Ha transcurrido una década desde el inicio de las prácticas externas en las Enseñanzas Artísticas Superiores de Música en España y la situación en nuestros centros es muy desigual. Una tercera parte de las comunidades autónomas no las incluye en los planes de estudios, mientras que en otras se les otorga gran importancia ¿Qué hemos aprendido durante este tiempo? Desde Melómano creemos que es un buen momento para tomar el pulso a la situación.
Por Antonio Narejos
Nadie duda de las ventajas que las prácticas externas ofrecen a los estudiantes de música, al permitirles aplicar y ampliar los conocimientos obtenidos durante su formación académica, impulsar el desarrollo de sus competencias artísticas y profesionales, e ingresar al mercado laboral de manera más competitiva y con mejores oportunidades de empleo.
Entre las nuevas metodologías docentes promovidas por la Declaración de Bolonia, encontramos el incremento de la dimensión práctica en todas las carreras y la introducción de las prácticas externas. En nuestras enseñanzas, esto supuso un paso adelante respecto de las prácticas internas, como las viejas prácticas de profesorado ya existentes en el Plan del 66 o los recitales de alumnos en los centros, pero también sobre las actividades extraacadémicas. Lo que implican las prácticas externas es una verdadera inmersión en la realidad profesional y social, enfrentándose a los desafíos y problemas que pueden surgir en ese entorno.
El Real Decreto 1614/2009, de ordenación de las enseñanzas artísticas superiores, incluía en los contenidos básicos las prácticas externas en la segunda mitad del plan de estudios, con una extensión máxima de 60 créditos. Y el Real Decreto 631/2010 incentivaba el establecimiento de convenios con empresas e instituciones. Sin embargo, solo nueve de las quince comunidades autónomas que tienen implantadas las Enseñanzas Artísticas de Música las han regulado, lo que está mermando la preparación de muchos de nuestros estudiantes.
Si echamos un vistazo a las páginas web de los centros, de los cuarenta conservatorios superiores que actualmente funcionan en España, tan solo he podido encontrar dos con un apartado dedicado a las prácticas externas: Canarias y Jaén. En otras es posible encontrar información, más allá de la referencia dentro de los planes de estudios, como son la elaboración de guías docentes, en casos como Murcia y los conservatorios del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunidad Valenciana (ISEACV), o listados de entidades colaboradoras, como en Sevilla.
Ciertamente, las prácticas externas suponen un compromiso significativo por parte de todos. Es necesario establecer convenios de colaboración y coordinar responsabilidades entre la institución educativa y las organizaciones o empresas, además de programar las actividades, y hacer el seguimiento y evaluación del trabajo realizado por los estudiantes. Pero los centros no cuentan con un departamento dedicado, y la coordinación suele recaer sobre un profesor que apenas dispone de algunas horas complementarias. En los centros privados la flexibilidad es mucho mayor, aunque en todos los casos supone un incremento de presupuestos.
Las prácticas externas implican un extraordinario valor añadido a la formación de los estudiantes, siempre que se lleven a cabo en condiciones adecuadas. Pero ¿se está aprovechando todo su potencial? ¿Contamos con regulaciones apropiadas? ¿Están respondiendo las administraciones y los centros a lo que se espera de ellas?
Muchos son los interrogantes y poco el espacio para responderlas, pero para ello contamos con la colaboración de cuatro profesores de acreditada experiencia en la materia: Esteban Valverde, director del Conservatorio Superior de Música de Vigo; Gianni Ginesi, coordinador de prácticas de la Escola Superior de Música de Catalunya; Rodrigo Checa, inspector de Educación en la Junta de Andalucía; y Germán Labrador, coordinador de prácticas del Grado en Historia y Ciencias de la Música y Tecnología Musical de la Universidad Autónoma de Madrid, quien nos ofrece una visión desde el ámbito universitario.
