El pasado de 18 de marzo se cumplieron cincuenta años de la muerte de Lauritz Melchior, extraordinario tenor wagneriano que realizó una impresionante carrera gracias a sus muy numerosas y referenciales interpretaciones de los personajes Tannhäuser; Lohengrin; Siegmund en Die Wälkure (La valquiria); Siegfried, tanto en la ópera homónima como en Götterdämmerung (El ocaso de los dioses); Parsifal; y Walther von Stolzing de Die Meistersinger von Nürnberg (Los maestros cantores de Núremberg), que solo llegó a interpretar en dos funciones en el Covent Garden, en 1934.
Por Diego Manuel García
Lauritz Melchior estaba en posesión de una voz potente, de color baritonal, luminosa y de gran homogeneidad, plena de squillo y apoyada en una extraordinaria técnica de canto. Ofrecía un contrastado fraseo, dando relevancia a cada palabra cantada, con un gran fiato que le permitía ligar largas frases. El color era idéntico en todos los registros, desde unos poderosos y timbrados graves, pasando por un ancho centro y un excelente registro agudo de gran rotundidad que se extendía hasta el Si3 natural, e incluso al Do4, como puede comprobarse en el comienzo de la escena tercera del Acto II de El crepúsculo de los dioses ‘Hoiho! Hoihohoho!‘.
Era capaz de ofrecer una ondulante línea de canto alternando la emisión en forte con delicadas medias voces. Tenía un gran dominio para regular paulatinamente el sonido de mezzoforte a pianissimo sin perder un ápice de afinación. Poseía una notable capacidad teatral que aportaba a sus interpretaciones pasión y emoción. Su presencia escénica era imponente por su gran estatura.
Unos lentos inicios de carrera
Lauritz Melchior se llamaba en realidad Lauritz Lebrecht Hommel Melchior y nació en Copenhague el 20 de marzo de 1890, fecha verdaderamente importante en el mundo de la lírica, ya que ese mismo día también nació Beniamino Gigli, uno de los grandes tenores del siglo XX.
Melchior comenzó como niño cantor en el coro de la iglesia anglicana de Copenhague. En 1908 recibió sus primeras clases de canto a cargo de Paul Bang, quien clasificó su voz como barítono. En 1911 cantó el papel comprimario de Antonio de Las bodas de Fígaro en una representación escolar. Su debut oficial como barítono se produjo en 1913, interpretando en danés a Silvio de Pagliacci. También cantó el papel de Giorgio Germont de La traviata y el Conde de Luna de Il trovatore.
Precisamente, cuando estaba cantando ese papel, en 1916, y al emitir una nota aguda, la soprano Sarah Jane Walker, que asistía a la representación, le comentó que su voz era de tenor. Durante más de un año realizó un intenso período de adaptación a su nueva tesitura ayudado por el tenor danés Vilhelm Herold. Su debut como tenor se produjo en 1918 interpretando Tannhäuser en la Ópera Real de Copenhague. Un año después debutó en Oslo, con ese mismo papel, junto a una jovencísima soprano noruega llamada Kirsten Flagstad, destinada a convertirse, muchos años después, en un auténtico referente del canto wagneriano.
En 1920 Melchior visitó Inglaterra para participar en una transmisión de radio experimental, destinada a ser escuchada en las capitales escandinavas, desde la estación Marconi en Chelmsford. En ese mismo año realizó una serie de actuaciones en Londres, apareciendo en los conciertos de graduación de Sir Henry J. Wood, en el londinense Queen’s Hall.
En septiembre de 1920, en uno de esos conciertos, le escuchó el famoso novelista Hugh Walpole (un apasionado wagneriano), a quien impresionó la voz de Melchior, ofreciéndole apoyo económico para que realizase estudios de perfeccionamiento con Victor Beigel, uno de los más afamados maestros de canto de la época. Walpole también financió sus estudios en Múnich con la famosa soprano Anna von Mildenburg. Después de esta amplísima formación, el tenor ya estaba preparado para iniciar una gran carrera.
