Con su prestigio consolidado tras 25 años con el maestro Péter Csaba al frente, el Encuentro de Música y Academia de Santander abre una nueva etapa encomendando la Dirección Artística a los pianistas Márta Gulyás y Luis Fernando Pérez y abriéndose a la colaboración de nuevas escuelas de música de todo el mundo.
Por Paloma O’Shea, presidenta fundadora de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y de la Fundación Albéniz
De los proyectos musicales que la vida me ha dado ocasión de promover, el Encuentro de Música y Academia de Santander es, seguramente, el más bonito, el que me ha hecho vivir las emociones musicales más intensas. Es, también, uno de los más útiles, porque se encamina directamente a nuestro doble objetivo: ayudar a los jóvenes músicos a alcanzar su máximo potencial y acercar la música a todos.
La idea del Encuentro de Música y Academia surgió de una necesidad (Santander apenas tenía oferta musical en el mes de julio), y de un viaje, el que había realizado recientemente a Tanglewood, en el estado de Massachusetts, para conocer de cerca el mítico programa de verano que, desde los tiempos de Kusevitski y Bernstein, venía convocando allí la Sinfónica de Boston, reuniendo músicos jóvenes y consagrados. Enseguida comprendí que algo así podría funcionar muy bien en la ciudad de Santander, que es una maravilla siempre, pero aún más en verano. La clave estaba, y sigue estando, en que los jóvenes fueran seleccionados uno a uno por audición y que estudiantes y profesores actuaran en público juntos, compartiendo escenario, de manera que la combinación de frescura, pujanza y maestría hiciera de cada interpretación una experiencia singular. El Gobierno de Cantabria hizo suya la idea en cuanto se la ofrecimos: el Encuentro nació como un proyecto conjunto, emprendido a medias por el Gobierno y la Fundación Albéniz. Durante todos estos años hemos contado, además, con el apoyo entusiasta del Ayuntamiento de Santander, de sus dos grandes universidades, la Internacional Menéndez Pelayo y la de Cantabria, y de sus empresas más dinámicas, que ven en este proyecto una oportunidad de patrocinio y mecenazgo.
En la primera edición del Encuentro, que tuvo lugar en 2001, su director artístico, Claudio Martínez Mehner, sentó las bases musicales y pedagógicas del proyecto. Le sucedió el maestro Péter Csaba quien, durante más de veinte años, ha convertido el Encuentro en una destacada cita de verano que está en la mente de los miembros de la comunidad musical internacional. Son más de 1000 los músicos de primera fila que están hoy repartidos por el mundo y no olvidan sus actuaciones en las dos salas, Argenta y Pereda, del Palacio de Festivales, en el Palacio de la Magdalena, en la Colegiata de Santillana del Mar o en las iglesias y casas de cultura de localidades grandes y pequeñas de Cantabria. Además de Csaba, han dirigido la orquesta del Encuentro maestros como Vladímir Ashkenazi, Jesús López Cobos, Andrés Orozco Estrada, Krzysztof Penderecki o Péter Eötvös. Estos dos últimos han sido, al mismo tiempo, compositores residentes, al igual que John Corigliano, Sofiya Gubaidúlina o Luis de Pablo. El gran arquitecto Renzo Piano vino al Encuentro a oír la música de sus amigos Boulez y Berio en uno de sus edificios señeros, el Centro Botín de Santander, entonces recién inaugurado.
Péter Csaba seguirá acudiendo al Encuentro como el gran director de orquesta que es, pero la Dirección Artística recae a partir de ahora en dos estupendos pianistas: la húngara Márta Gulyás, profesora durante muchos años de música de cámara en la Academia Liszt de Budapest y de la Escuela Reina Sofía, y el español Luis Fernando Pérez, máximo especialista actual en Albéniz, Granados y Falla, pero también excelente intérprete del gran repertorio internacional. Actuarán en tándem, como han hecho ya con mucho éxito en tareas anteriores. Por otra parte, el Encuentro se desarrolla, como siempre, en estrecha coordinación con la Escuela Superior de Música Reina Sofía, que es la convocante.
Tenemos puesta una gran ilusión en esta nueva etapa, porque, partiendo del alto prestigio que ya tiene, el Encuentro amplía el espectro de la selección de participantes. Junto a las grandes escuelas de música de Berlín, Londres, París, Budapest, Bruselas y Helsinki que ya venían participando, el Encuentro se abre ahora a las de Viena, Salzburgo, Múnich, Detmold, Hannover, Lyon e, incluso, a algunas de fuera de Europa, como la Buchmann-Mehta de Tel Aviv o la de la Universidad de Indiana en Bloomington. Además, en vista del gran progreso que ha experimentado la educación musical en España, se incorporan también el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, la Escuela Superior de Canto de Madrid, el Centro Superior de Enseñanza Musical Katarina Gurska, la Fundació Conservatori Liceu, la Escola Superior de Música de Catalunya y Musikene-Centro Superior de Música del País Vasco. El resultado de este esfuerzo de selección es una radiografía global del talento: este año irán a Santander 69 jóvenes músicos provenientes de 23 países de Europa, 5 de Asia, 3 de América y 1 de Oceanía.
Por lo demás, el Encuentro de Música y Academia de Santander mantiene las características que le han dado él éxito y el favor del público: los mejores profesores de cada instrumento, el mérito como único criterio de selección de participantes, proyección inmediata al escenario de todo cuanto se trabaja en el aula y exploración de las mil riquezas que encierra la música de cámara de todas las épocas y estilos.
Aunque nace de lo más profundo de cada persona, la emoción musical es siempre social, compartida. Es una forma de relación entre personas, del maestro con el discípulo, del compositor con el intérprete, de todos ellos con el espectador y de los espectadores entre sí. En el Encuentro de Santander, que por algo se llama así, la música nos reúne a todos.
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