Esteban Valverde finalizó con Mención de Honor sus estudios de clarinete en el Conservatorio Superior de Música de Vigo, perfeccionándolos con Alois Brandhofer en el Mozarteum de Salzburgo. Desde 1992 ha sido profesor de clarinete en diferentes conservatorios de la Xunta de Galicia. Fue profesor de clarinete y director del Conservatorio Profesional de Música de Vigo de 2003 a 2015. Fue asesor de la Consellería de Educación de 2008 a 2011. Desde 2015 es director y catedrático de clarinete del Conservatorio Superior de Música de Vigo. Ha actuado con diferentes orquestas en España, como la Orquesta Sinfónica de Málaga y la Orquesta de Ciudad de Barcelona. También en distintos países europeos (Albania, Austria, Bosnia y Herzegovina, Estonia, Italia, Lituania, Polonia, Portugal, Serbia y Ucrania) y asiáticos (China y Kazajistán). Ha colaborado con diferentes instituciones impartiendo clases magistrales de clarinete. Es doctor en Didácticas Especiales por la Universidade de Vigo. Es profesor honoris causa por la Academia Nacional de Música de Ucrania.
En la actualidad, los planes de estudios de grado solo contemplan en Galicia una fase de prácticas externas para las especialidades de pedagogía del lenguaje musical y de producción y gestión, esta última de reciente implantación en nuestro centro. La normativa también contempla la posibilidad de realizar prácticas externas extracurriculares, pero, como su denominación indica, no forman parte del plan de estudios y tan solo aparecerían reflejadas en el Suplemento Europeo al Título (SET).
Sin embargo, mucho mayor es el peso de las prácticas externas en el proyecto de máster que nuestro conservatorio prevé implantar el próximo curso. Tanto es así que dicha fase de prácticas forma parte del currículum de los tres itinerarios ofertados: creación, interpretación e investigación musical.
Para la especialidad de pedagogía, la normativa de referencia en Galicia estipula como lugar de realización de dichas prácticas, con carácter general, los conservatorios profesionales dependientes de la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia.
Diferente es el caso de la especialidad de producción y gestión, en la que se contempla la realización de prácticas externas indistintamente en instituciones públicas o en empresas privadas con las que, previamente, el conservatorio haya firmado un acuerdo de colaboración. Se abre aquí un interesante abanico de posibilidades que hemos aprovechado para establecer vínculos estables con un amplio y variado número de instituciones, tales como concejalías de cultura de ayuntamientos cercanos, organismos públicos del ámbito cultural, orquestas profesionales o empresas del ámbito del management, la promoción y la producción técnica de eventos musicales. En el presente curso, por ejemplo, hemos tenido alumnos realizando prácticas externas en instituciones como la Diputación Provincial de Pontevedra o la Fundación Cidade da Cultura de Galicia.
Hacemos un balance muy positivo de la relación con las entidades colaboradoras. Tan solo se plantea una dificultad inicial, al tener que coordinar el calendario y horarios académicos con la realidad de la actividad profesional. Hemos de tener en cuenta que, en nuestro caso, la fase de prácticas se desarrolla de modo paralelo a la actividad académica ordinaria, lo que obliga al alumnado a combinar las prácticas externas con la asistencia a clase. Salvado este pequeño escollo organizativo inicial, se observa una alta satisfacción de todas las partes implicadas.
Tenemos muchas esperanzas depositadas en el actual proyecto de Ley de Enseñanzas Artísticas Superiores, porque, en general, esperamos que nos dé la autonomía suficiente y necesaria para abordar, en igualdad de condiciones con respecto a los centros del resto de Europa, los retos que las Enseñanzas Artísticas Superiores afrontan en el momento presente. A este respecto, las prácticas formativas son uno de los ámbitos en los que se debiera poner de manifiesto las bondades de una mayor autonomía, tanto por su contribución a la agilidad en la gestión como por facilitar la adaptación a la realidad de los centros, lo que redundaría en un incremento de la calidad general del sistema educativo.
Gianni Ginesi es profesor de etnomusicología en la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC). Sus investigaciones se centran en el estudio de las dinámicas culturales e históricas entre música y sociedad, con una atención particular hacia los repertorios musicales del ámbito mediterráneo. Estas perspectivas de estudio le llevan a la reflexión sobre el desarrollo de la etnomusicología y sus planteamientos epistemológicos, y también a una revisión de las metodologías de carácter etnográfico. https://gianniginesi.net
Desde su inauguración en 2001, la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC) ha considerado conveniente que una parte del estudiantado pudiera realizar unas experiencias de carácter formativo que le acercara al mundo laboral. En concreto, los estudiantes de las especialidades de musicología, pedagogía, promoción y gestión, y sonología del título superior de música y, más recientemente, de los másteres que las incluyen en sus planes de estudios, realizan prácticas externas en empresas e instituciones.
