
Simone Young es una de las directoras de orquesta que más techos de cristal ha roto en la historia reciente. Reconocida por su virtuosismo técnico, su profundo conocimiento del repertorio romántico y postromántico, y su coraje para enfrentar los desafíos estructurales del mundo orquestal, su figura ha venido a cuestionar lo que significa liderar sobre el podio.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Nacida en 1961 en Sídney (Australia), Simone Young estudió piano, composición y dirección en el conservatorio de su ciudad natal, aunque asegura haber heredado de su padre ‘poderes supersónicos’ como el oído absoluto y la sinestesia, pues percibe el sonido de manera tridimensional.
Su primer gran impulso profesional vino cuando se convirtió en maestra repetidora en la Ópera de Sídney en 1983, aunque su talento no tardaría en hacerse ver y, en 1986, terminaría por ser la persona más joven y, además, la primera mujer en ser nombrada directora residente de Ópera Australia, la compañía principal del país. Al año siguiente, fue premiada como ‘joven australiana del año’ y obtendría una beca Australia Council para desarrollar su carrera fuera del país, lo que la llevaría a trabajar como asistente de Daniel Barenboim en la Ópera Estatal de Berlín y en el Festival de Bayreuth.
Pero esta no fue sino la primera etapa de una vida artística vibrante, donde ha sido una pionera en otros muchos aspectos. De hecho, durante décadas fue prácticamente la única directora en los escenarios europeos. Young fue la primera mujer en dirigir la Ópera Estatal de Viena, donde debutó en 1993, y también la primera directora de la Ópera Estatal de Baviera, dos de los teatros líricos más prestigiosos y exigentes del mundo.
Además, en su prolífica trayectoria de más de cuatro décadas, ha desempeñado cargos de directora principal en numerosas orquestas alrededor del mundo, incluso de manera simultánea. Entre 1993 y 1995, fue la directora invitada principal de la Ópera Nacional de Berlín Unter den Linden, siendo la primera mujer en ocupar el cargo en esta institución, donde dirigió grandes producciones como Tristán e Isolda o Fidelio. Ha sido la directora principal de la Orquesta Filarmónica de Bergen, en Noruega (1998-2002); la directora musical de la Ópera del Estado de Victoria (Australia), entre 1998 y 2002; y directora invitada principal de la Orquesta de Cámara de Lausana entre los años 2017 y 2020. Asumió el cargo de directora artística de la Ópera Estatal de Hamburgo y de la Filarmónica de la misma ciudad entre 2005 y 2015, siendo también la primera mujer en liderar ambas instituciones. Durante su estancia en Hamburgo, Young se dedicó en cuerpo y alma a la orquesta, donde dirigió numerosos estrenos y un repertorio variado que iría desde Mozart, Verdi o Puccini hasta música contemporánea, posicionando a esta filarmónica como una de las mejores orquestas de Alemania. Actualmente. Desde el año 2022, es la directora titular de la Orquesta Sinfónica de Sídney, contrato que se extiende hasta 2026.
Además, Young ha actuado como directora invitada en teatros de ópera de talla mundial como la Ópera Nacional de París, la Royal Opera House de Londres, la Metropolitan Opera de Nueva York y el Teatro alla Scala de Milán, y es invitada habitual en los principales teatros de ópera de Múnich, Berlín, Dresde y Zúrich.
Simone es considerada una de las mayores especialistas en Wagner, Strauss y Bruckner, reputación que se labró desde el principio de su carrera dirigiendo en numerosas ocasiones el ciclo completo de El anillo del Nibelungo de Wagner, así como otras óperas wagnerianas, tales como Parsifal o Los maestros cantores de Núremberg. Sus interpretaciones de Elektra, Salomé o Ariadna en Naxos de Strauss son también memorables, aunque especialmente aplaudida fue la reposición de Dafne, del mismo autor, en la temporada de 2011-12 en la Ópera Estatal de Viena, que se ha convertido en un elemento distintivo de la programación de ese teatro y que siguen reponiendo hasta el día de hoy.
En 2024, culminó otra cima, cuando llegó a ser la primera mujer (y persona australiana en términos generales) en dirigir la tetralogía de El anillo de Wagner en el legendario Festival de Bayreuth, meca wagneriana por excelencia.
Fuera del entorno operístico, también se ha hecho un nombre como directora de repertorio sinfónico. Bajo su batuta han pasado algunas de las orquestas más importantes del mundo, como las filarmónicas de Berlín, Londres, Múnich, Nueva York y Viena; la Orquesta de París; la Orquesta y Coro Nacionales de España; la orquesta de la BBC; y la Filarmónica de Dresde, entre otras.
Su trabajo ha sido registrado en un buen número de grabaciones discográficas y DVD, que incluyen óperas como Diálogos de Carmelitas de Poulenc; Matías el pintor de Hindemith; el ciclo de El anillo del Niberlungo de Wagner; Palestrina de Pfitzner; y De la casa de los muertos de Janáček. Pero también repertorio sinfónico, como la integral de las sinfonías de Bruckner en su versión original, que grabó con la Orquesta Filarmónica de Hamburgo y que es considerada toda una referencia interpretativa; la integral de las sinfonías de Brahms; las sinfonías núms. 2 y 6 de Mahler; El libro de los siete sellos de Franz Schmidt; o el Réquiem de Verdi, entre otros.
La trayectoria artística de Young ha sido ampliamente reconocida también fuera de los escenarios. Es doctora honoris causa de las universidades de Sídney y Melbourne. Ha recibido la Orden de Australia por sus servicios a las artes y a la música clásica. Además, el gobierno de Francia la nombró Chevalier des Arts et des Lettres, y Alemania le otorgó la Medalla Goethe. En los últimos International Opera Award fue elegida «directora del año», distinción que también recibiría de la mano de la revista británica Opera. Además, su vida está recogida en la película documental Knowing the Score, dirigida por Janine Hosking y estrenada en 2023.
Simone Young es, además, una defensora acérrima de la educación musical y de la inclusión de las mujeres en puestos de liderazgo. Ella misma ha denunciado públicamente las dificultades que enfrentan las mujeres en el mundo de la música clásica y ha criticado las cuestionables políticas de contratación de las instituciones.
Su presencia en los escenarios más exigentes del mundo es un motor transformador de uno de los ámbitos más masculinizados de la música y redefine el lugar de las mujeres en la élite en la dirección orquestal.
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