En 1923, consiguió un gran éxito en un concierto en Múnich, lo que propició que Cosima y Siegfried Wagner le contratasen para la reapertura del Festival de Bayreuth, en julio de 1924, donde debutó interpretando por primera vez el papel de Parsifal. Poco antes, en mayo de ese mismo año, se había producido su debut en el londinense Covent Garden, estrenando el papel de Siegmund de La valquiria junto a la Brünhilde de la famosa soprano alemana Frida Leider.
Su presencia en Bayreuth será continuada hasta 1931, y allí debutará el Siegfried de El ocaso de los dioses, en 1927, también junto a Frida Leider, con quien cantará, con gran frecuencia, en los siguientes diez años.
Su salto a América
Los éxitos conseguidos en el Covent Garden y Bayreuth propiciaron que fuera contratado por el Metropolitan neoyorkino, donde debutó en febrero de 1926, interpretando Tannhäuser junto a la Elisabeth de la gran soprano checa Maria Jeritza. Ese mismo año intervendrá en otras tres funciones interpretando a Siegmund de La valquiria, Siegfrid de la ópera homónima (papel que había debutado en la Ópera de Magdeburgo, en 1925) y Parsifal. En 1927 solo interpretará una función de La valquiria y otra de Parsifal.
Los resultados de esta primera experiencia en el Met no pasaron de discretos. Melchior volvió a Europa en abril de 1927, realizando un contrato con la Ópera de Hamburgo, donde debutará el Lohengrin en 1927, y también interpretará en alemán Radamés de Aida y Otello, en 1928. Durante ese período en Hamburgo perfeccionará aún más su técnica vocal junto al maestro Egon Pollak. Paralelamente también seguirá cosechando éxitos tanto en el Covent Garden como en Bayreuth y en la Ópera de Berlín.
A comienzos de 1929 se produjo su debut en el Liceu de Barcelona, cantando primero Tannhäuser y después su primer Tristán, papel que desde entonces se convertirá en el más paradigmático de su carrera y que llegaría a interpretar en 229 funciones.
Su vuelta al Metropolitan se produjo a finales de febrero de 1929, primero con una función de La valquiria y después con Tristán e Isolda. Su éxito fue arrollador y desde entonces el teatro neoyorkino se convertirá en el centro fundamental de sus actuaciones, donde llegará a intervenir en 519 funciones, interpretando todos sus roles wagnerianos.
En 1931 se producen sus últimas actuaciones en Bayreuth, cantando Tannhäuser, con dirección de Arturo Toscanini y Tristán e Isolda con dirección de Wilhelm Furtwängler, junto a la Isolda de Frida Leider. Ese mismo año debutará en el Teatro Colón de Buenos Aires con Tristán e Isolda y El anillo del nibelungo, en ambos casos junto a Frida Leider. En el teatro bonaerense, en 1933, debutó el personaje de Florestán del Fidelio de Beethoven.
Su carrera durante los años 30 va a centrarse sobre todo en el Metropolitan y el Covent Garden (donde actuó ininterrumpidamente entre 1924 y 1939). En 1934 debutó en la Ópera de San Francisco, con Tannhäuser y Otello, en ambas óperas junto a la gran soprano alemana Elisabeth Rethberg, interpretando respectivamente los personajes de Elisabeth y Desdémona. También ese mismo año se produjo su debut en la Ópera de Chicago, con Tristán e Isolda.
En el Covent Garden, aparte de sus roles wagnerianos, realizó magníficas interpretaciones del Otello, mostrando su gran idoneidad vocal para este personaje verdiano. Lo cantó en alemán, en 1934, junto a la Desdémona de la gran soprano Viorica Ursuleac; y, en 1932 y 1939, en italiano, respectivamente, junto a las Desdémonas de las sopranos Rosetta Pampanini y Maria Caniglia. De su magnífica creación de Otello nos han quedado algunas grabaciones discográficas de estudio. Cabe destacar, sobre todo, la realizada por CBS, en 1942 y 1943, cantada en italiano, donde interpreta su gran página solista ‘Niun mi tema‘, junto a los dúos ‘Si pel ciel marmoreo giuro‘, ‘Ora per sempre addio‘ y ‘Dio mi potevi scagliar‘, junto al magnífico Jago del gran barítono alemán Herbert Janssen. Esta grabación se puede escuchar en YouTube. Cabe señalar que Otello es el único personaje —además de sus creaciones wagnerianas— que interpretó más veces durante su carrera, con treinta y una representaciones entre 1928 y 1939.