Llevar a cabo estas prácticas permite un contacto directo con materiales, situaciones y problemáticas inherentes a las actividades desarrolladas por esas entidades. Es la posibilidad de conocer de una manera participativa los recursos tecnológicos, documentales, procedimentales, metodológicos, procesuales y de organización utilizados en el ejercicio profesional. Esto implica también experimentar, observar, analizar y cuestionar los procesos, las interacciones y las dinámicas que configuran la actividad de las empresas e instituciones que colaboran en nuestro programa de prácticas externas.
Cada estudiante, al mismo tiempo que adquiere una competencia laboral bajo la tutela de profesionales con experiencia, puede descubrir posibles aplicaciones de las competencias y de los conocimientos teóricos y metodológicos que ha adquirido en el proceso de aprendizaje desarrollado en la escuela. Estos aspectos se muestran particularmente valiosos cuanto más sean afines a los intereses y a las inquietudes profesionales del estudiantado. La adquisición y el refuerzo de las habilidades individuales es un logro muy importante cuando se potencia con la adaptación y la integración en equipos estables de trabajo. Ser parte de sus dinámicas fomenta las actitudes de compromiso, responsabilidad y colaboración que facilitan el desarrollo de las capacidades de relación, de organización y la responsabilidad personal, aspectos muy importantes en la práctica profesional.
Este contacto y esas experiencias directas son, sin duda, un valor añadido a la formación académica que se ofrece con las otras asignaturas de los distintos planes de estudios de las especialidades. En algunos casos permiten reforzar vocaciones e intereses personales, y seguir, después de la graduación, en la senda marcada en las prácticas. Por ejemplo, instaurando una relación laboral estable con la entidad donde se realizaron las prácticas. En otros casos, esta situación de continuidad de una posición profesional personal no se produce por razones muy variables, pero esto no debe ser considerado como un resultado negativo de las prácticas.
Hay que recordar que estamos tratando con personas jóvenes que aún se encuentran en un proceso de definición de su futuro lugar dentro del ecosistema de la música. Una situación inseparable de otros cambios en la vida personal del estudiantado, y que no se puede limitar solamente a la dimensión laboral. Así que las prácticas externas muestran su validez en toda situación, porque permiten una toma de conciencia del funcionamiento real del mundo profesional que se articula en torno a la música. Y reconocer aquello que no encaja con los deseos y las expectativas que puede tener una persona en un determinado momento de su vida ofrece una inesperada ocasión de maduración personal.
De hecho, puede que el elemento más importante que perseguimos en la ESMUC sea acompañar a cada estudiante en la elección de unas prácticas que se entiendan como una posibilidad para explorar individualmente las propias capacidades en un entorno de carácter laboral. Por lo tanto, se trata de que cada persona tome conciencia de su interés profesional real y de sus actitudes. Para la ESMUC, esto significa participar en el proceso de maduración del estudiantado en distintos niveles, y que las prácticas tengan una consideración más allá de unas eventuales oportunidades laborales. Es uno de los aspectos clave para la formación de futuros profesionales dedicados a la música, además cuando se encuentran en un proceso de definición de su lugar en la sociedad.
Básicamente, con la realización de unas prácticas externas se intenta fomentar en el estudiantado una participación más consciente en los distintos entornos donde actúan, más conocedores de las actividades en que están participando y cómo lo están haciendo. A través de la música.
Rodrigo Checa es profesor superior de música (flauta travesera) por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Es inspector de Educación de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía y profesor de Música y Artes Escénicas en excedencia. Ha sido director del Conservatorio Profesional de Música ‘Músico Ziryab’ de Córdoba y director del Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, así como de los cursos de música de la Universidad Internacional de Andalucía. Publica asiduamente artículos de investigación en la Revista Eufonía. Recientemente ha coordinado el monográfico dedicado a las Enseñanzas Artísticas Superiores publicado en la Revista Avances de Supervisión Educativa, donde ha colaborado con un artículo dedicado a la evaluación de las Enseñanzas Artísticas Superiores en el Espacio Europeo de Educación Superior.
