
Con más de tres décadas sobre los escenarios, el barítono Àngel Òdena repasa su trayectoria, reflexiona sobre la evolución de la ópera y reivindica el talento nacional. Hablamos con él sobre técnica vocal, emoción, compromiso artístico y su apuesta por Tarragona. Próximamente le veremos en La tabernera del puerto en el Teatro de la Zarzuela.
Por Ana Nasarre
Llevas más de treinta años de profesión, en los que has cantado tanto ópera como zarzuela y lied por diversos teatros nacionales e internacionales. ¿Has apreciado un cambio sustancial en el mundo de la ópera desde que empezaste tu carrera?
Sí, claro. Seguramente es inherente a la propia humanidad y a la historia. La evolución nos lleva a que las cosas vayan cambiando. Creo que, actualmente, la introducción de tecnología avanzada provoca en las nuevas producciones un cambio importante y mucho más impactante para el público, ganando en seguridad para todos aquellos que estamos en un escenario. También las nuevas generaciones de cantantes están, en general, más preparadas musicalmente y técnicamente que hace unos años.
Con respecto a la introducción de las redes sociales y todo lo que conlleva, pienso que muchas veces los artistas estamos más pendientes de lo que parece que somos que de lo que en realidad somos; la apariencia puede importar más que la esencia del arte y su expresión.
Personalmente, siempre intento no olvidar lo que he aprendido y aprendo musical y artísticamente, sin perder en ningún momento la esencia, porque al final, sin duda, lo que verdaderamente llega al público es eso.
¿Tienes algún recuerdo especial que quieras compartir con nosotros?
Seguramente mi debut en el Metropolitan de Nueva York. Fue maravilloso por lo que representaba, por la inmensidad de ese teatro, por su buena acústica, por la calidez del público, por la altísima profesionalidad del equipo humano y, sobre todo, por la gente que me acompañó. Soy muy poco fetichista, pero ese día siempre estará en mi recuerdo. El Metropolitan es un teatro donde se trabaja muy bien y donde todo cantante, un día u otro, quiere actuar. Y lo hice con un rol verdiano muy significativo: el Conde de Luna de Il trovatore.
Tienes un repertorio amplísimo. ¿Cuál es la disciplina que sigues para mantener tu voz en tan óptimas condiciones?
Creo que lo más importante es intentar tener una técnica adecuada a tu voz y a tu cuerpo.El cambio físico influye en dos direcciones: la edad —con el paso del tiempo nuestro cuerpo cambia, envejece— y también nuestra condición física. Es muy importante que nuestro cuerpo, nuestra respiración y abdominales tengan la resistencia adecuada para mantener nuestra voz fresca. Estar en buena forma es fundamental, tanto para la técnica del canto como para poder realizar una buena actuación teatral. Es importante ser consciente de que tu cuerpo es tu instrumento.
¿Sigues algún ritual antes de salir al escenario o tienes algún objeto especial?
No. Como ya comenté, soy muy poco fetichista. Hace años decidí que mi superstición sería no tener ninguna. No quiero estar sometido a ningún tipo de ritual; así me siento mucho más libre. Rituales vocales (vocalización), claro que sí, pero nada más.
Has manifestado que para ti es muy importante transmitir emociones cuando actúas. Cuando interpretas un personaje muy dramático, ¿te resulta difícil controlar tus sentimientos?
La verdad es que siempre tengo presente ese límite que hay entre la ficción del teatro y la realidad. Es complejo, pero te diré que utilizo las herramientas emocionales de mi vida real y las pongo al servicio de la interpretación teatral. Mezclo mis dos vidas, pero, seguramente inconscientemente, no pongo en juego mi emoción personal. Quizá es complejo lo que explico, pero lo siento así.
¿Te recuperas fácilmente una vez finalizada la función o necesitas un tiempo para volver a tu estado de ánimo?
Por supuesto que, cuando terminas una ópera, necesitas un periodo de recuperación física y, sobre todo, psicológica, ya que esta mezcla que he explicado la tienes que volver a tu ‘normalidad’. Por otra parte, esa es la grandeza y la excitación del arte del canto.
Cuando te ofrecen un contrato, ¿qué es lo primero que tienes en cuenta? Aparte de la obra, los compañeros de reparto, director de orquesta, director de escena…
Lo primero que me interesa es por conocer el personaje: en qué estilo está, la tesitura escrita, quién es el compositor, lo extenso que es, qué historia nos explica y cuál es la importancia del rol dentro de esa historia. A partir de ahí empiezo a estudiarlo musicalmente y, más tarde, vocalmente.
Evidentemente, conocer la parte musical, director de orquesta y compañeros también es muy importante. Es básico saber con quién comparto la música para mi buen resultado.
