Entrevista al Dúo Santor-Gilort: Georgina Sánchez y Francisco José Gil
El Dúo Santor-Gilort nace en 2008, ¿qué fue lo que les llevó a crear esta formación estable?
Georgina: Nos conocimos en un concurso de Jóvenes Intérpretes en noviembre de 2007. En aquella época, y después de haber ganado el Intercentros Melómano y Juventudes Musicales de España, la mayor parte de mi actividad concertística en relación a la música de cámara había sido con la formación de violonchelo y piano. La primera vez que Paco me habló de los Dúos de Beethoven apenas le presté atención. ¿Un clarinete y un chelo, sin piano? No entraba en mis planes, y me demoré en hacer una primera lectura de esta música.
Paco perseveró en su propuesta beethoveniana y una tarde de septiembre (2008) comenzamos a leer el primero de ellos. De la felicidad de esas notas nació la ilusión de hacer sonar esos instrumentos con infinidad de colores, poniendo el solista que hay en nosotros al servicio de la música de cámara en pequeño formato y mostrarlo al que nos escuchara, sin pensar a priori en convertirnos en una formación estable. El Dúo Santor-Gilort lo forman dos escorpiones tozudos, que discuten mucho en sus ensayos, resultando igualmente risas distendidas, creando una simbiosis artística por la que daré siempre gracias.
¿Cuál es el tipo de repertorio que abordan de forma más habitual?
Francisco José: Muchas composiciones originales para esta formación son del siglo XX, Hindemith y Xenakis son de los nombres más populares que han escrito para este dúo. Sin embargo, otros menos famosos y más actuales han dedicado su música también al dúo, como Tate, Bermel, Mariné, Conesson…
Pero se puede tocar música de épocas anteriores también, siendo viable que numerosos dúos de clarinete y fagot puedan interpretarse sustituyendo el último por el chelo e, incluso, la música llega a enriquecerse con los recursos idiomáticos que este ofrece: Beethoven, Fuchs, Devienne, Gebauer, Tausch… (todos en torno a 1800). Se pueden tocar además obras como las Invenciones a dos voces de Bach, funcionando a la perfección. Algunos autores contemporáneos nos han escrito su música, como Perón, Lefebure, Grundman, y la propia Georgina, autora de varias piezas. De estos tres ámbitos tomamos obras para conformar nuestro repertorio.
A lo largo de su trayectoria han sido galardonados en una quincena de concursos de música de cámara, ¿qué han supuesto para ustedes estos reconocimientos?
Francisco José: Un premio es un motivo de alegría, por supuesto, entendiéndolo nosotros como un reto a superar y una lección musical más en nuestra formación siempre inacabada. Nos gusta grabar nuestros conciertos y concursos para después examinar los registros y analizar qué se pudo hacer mejor, qué estuvo bien… Los concursos son una buena oportunidad para conocerse a uno mismo y conocer qué hacen otros colegas en momentos que requieren tanta dedicación y esfuerzo.
Por otro lado, asistir a un evento así (tiempo, viajes, estancias…) ha propiciado momentos maravillosos y anécdotas inolvidables que escribiremos algún día.
Gracias a algunos concursos hemos podido actuar en lugares como el Conservatorio Chaikovski de Moscú, Seggelke’s Foundation de Bamberg o en ciudades históricas italianas como Todi, Nichelino, Montecchio Maggiore, etc.
Acaban de presentar su último disco, dedicado a Beethoven y Tausch, ¿qué repertorio podemos encontrar en este trabajo? ¿Cuál es la idea que les llevó a plantear esta grabación, cuál es el hilo conductor?
Francisco José: De los autores citados anteriormente (hay más) es Beethoven quien tiene los dúos más conocidos. Tausch fue un reputado clarinetista casi contemporáneo del de Bonn cuyos conciertos para clarinete son de cierta fama. No teníamos conocimiento de grabación en versión de clarinete y chelo del WoO 27 de Beethoven y el opus 21 de Tausch. Vimos que los tres dúos de los que consta cada serie podían formar un buen todo con el aderezo del chelo en lugar del fagot. El hilo conductor es, sin duda, la proximidad temporal y geográfica de ambos autores. No obstante, aunque estilísticamente tienen similitudes en el lenguaje, sí se pueden apreciar diferencias en el tratamiento instrumental (el papel melódico del chelo es más explotado por Tausch que por Beethoven hasta llegar al punto del tercer dúo, donde el clarinete queda relegado a un papel de acompañamiento de bajo Alberti, inusual para la formación), o en los desarrollos temáticos con modulaciones más audaces en Tausch que en el genio de la Novena.
