
Por Rocío Gallego-Largo
La influencia del músico, compositor alemán y pianista, considerado como uno de los grandes genios de la música, llega hasta nuestros días. Gran innovador de la misma y de grandes piezas musicales.
Es de gran importancia mencionar que el músico empezó a componer sorprendentemente pronto. Aunque procedía de familia de músicos, su talento era inconmensurable.
A la hora de componer sus grandes piezas, Beethoven estuvo melódicamente influido por Wolfgang Amadeus Mozart y Franz Josep Haydn. Es de destacar la relación de admiración entre Beethoven y Mozart, ya que el primero compuso muchas de las piezas para Mozart como ‘tres cuartetos para piano’ ante los cuales Mozart se maravilla por su capacidad interpretativa y armónica y accede a que componga para él.
Esta gran calidad artística, musical e interpretativa de Beethoven se ve reflejada en grandes obras, que son, sin duda alguna, relevantes y notables, aunque quizá menos populares. Entre ellas destacan el Concierto para piano núm. 5 ‘Emperador’, la ‘Sonata Patética’ o el Concierto para Violín en Re mayor.
Un punto a resaltar es la composición de la Sonata para piano núm. 14 ‘Claro de luna’. Sorprende esta pieza por ser una quasi fantasía, donde Beethoven evoca la tristeza, la luz de la luna, así como un lamento (lamentum) a través de un sonido envolvente, como de un arpa, reflejándose en el agua mientras descansa en un lago; los cisnes susurran como fantasmas y el bosque se separa, se eleva mientras entona misteriosamente un clamor de un amor anhelado y solitario de ese bosque.
El encanto melodioso de Beethoven se refleja en una profundidad melódica, conectada con sus grandes dotes interpretativas y a la hora de crear música que, posteriormente, influirá en otros grandes compositores dispar a la del músico, que crea un nuevo método de innovación musical.
Un punto de inflexión lo marcará la enfermedad sobrevenida del compositor, que le llevará poco a poco a quedarse sordo. Esto no le impido componer, crear música, pues la escuchaba dentro de sí, llegando a idear grandes obras maestras, entre ellas, la extraordinaria Sinfonía núm. 9, sobre la que es necesario hacer mención especial.
La Sinfonía núm. 9 es compleja y variada, con gran instrumental, con una riqueza tonal impresionante y varias voces, desde las corales, soprano, contralto, tenor, coral, que aportan una gran riqueza emocional y musical. En el aspecto innovador, Beethoven introduce la celebración de la vida, de la alegría y de instrumentos de cuerda que en anteriores composiciones no estaban presentes.
Hablemos ahora de algunas de sus excelentísimas obras.
Für Elise
Para Elisa, traducido del alemán. Esta bagaleta compuesta para piano fue publicada hacia el año 1867 pero no bajo el nombre del aclamado compositor. Fue Ludwig Nohl quien, a partir de un manuscrito de Beethoven, daría forma final a la obra. Según expertos en música, como Luca Chiantore, hay pruebas suficientes para saber que el maestro alemán no fue quien terminó la obra tal y como la conocemos a día de hoy.
Sinfonía núm. 9 en Re menor ‘Coral’
La sinfonía que más ha trascendido a lo largo de los años en la historia musical y de los pueblos al convertirse en un himno de libertad para Europa, en especial el último movimiento, que desde 1985 es el himno de la Unión Europea. Ese último movimiento se caracteriza por tener forma coral, algo inusual para las piezas de aquella época y de ahí su denominación ‘Coral’.
Missa solemnis en Re mayor
Esta obra es la segunda misa que compuso Beethoven a los 48 años de edad, cuando su sordera era casi total. Es considerada uno de los mayores logros del autor alemán a pesar de su estado de salud y vital, sumido en la soledad.
La música de Beethoven y su relación con el cerebro
La música de Beethoven en relación con las emociones y el cerebro es, de partida, compleja. Es una relación con un tejido emocional sumergido y conectado con una experiencia sensorial profunda. Sus acordes y melodías evocan diversas emociones profundas, desde la alegría hasta la tristeza, que tienen impacto en varias conexiones cognitivas del cerebro y que entran a interactuar en armonía con gran complejidad neuronal.
Conclusiones
La gran obra de Beethoven pasa a ser legado, marcando un antes y un después en todos los ámbitos, pues es capaz de transmitir el sufrimiento, la alegría, la tristeza, y evocar aspectos no conocidos por otros anteriores compositores tan brillantes como Amadeus Mozart.
La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía. Tocar una nota equivocada, es insignificante… Tocar sin pasión, es inexcusable.
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