Andalucía cuenta en la actualidad con cinco conservatorios superiores de música donde se pueden cursar casi todas las especialidades de las Enseñanzas Artísticas Superiores de Música, a excepción de sonología. Todos los conservatorios superiores imparten las especialidades de interpretación y composición, mientras que dirección, flamencología, musicología, pedagogía y producción y gestión se ofertan solo en alguno de ellos. Por tanto, la mayoría de los alumnos están matriculados en interpretación o composición. En la actualidad, ningún centro imparte enseñanzas de máster, puesto que la norma autonómica que las regula se ha publicado recientemente, en el año 2022. No todos los planes de estudio contemplan las prácticas externas como materia obligatoria, tan solo los alumnos de las especialidades de flamencología, pedagogía, producción y gestión y sonología han de realizar estas prácticas. Unos en tercer y cuarto curso, otros solo en cuarto. Los alumnos de producción y gestión han de realizar dos períodos de prácticas diferenciados: gestión de empresas y producción escénica. Las prácticas externas forman parte del currículo y, por tanto, cuentan con su correspondiente guía docente. Cada acuerdo de colaboración contempla, a su vez, un proyecto formativo, que comprende el conjunto de actividades que el alumno debe efectuar durante el período de prácticas, así como las competencias transversales, generales y específicas que el alumno debe adquirir.
En cuanto a la organización de estas prácticas, es necesario advertir que los conservatorios superiores de música de Andalucía no tienen capacidad de desarrollar un espacio propio de autonomía organizativa, pedagógica y de gestión en consonancia con los parámetros establecidos para la Educación Superior en nuestro sistema educativo y en el Espacio Europeo de Educación Superior. Por tanto, corresponde a la Consejería competente en materia de Educación la organización de las prácticas mediante la Instrucción 10/2022 de la Dirección General de Ordenación, donde se determina el acuerdo de colaboración con empresas o instituciones. Los centros solo tienen delegada la firma del acuerdo. No obstante, les corresponde la gestión de la relación con las empresas o el proceso de oferta y adjudicación de las plazas.
El modelo implantado es idéntico al que llevan a cabo los institutos de Educación Secundaria para la realización de los módulos de formación en centros de trabajo de la Formación Profesional en Andalucía. En este sentido, por parte del conservatorio superior se crean las figuras del coordinador de prácticas externas y del tutor académico de prácticas, mientras que por parte de los centros de trabajo corresponde a un trabajador con experiencia y nivel académico adecuado desempeñar la tutoría en la empresa. El tutor académico y el tutor de la empresa deben emitir un informe que será tenido en cuenta por el primero para la evaluación final de las prácticas. Aquellos alumnos que acrediten una experiencia laboral de al menos seis meses de trabajo podrán quedar exentos de la realización de las prácticas externas.
El modelo se encuentra actualmente desfasado, puesto que no implanta todas las recomendaciones del Marco Europeo para una formación del Aprendices de Calidad y Eficaz del Consejo de la Unión Europea. Además, tampoco tiene en cuenta la especificidad de las Enseñanzas Superiores de Música, donde se debería primar la internacionalización de los alumnos, profesores y centros. Además, la imposibilidad de realizar las prácticas externas a los alumnos de la especialidad de interpretación impide la colaboración de los conservatorios andaluces con las orquestas sinfónicas profesionales de nuestra comunidad. Por tanto, por un lado, es urgente proceder a una actualización de los currículos y, por otro, dotar a los conservatorios superiores de un marco jurídico propio que les posibilite llevar a cabo la impartición de estas enseñanzas en el contexto de la ordenación de la Educación Superior española, dentro del Espacio Europeo de Educación Superior.
OPINIÓN
Por Germán Labrador
Profesor titular del Departamento Interfacultativo de Música de la Universidad Autónoma de Madrid y coordinador de prácticas del Grado en Historia y Ciencias de la Música y Tecnología Musical. Ha sido también coordinador del mismo Grado.
El valor formativo de las prácticas externas, desde la Universidad
Las prácticas externas, a pesar de ser una experiencia formativa de gran valor, no terminan de encontrar un reconocimiento claro en los planes de estudios universitarios de Humanidades como asignaturas curriculares. A juzgar por la oferta académica, la posibilidad de cursar prácticas externas (normalmente con carácter optativo) depende de cada universidad, más que de la titulación elegida.