Asimismo, tienen previsto sacar un monográfico dedicado a la faceta como compositora de Georgina. ¿Qué tipo de obras conforman este álbum?
Georgina: Contendrá todas las obras para clarinete y chelo que he compuesto, la mayoría dedicadas a Paco. Duermo con mi maleta bajo mi cama (Homenaje a Shostakóvich), Palacio ducal, Claustro de San Isidoro, Aroma de palmas y habana, Los sospiros no sosiegan, Las Lágrimas de San Lorenzo, y la que da nombre al álbum: Pregón de danza.
Georgina, ¿cómo definiría su estilo compositivo? ¿Cómo ha recibido el público sus obras cuando las ha interpretado en concierto?
Georgina: Existe un misticismo a veces paroxístico impregnando mi música que, al igual que intento en la interpretación, moldea cada giro, cada armonía, cada matiz, para conectar directamente con quien la escucha. Tengo alguna obra con momentos de disonancia o atonalismo en las que reflejo desgarro o una expresión exacerbada, pero no es lo que más abunda en mi producción. Hasta la fecha el público ha recibido con agrado mis creaciones, pudiendo contribuir a ello explicarles la historia compositiva de cada una de ellas.
Sus discos están editados con el sello discográfico SANTOR Ediciones, de Georgina, ¿qué le llevó a abordar este proyecto?
Georgina: SANTOR (de mis apellidos, Sánchez Torres) decidí fundarla a toda velocidad en 2015. Ese verano ADEC (Asociación para el Estudio y el Desarrollo del Clarinete) celebraba su Congreso Mundial de Clarinete en Madrid y era una oportunidad para dar a conocer mi música para este instrumento. Hasta ese momento había grabado varios discos, tenía un número considerable de obras compuestas, y no me satisfacían las propuestas editoriales recibidas. Armándome de valor dije: «adelante». A día de hoy, es un motivo de alegría que, además de nosotros, músicos de lugares diversos tengan a su alcance la música de SANTOR.
¿Qué otros discos y publicaciones podemos encontrar en su catálogo?
Georgina: De momento se centra en composiciones o arreglos que hemos venido realizando. Además de las mencionadas para clarinete y chelo, hay piezas poco frecuentes para requinto (clarinete en Mi bemol) tanto a solo como con piano, para violonchelo y piano, corno di bassetto… y todos los trabajos discográficos que tanto Paco como yo hemos grabado por separado. Pueden verse en la web de la tienda: www.santorediciones.com.
Al igual que ha sucedido con el resto de artistas, sus actividades están paradas en este momento pero, ¿cuáles son sus compromisos más inmediatos?
Francisco José: Efectivamente, hemos tenido que aplazar algunas actividades, como la presentación del disco de Beethoven-Tausch tanto en primavera como en verano. Esperemos poder hacerlo pronto. Otra faceta de Georgina es la dirección orquestal; pues bien, aunque no es una actividad puramente del dúo como instrumentistas, teníamos previsto unos conciertos con la Orquesta de Albacete en los que interpretaríamos música de Spohr para clarinete, conmigo como solista y Georgina a la batuta. Han quedado aplazados para octubre.
¿Qué planes de futuro tienen como dúo?
Francisco José: En primer lugar, tenemos proyectado terminar la grabación del disco de música de Georgina para clarinete y chelo. No siempre se puede disponer del tiempo que a uno le gustaría y aún no nos ha sido posible su finalización a pesar de que el trabajo está muy avanzado desde hace tiempo.
Esperamos seguir dando a conocer al público nuestro hacer en esta formación tan atípica y genuina. Seguiremos aprendiendo el uno del otro, aguzando nuestros oídos para pulir detalles que alcancen la afinación perfecta, el discurso musical más transcendente, aprender cada día un poquito más; y, sobre todo, continuaremos disfrutando de la música como venimos haciendo en estos doce años, en los que no sabíamos dónde empezaba la amistad y acababan las corcheas, o al revés.
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