Lauritz Melchior y Kirsten Flagstad
Ya he señalado la importante relación que Lauriz Melchior tuvo con la soprano alemana Frida Leider, extraordinaria cantante wagneriana, de bello timbre, una muy depurada técnica y considerable extensión. Con ella Melchior interpretó en muchas ocasiones Tristán e Isolda, así como Brünnhilde en La valquiria, Sigfrido y La caída de los dioses en el Festival de Bayreuth, en el Metropolitan, el Teatro Colón de Buenos Aires y, sobre todo, en el Covent Garden. Frida Leider había sido contratada por el Metropolitan, donde intervino de 1933 a 1934 en una serie de funciones interpretando Isolda y Brünnhilde, casi todas ellas junto a Lauritz Melchior. La cantante alemana se había comprometido a actuar en el Festival de Bayreuth de 1933, fuertemente politizado bajo el influjo del poder nazi. Esta decisión no agradó a la dirección del Metropolitan, que no le renovó el contrato.
Durante la búsqueda de una sustituta se barajó el nombre de la cantante noruega Kirsten Flagstad, quien, hasta 1932, había desarrollado una muy discreta carrera circunscrita al ámbito escandinavo. Por influencia de una colega, había logrado que Winifred Wagner (máxima dirigente del Festival de Bayreuth) le hiciera una audición que propició su debut en Bayreuth, en 1933, solo en pequeños papeles. En 1934 interpretó Sieglinde de La valquiria y Gutrune de Elocaso de los dioses, en ambas óperas junto a la Brünnhilde de Frida Leider. Consiguió importantes triunfos que le dieron notoriedad, ya que el público pudo constatar que la cantante poseía una bella voz de timbre aterciopelado, considerable volumen, con un extraordinario registro grave, un ancho centro y una poderosa franja aguda, donde era capaz de emitir notas extremas como el Do5.
La cantante fue contratada por el Metropolitan y su debut tuvo lugar el 2 de febrero de 1935, interpretando Sieglinde de La valquiria junto al Siegmund de Lauritz Melchior. Su triunfo fue apoteósico y cuatro días después interpretó la Isolda junto al Tristán de Melchior. Este fue el comienzo de la relación de ambos cantantes, que va a potenciar sobremanera el repertorio wagneriano en el teatro neoyorquino, ya que habían confluido dos voces de similar calibre. Melchior y Flagstad, durante algo más de seis años, llegaron a intervenir en alrededor de ciento ochenta funciones, que incluían todos los títulos del repertorio wagneriano de Melchior, destacando, sobre todo, las setenta representaciones que realizaron de Tristán e Isolda.
En 1936 la soprano noruega debutó en el Covent Garden para interpretar, junto a Melchior, la Brünnhilde en las tres óperas de Elanillo del nibelungo (alternándose en los repartos con Frida Leider) y Tristán e Isolda, repitiendo esos mismos títulos en 1937 y 1938, que también interpretaron en las óperas de San Francisco y Chicago, entre 1935 y 1939. Existe una muy amplia discografía disponible de tomas en directo (muchas de ellas disponibles en YouTube), tanto de óperas completas como de fragmentos grabados en estudio, que nos aproximan al altísimo nivel interpretativo de Melchior y Flagstad. Destaca la grabación de Tristán e Isolda realizada en el Covent Garden, en 1937 (disponible en YouTube), donde dan lo mejor de sí mismos dirigidos de manera muy brillante por Sir Thomas Beecham, al frente de la Filarmónica de Londres. Sensacionales los dos cantantes en esos larguísimos dúos del Acto I y II, tanto en los momentos de mayor arrebato amoroso (donde la soprano emite los temibles Do5), como en aquellos que el canto adquiere tintes de carácter elegíaco, de pura ensoñación, con las voces emitiendo en pianissimo. Melchior muestra todo su talento interpretativo, pleno de matices, alternando las emisiones en forte, piano y susurrantes pianissimi, en su gran escena, ya moribundo, del Acto III, junto a su fiel escudero Kurnewal, interpretado por otro de los grandes cantantes wagnerianos de la época: el barítono alemán Herbert Janssen. El reparto se completaba con la Braganne interpretada por la magnífica mezzo alemana Margarete Klose.
