La relación de los compositores Salvador Bacarisse y Ernesto Halfter con el guitarrista Narciso Yepes y su forma radicalmente nueva de abordar la música para el instrumento determinó la creación de sus conciertos. La grabación de Deutsche Grammphon recoge de manera óptima la comprensión profunda de ambas obras por parte de Yepes.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
La conversión del incrédulo
El 14 de abril de 1932, el diario Luz evocaba el aniversario del advenimiento de la República En tal día como hoy…, un editorial en portada. En la sección El concierto de la semana, el compositor Salvador Bacarisse (vocal en la Junta Nacional de Música y Teatros Líricos junto a colegas como Conrado del Campo, Joaquín Turina, Manuel de Falla, Ernesto Halffter y Oscar Esplá, presidente de la misma), haciendo repaso a las efemérides musicales, consideraba los aplausos recibidos por Regino Sainz de la Maza y Andrés Segovia en sendos conciertos como reconocimiento por ‘el empeño de hacer de la guitarra un instrumento de concierto’; esfuerzo desproporcionado, a su entender, ‘dadas las escasas posibilidades técnicas del instrumento’; las transcripciones de clásicos revelaban, en efecto, el talento de los artistas, ‘pero sin descubrir ningún nuevo aspecto expresivo en ellas, única razón que autoriza el llevar una obra de un instrumento a otro’. Con respecto a las piezas de nueva factura, Bacarisse venía a decir que nacían ‘con muy pocas condiciones de vida’, pues los compositores encontraban ‘excesivas limitaciones y su fantasía no puede desarrollarse en la medida que, al abordar el piano, único instrumento a solo —con el órgano— que puede ser vehículo de una emoción completa de arte’.
Transcurrirían dos décadas antes de que el compositor, exiliado en Francia tras la derrota republicana, tuviera ocasión de revisar estas palabras. En París subsistió a incontables estrecheces hasta que, tras la ocupación alemana y el fin de la guerra, fuera contratado por Radiodiffusion-télévision française (RTF) para presentar las emisiones retransmitidas a España y Latinoamérica.
Obras de este período son la Fantasía andaluza, para arpa y orquesta, el Tercer Concierto para piano y orquesta en Si menor y las Trece canciones populares Españolas, para canto y orquesta. El año en que concluye estas dos últimas dos últimas piezas, 1952, Bacarisse asiste al recital de presentación de Narciso Yepes en la Salle Gaveau. El guitarrista se había desplazado a la capital francesa para concluir sus estudios profundizando en análisis musical e interpretación con Nadia Boulanger; también estudiaría con el violinista George Enescu y el pianista Walter Gieseking.
Profundamente impresionado por el dominio técnico, la calidad del sonido y la elegancia clasicista del estilo de Yepes, Bacarisse se decide de inmediato a componerles una obra. Marysia Szumlakowska, entonces estudiante de filosofía en la Soborne y futura esposa de Yepes, cuenta que ambos comenzaron a visitar de manera asidua la casa de Bacarisse. El compositor solía sentarse al piano y tocar pasajes de lo que andaba escribiendo. En algún momento se volvía hacia Yepes y le preguntaba con timidez: ‘¿Esto se puede tocar en la guitarra?’. Yepes sonreía y respondía siempre lo mismo: ‘Tú escribe lo que te salga del alma, que yo lo tocaré’.
En abril de ese año Bacarisse terminaba el Concertino para guitarra y orquesta en La menor, compuesto, como reza en la partitura, ‘conociendo las posibilidades del gran artista lorquiano’. Yepes estrenará la obra el 15 de octubre de 1953 en el Théâtre des Champs-Elysées. El concierto, organizado por la RTF y retransmitido una semana más tarde, contaría con la dirección de Ataúlfo Argenta al frente de la Orchestre National de France.
Del desencanto al entusiasmo
A diferencia de Bacarisse, Ernesto Halffter había compuesto para guitarra antes de conocer a Yepes. En 1923, ya bajo la tutela de Falla, estrena Peacock-pie, reelaboración de las Tres piezas infantiles compuestas dos años antes, en la que conjuga elementos propios del neoclasicismo stravinskiano. La crítica celebró y denostó la obra a partes iguales. Andrés Segovia, quien la había estrenado en el Teatro de la Comedia, nunca volvió a interpretarla; al decir de Halffter, más por rechazo a la modernidad que por influencia de la crítica.
En la música para el documental Viaje romántico a Granada, compuesta en 1955 y dedicada Regino Sainz de la Maza, la guitarra forma parte de un conjunto instrumental; el lenguaje musical, también en estilo neoclásico con resonancias del maestro Falla, incorpora colorismos de gusto casticista. El estreno tuvo lugar, en sesión privada, durante el Festival de Música y Danza de Granada. Al carecer la obra de partitura para concierto la difusión fue mínima. Viaje romántico a Granada constituirá el germen formal del Concierto para guitarra y orquesta dedicado a Yepes en 1969.
Al músico lorquiano lo conocía Halffter, al menos, desde su presentación en Madrid en 1947 con Ataúlfo Argenta; la relación se intensifica gracias a la relación del guitarrista con el compositor más joven de la familia, Cristóbal, quien le dedicara su Codex I en 1963, y comienza a fraguar en amistad a partir del recital ofrecido por Yepes en el Festival Messidor de Toulouse en junio de 1966, cuando este interpreta la Atlántida de Falla (concluida, como es sabido, por Halffter), y al año siguiente con la interpretación de ambos, Halffter dirigiendo la Orquesta de Cámara de Madrid, del Concierto de Aranjuez en Cuevas del Nerja.
El descubrimiento del mundo de posibilidades para la guitarra, propiciado por Yepes, no tuvo, en el caso de Halffter, el matiz de conversión espontánea que tendría con Baccarise. Desencantado por el rendimiento del instrumento en el pasado, Halffter tuvo ocasión de meditar hasta entusiasmarse con aquello que Sainz de la Maza o Segovia, pese al nivel de excelencia, ni por estilo ni predisposición, habrían podido ofrecerle. Puede decirse que para cuando el compositor recibe el encargo de Yepes (encargo formalizado por la Dirección General de Radiodifusión y Televisión) el Concierto, en cierto modo, hacía tiempo que estaba en marcha.
Grabaciones para Deutsche Grammophon
Narciso Yepes comenzó a grabar en exclusiva para el sello alemán en 1967; la relación contractual se prologaría hasta 1989. A lo largo de ese tiempo grabó obras en solitario, acompañando o con orquesta de un amplio repertorio que comprendía música desde el Renacimiento español hasta bien entrado el siglo XX. Sus grabaciones más notables son, sin duda, las de conciertos para guitarra y orquesta, trece en total; incluidos dos veces el Concierto de Aranjuez: en 1969, con la Orquesta de Radiotelevisión Española y Odón Alonso; y en 1980, con la Philharmonia Orchestra y José Luis García Navarro.
El álbum seleccionado para esta sección, y que reúne el Concertino de Bacarisse y el Concierto de Halffter, fue registrado en los Estudios Phonogram de Madrid en junio de 1972; repiten la ORTVE y el maestro Alonso (LP Estéreo 2530 326).
Yepes grabó también conciertos para guitarra de Antonio Vivaldi, Mauro Giuliani, Mauricio Ohana, Antonio Ruiz-Pipó, Mario Castelnuovo-Tedesco y Heitor Villa-Lobos, con la Orchestre de Chambre Paul Kuentz, English Chamber Orchestra y London Symphony Orchestra, dirigidas por Paul Kuentz, Rafael Frühbeck de Burgos y los maestros antes señalados.
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