Ramón Garay (1761-1823). Obra musical sacra en latín
Edición Paulino Capdepón Verdú
Fundación María Cristina Masaveu Peterson
Madrid, 2023
2 volúmenes
2652 páginas
El historiador y musicólogo burgalés Paulino Capdepón Verdú (Miranda de Ebro, 1959) ya se ocupó del compositor asturiano Ramón Garay (1761-1823) en un interesantísimo estudio del que nos hicimos eco en nuestro número de octubre de 2017. Nos llega ahora un doble volumen dedicado a ‘la obra musical sacra en latín» del propio Garay, concretamente de sus misas, responsorios, salmos, cánticos, secuencias e himnos.
Como es habitual, Capdepón se ocupa no solo de la música en sí misma, también aborda el contexto en el que se produce, revisa la organización de la capilla musical jienense y valora la aportación del músico como maestro de capilla. Garay fue un auténtico revulsivo por su estilo vienés, sus cambios en la plantilla instrumental de la catedral y su aportación al repertorio. La edición es ejemplar, además de un acercamiento biográfico, al ofrecer todos los detalles de la capilla musical de la ciudad andaluza. De cada una de las obras se ofrecen todos los detalles: plantilla, instrumentación, estilo musical y de las fuentes, y la transcripción correspondiente. No falta, naturalmente, el estudio crítico de cada obra, y su relación con el contexto musical de la época. Gracias a este trabajo, cualquiera de estas composiciones puede ser interpretada por quienes estén interesados. El primero de los dos volúmenes se ocupa de las ocho misas,el segundo del resto del repertorio: veinticinco responsorios (para Navidad, el Corpus, la Asunción de María y otros), dos Te Deum y un Salmo, un Magnificat y un Stabat Mater.
Un estudio modélico, definitivo y detallista, al tiempo que divulgativo. En suma, un trabajo de calidad que pone a disposición de los intérpretes interesados una música atractiva, que, pese a su carácter religioso, deberíamos poder escuchar. La edición incluye muchas ilustraciones, incluso en color, y toda suerte de información. Merece la pena conocerlo.
Por José Prieto Marugán
Deja una respuesta