Tannhäuser fue otra de las grandes creaciones de Melchior. Resulta muy recomendable escuchar una toma en directo (disponible en YouTube) realizada en 1941, en el Metropolitan, y dirigida por Erich Leinsdorf. En este papel de extrema dificultad, Melchior luce su extraordinaria vocalidad y gran talento interpretativo, con momentos de carácter lírico, otros heroicos (ese reiterado canto de alabanza a Venus ‘Dir töne Lob!‘) y otros de gran dramatismo, como la ‘Narración de Roma’ del Acto III, donde el cantante exhibe su gran dominio del recitativo dramático. Sensacional la Elisabeth de Flagstad en todas sus intervenciones solistas (alternando momentos de suave lirismo con otros de tremenda fuerza dramática). Excelente la interpretación que ambos cantantes realizan en el dúo del Acto II. Muy destacadas interpretaciones de Herbert Janssen (Wolfram von Eschenbach) y del bajo austriaco Emanuel List (Hermann), quienes brillan sobremanera en sus bellas intervenciones solistas, así como de la famosa contralto sueca Kerstin Thorborg (Venus), en su gran dúo con Tannhäuser del Acto I.
Es importante también señalar la toma en directo de Siegfried (disponible en YouTube) realizada en el Metropolitan en 1937, dirigida musicalmente por Artur Bodanzky, donde Melchior muestra su absoluta resistencia en un papel verdaderamente agotador por su casi continua presencia en escena, que incluye la famosa escena de la fragua, verdaderamente extenuante por su altísima exigencia vocal, para llegar con la voz fresca al final de la ópera y cantar ese largo e imponente dúo con la extraordinaria Brünnhilde de Kirsten Flagstad. En esta grabación podemos escuchar de nuevo a Kerstin Thorborg (Erda), Emanuel List (El dragón Fafner) y a otra magnífica voz wagneriana: el bajo-barítono rumano Friedrich Schorr (Wanderer).
Kirsten Flagstad y Lauritz Melchior actuaron juntos por última vez en la ciudad de Cleveland (Ohio) el 14 de abril de 1941, interpretando La valquiria. Poco después, la cantante noruega regresaba a su país, que estaba ocupado por Alemania. Lamentablemente, terminaba la colaboración de la que es considerada mejor la pareja de cantantes wagnerianos del siglo XX.
Una histórica representación de La valquiria
El 6 de diciembre de 1941 (la víspera del ataque japonés a Pearl Harbor), el Metropolitan programó una función de La valquiria donde, junto al Siegmund de Melchior, interpretaba por primera vez el papel de Brünnhilde la soprano norteamericana Helen Traubel: una magnífica voz de gran volumen y precioso timbre. Debutaba en ese teatro, interpretando Sieglinde, una jovencísima soprano sueca, de apenas 23 años, con grandes medios vocales y una extraordinaria capacidad teatral llamada Astrid Varnay, destinada a realizar una extraordinaria carrera. En aquella histórica representación, confluían tres generaciones de cantantes: Traubel era nueve años más joven que Melchior, quien era veintiocho años mayor que Varnay. Esas diferencias de edad no supusieron ningún obstáculo, ya que las interpretaciones de los tres protagonistas brillaron a gran altura. Aquella función fue dirigida por Erich Leinsdorf y grabada en directo. El sello Naxos la editó remasterizada, y puede escucharse completa en YouTube. Entre 1941 y 1950 Helen Traubel ocupó el lugar que había dejado vacante Kirsten Flagstad y, junto a Melchior, interpretó todas las óperas wagnerianas que el tenor danés tenía en su repertorio.
Lauritz Melchior se retiró de los escenarios con una función de Lohengrin en el Metropolitan, el 2 de febrero de 1950, junto a Helen Traubel (Elsa) y Astrid Varnay (Ostrud), evento del que existe una toma en directo disponible en YouTube, donde puede apreciarse a un Melchior, ya con 60 años, aún en buena forma vocal. Concluía así la carrera del que está considerado el más grande tenor wagneriano de la historia. Su fallecimiento se produjo en Santa Mónica (California), el 18 de marzo de 1973.
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