vez pasado el impacto de la noticia sobre el confinamiento, nos hemos puesto trabajar e imaginar de qué manera podíamos seguir aportando valor a nuestros integrantes. Hemos sentido el cariño de muchas familias que han agradecido nuestra voluntad de cercanía en estos duros momentos.
Usted acaba de incorporarse como director artístico a la formación, ¿cuáles son las directrices de la propuesta que va a llevar a cabo?
La JORCAM es una institución pedagógica y con vocación social reconocida desde hace años. Lo que intentaré llevar al debate, mediante nuestras propuestas musicales, es la reflexión que debemos hacer sobre cuál es la función que debe desempeñar el músico en el futuro. Intentar anticiparse para adaptarse a los cambios que, sin duda, ahora van a llegar con más celeridad.
¿En qué repertorio se van a centrar próximamente?
Lo cierto es que desconocemos cuándo podremos volver a reunirnos, pero seguimos ideando proyectos con la ilusión de que los podremos hacer realidad más pronto que tarde. Como por ejemplo, nuestra colaboración con el programa pedagógico del Teatro Real, interpretando La historia del soldado, de Igor Stravinski, y más tarde tendremos un programa con Cantos de Ordesa, para viola y orquesta, de Antón García Abril, con la violista Isabel Villanueva, y Pinos de Roma, de Ottorino Respighi.
La JORCAM es conocida por sus proyectos sociales, dentro de esta línea, ¿en qué están trabajando ahora mismo?
En la JORCAM creemos firmemente en la música como vehículo de cohesión social. De ahí la importancia que tienen para nosotros las formaciones A Tu Ritmo y Coro Abierto, verdaderos espacios de creación y relación social. También la llegada del virus detuvo momentáneamente el proyecto que estábamos a punto de comenzar colaborando con el Centro de Primera Acogida ‘Hortaleza’, que encaja con la voluntad de la fundación FORCAM, a la cual pertenecemos, de estrechar vínculos con el barrio donde tenemos nuestra sede, Hortaleza.
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