No parece, por tanto, que exista una preocupación grande por este tipo de formación en las Humanidades, aunque en el caso de los planes de estudio de Historia y Ciencias de la Música o de Musicología es patente el interés por las prácticas externas, posiblemente por ser enseñanzas con un alto grado de experimentalidad. En efecto, aunque no con carácter obligatorio, se prevén prácticas con una carga lectiva que oscila entre los 6 y los 12 ECTS en la mayoría de los planes de estudios de nuestras universidades, lo que resulta llamativo por la excepcionalidad que supone.
Cursar la asignatura de prácticas supone una experiencia infrecuente en la oferta docente de nuestras universidades: el contacto con el mundo laboral con la asistencia de un tutor profesional, de manera que es posible integrarse en un entorno productivo y colaborar en determinadas labores. No es difícil imaginar el tipo de trabajo que se realiza en una biblioteca, un teatro, un auditorio, una editorial o una orquesta, pero la experiencia de formar parte del equipo que lo saca adelante y de conocer los detalles o los condicionantes de cada tipo de actuación es algo que trasciende el estudio o la teoría. Este cariz de conocimiento aplicado y de trabajo en equipo se puede entender como una oportunidad formativa que solo tiene sentido en los últimos cursos del grado. Por ello no es raro que las prácticas determinen la opción laboral o el tipo de máster que se cursa posteriormente, y en ocasiones propician la propuesta de una oferta de trabajo al terminar la estancia en la empresa.
Los convenios con los que trabajamos o hemos trabajado desde la UAM en nuestro Grado son de diferente índole. Por una parte, existe una vertiente centrada en medios de comunicación, con Radio Nacional de España y diversas revistas especializadas. Existe también la producción musical en el entorno de las artes escénicas, a través de convenios con teatros, auditorios, orquestas y agrupaciones especializadas, tanto vocales como instrumentales. Una tercera vertiente es la tecnología musical, con productoras, estudios de grabación y el Laboratorio de Música de la propia UAM. Finalmente, en el campo de la documentación musical, nuestros principales referentes son el archivo o la biblioteca de diferentes instituciones madrileñas. Otras opciones que existen son la musicoterapia, la edición musical, el mundo editorial y la docencia (Educación Secundaria y conservatorios). Además de los convenios que la propia UAM ha suscrito con entidades de todo tipo, existe la posibilidad de que los alumnos propongan convenios con personas o entidades que les resultan próximas, y que se prestan a acogerles durante uno o dos periodos de prácticas.
No siempre es fácil conseguir convenios para organizar una buena oferta de prácticas, principalmente por la dedicación que requiere tutelar a un alumno integrado en el día a día de la empresa o institución. De hecho, hasta que no pasan unas semanas no es posible entender realmente la dinámica del trabajo e integrarse adecuadamente, momento que suele coincidir con el fin de las prácticas. Por este motivo, es frecuente que las empresas soliciten que se hagan los dos periodos de prácticas en el mismo lugar.
Otro inconveniente importante es la dificultad de encontrar prácticas remuneradas, que son una minoría. En el caso de instituciones públicas no es raro que existan convocatorias de prácticas remuneradas, con plazos y condiciones de incorporación perfectamente previstos. Tratándose de empresas pequeñas (la mayoría de las que acogen a nuestro alumnado), la poca disponibilidad de fondos y capacidad de gestión administrativa determinan esta situación, ya que la complicación añadida que supone el alta de los estudiantes en la Seguridad Social y su cotización hace que las prácticas remuneradas sean difíciles de plantear.
Un aspecto de gran interés son las sinergias surgidas entre el Departamento de Música y las entidades colaboradoras, que se han sustanciado en exposiciones, publicaciones, convenios e incluso colaboraciones docentes. Con frecuencia las prácticas han sido un modo eficaz de elegir determinada opción laboral, tras tener la experiencia y conocer el entorno en el que se quiere trabajar. La realización del periodo de prácticas, en definitiva, suele ser una experiencia positiva y un modo bien organizado de tomar contacto con el entorno laboral, que resulta ajeno a buen número de estudiantes de Humanidades.
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