¿Has rehusado interpretar algún rol porque veías que no encajarías en la producción?
No, nunca por un tema escénico. Solo por motivos vocales, si veo que el rol no es adecuado a mi voz.
En España, cada vez hay más ciudades que programan pequeñas temporadas de ópera que se han ido consolidando, ofreciendo más títulos y más funciones. ¿Qué crees que aporta, tanto a nivel profesional como de ciudad?
La ópera es el arte total y los profesionales nos debemos sentir muy satisfechos de que la oferta sea cada día más amplia. Eso significa más oportunidades para el público —queda claro que, si se llenan teatros, existe esa necesidad— y para los artistas: orquestas, técnicos, caracterizadores, coristas, cantantes, etc. Es muy importante crear una red de industria cultural arraigada en cada ciudad y que los programadores tengan en cuenta que aquí hay mucho talento, que debería reflejarse en la contratación de artistas del país. En muchos casos, optan por intérpretes extranjeros del mismo nivel o inferior al nacional. No existen auditorías artísticas, lo cual creo que es muy necesario. Se creó un sindicato de artistas líricos que, desde mi punto de vista, desgraciadamente no ha estado a la altura de la exigencia que pedimos y necesitamos los artistas.
En Tarragona, tu ciudad, durante varios veranos has organizado y actuado en espectáculos de ópera en Camp de Mart con gran éxito. ¿Nos puedes contar tu experiencia desde las vertientes organizativa y artística?
La verdad es que me encontré metido en ello casi sin quererlo. El primer año se realizó desde el Ayuntamiento y mi misión era de apoyo en aquello que yo podía conocer y aportar desde mi experiencia. Posteriormente, se creó L’Associació d’Amics del Teatre Líric de Tarragona, a través de la cual se canaliza todo. El Ayuntamiento realiza el apoyo logístico, pero no el organizativo. Aquí, sí, que el trabajo es más intenso y he hecho un máster acelerado. Lo importante es escuchar y aprender de quien tiene experiencia en cada disciplina y tomar decisiones. Cuando organizas, la parte más romántica debe quedar un poco al margen. Lo que tengo muy claro es que nunca debes sacrificar el nivel artístico-musical, ya que la elección de un buen elenco es lo que te llevará al éxito. No puedo permitir subir alescenarioun espectáculo que no tenga la categoría necesaria. Esa es mi ‘biblia’, que no quiero ni puedo olvidar.
¿Tienes intención de continuar apostando para que Tarragona sea un lugar de referencia en ópera?
Sí, quiero conseguir que mi ciudad figure en el mapa cultural. Tarragona es Ciudad Patrimonio de la Humanidad, declarada por la UNESCO y, como tú has dicho, el Teatre Auditori Camp de Mart es un espacio fabuloso, con una acústica envidiable. En pocas ciudades he visto un auditorio de este tipo. Nos lo tenemos que creer y apostar por ello. Mientras tenga el respaldo institucional necesario, continuaré trabajando para seguir creciendo, combinándolo, como ya hacemos, con la formación y apoyo a los jóvenes talentos, a través de un curso de canto y la promoción de conciertos.
Ahora vamos a jugar un poco. Supón que te ponen una hoja de papel en blanco y te dicen que escribas lo que te gustaría conseguir a nivel profesional que tengas pendiente. ¿Qué pedirías?
A todos nos gusta cantar en aquel teatro que no has debutado o hacer aquel rol que no has hecho. Pero, sinceramente, lo que pondría es que cada día, cuando me levante, pueda seguir con el mismo entusiasmo que tengo ahora y la misma pasión por cantar. Pasan los años y tengo más ilusión y ganas, si cabe. Francamente, solo pido esto.
¿Dónde te podremos ver próximamente?
A partir del próximo 4 de junio estaré en el Teatro de la Zarzuela con la magnífica zarzuela La tabernera del puerto, dirigida por José Miguel Pérez-Sierra, y la estupenda producción de Mario Gas. Se repetirá en Lima en octubre y noviembre. En el mes de julio formaré parte de La bohème en el Teatre Auditori Camp de Mart de Tarragona.
La temporada 2025-26 comenzará en Niza los días 3, 5 y 7 de octubre. Representará un rol desconocido para mí que me hace especial ilusión, el Kallenbach de la ópera Satyagraha de Philip Glass. Después, ofreceré un concierto en el Palau de la Música Catalana en noviembre y en febrero y marzo volveré al Gran Teatre del Liceu con La Gioconda.
Hay más actuaciones en El Escorial, Niza, Almería, Bilbao, Sabadell, etc., que, a día de hoy, no puedo revelar porque los teatros no han hecho públicas las temporadas.
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