En este mes de abril, la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE ha programado tres obras corales para festejar la Semana Santa.
Hablamos con Alla Zaikina, asistente de dirección del Coro RTVE, sobre la preparación de estos programas y, más concretamente, sobre el sublime Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart.
Por Benjamín Núñez
¿Cuáles son las obras corales que interpretará el Coro RTVE este mes de abril?
Comenzaremos por la Misa breve en honor a San Juan de Dios de Haydn bajo la batuta del director titular de la ORTVE, Pablo González. La peculiaridad de esta misa consiste en la intervención del órgano como protagonista. De hecho, en el ‘Benedictus’, el órgano y la soprano solista son realmente protagonistas. Esta misa no la hemos cantado antes, pero no nos va a resultar difícil de interpretar. Haydn y, sobre todo Mozart, escribían muy bien para la voz, y esto nos ayuda muchísimo a la hora de trabajar con este repertorio.
Por su parte, la Misa en Do mayor de Mozart tiene una característica inusual, su forma es cíclica: en el ‘Agnus Dei’ (‘Dona nobis pacem’) Mozart volvió a la música del ‘Kyrie’, dando a la misa unidad musical. Otra característica de esta obra es su carácter popular; esto es evidente tanto en sus temas pegadizos como en su estructura musical relativamente directa. Creo que al público le encantará conocerla y disfrutarla, bajo la batuta del maestro Maurice Steger.
Terminaremos abril con el Réquiem de Mozart, dirigido por Pablo González. Forma parte de nuestro repertorio y para nosotros es un placer volver a cantarlo.
Mozart es uno de los compositores que más ha contribuido al desarrollo del sinfonismo, y de otras tantas cosas, como la ópera. ¿Cómo valoras su obra coral en general?
Mozart era un genio, en todo lo que componía y en cómo lo componía. Conocía muy bien las posibilidades y peculiaridades de cada instrumento y, por eso, sus obras son perfectas. En mi opinión, es el mejor compositor que jamás ha escrito para la voz. La mayoría de sus obras requieren virtuosismo y, por lo tanto, para interpretarlas hay que estar bien preparado técnica y musicalmente. Nosotros podemos presumir de poder cantar con cierta facilidad este repertorio. Además, Mozart fue muy generoso con el coro y escribió 19 misas, 4 letanías, 3 vísperas, 2 oratorios, 2 cantatas y otras múltiples composiciones religiosas. ¡Ojalá podamos interpretar la mayoría de este repertorio en el futuro!
De entre todas estas obras hay una que sobresale por popularidad y número de veces que se representa en las salas de conciertos: el Réquiem. ¿Por qué crees que gusta tanto esta obra póstuma?
Hoy endía todas las canciones que escuchamos por la radio o por la televisión, repetidas múltiples veces, se meten en el oído y, nos guste o no, nos quedamos con ellas. ¿Quizá es el marketinglo que nos hace recordarlas? Creo que con la música clásica pasa lo mismo. Antiguamente no existían ni la radio ni la televisión, pero existían actuaciones en directo. Hay obras de música clásica que traspasan tiempos y son muy populares a pesar de los años y los siglos. ¡Seguramente porque gustan! Cuantas más veces interpretamos algunas obras clásicas, más las disfrutamos; porque nos gustan, nos resultan cómodas de interpretar y además atraen al público.
El Réquiem es la última e inacabada misa de Mozart. Fue escrita para orquesta, coro y cuatro solistas. Franz Xaver Süssmayr, el último alumno de Mozart, terminó su escritura. Por ser su última obra trae consigo muchos enigmas y mitos, como que Mozart murió muy pobre, que fue envenenado por Antonio Salieri, o el mito sobre el hombre oscuro que hizo el desafortunado encargo al compositor.
Es cierto que se encontró una carta de Mozart donde hablaba de su inquietud y obsesión cuando escribía el Réquiem, como si fuera para su propia muerte pero, en realidad, escribir la música para su muerte no tenía nada extraño. Por ejemplo, Antonio Salieri escribió un réquiem para su funeral y se interpretó; Luigi Cherubini escribió dos réquiem, uno de ellos se lo dedicó a la memoria de Luis XVI, rey de Francia, y el otrolo compuso para sí mismo; Christoph Willibald Gluck compuso otra obra para los difuntos, no de réquiem, pero de carácter algo similar, De Profundis, para que se interpretara en su propio funeral.
El Réquiem de Mozart, ¿es técnicamente muy complicado de ejecutar para el coro?
La obra forma parte de nuestro repertorio sinfónico-coral. La hemos cantado muchas veces y nos gusta cantarla. En general, la complicación reside en el dominio del fiato (significa ‘cantar sobre el aliento’, permite cantar sin esfuerzo, incluso con mucho volumen), la impecable afinación melódica y armónica, el ritmo exacto, y es muy importante encontrar el color del coro. Aunque todas las obras escritas por Mozart tienen una luz especial, el Réquiem en particular tiene su propio color, más oscuro y aterciopelado. La fuga del ‘Kyrie’tiene su complicación, por ser un género musical que consiste en el uso de la polifonía vertebrada por el contrapunto entre varias voces. El contrapunto lleva coloraturas y por eso es tan importante dominar el virtuosismo y agilidad en la voz para poder interpretar esta parte del Réquiem.
¿Cómo es el proceso de preparación para cada sección?
Antes de empezar a ensayar una nueva obra, que tiene o podría tener alguna complicación para el coro (afinación, ritmo o texto), vemos cada sección por separado. Las secciones en el coro se llaman cuerdas, y el coro está formado por las cuerdas de sopranos, altos, tenores y bajos. Los fragmentos más complicados los vemos en las cuerdas antes de empezar a trabajar en tutti (cuando todas las cuerdas se unen). Esto facilita y agiliza el proceso de trabajo del director.
Al terminar de ver todas las líneas melódicas con su afinación, con un buen empaste entre las voces y el ritmo exacto, pasamos al trabajo armónico. Para mí, quizá, es el trabajo más interesante, comparándolo, por ejemplo, con algo creativo: pintando, esculpiendo o incluso cocinando, añadiendo las especias necesarias al plato para dar el sabor único. Es muy importante escuchar la armonía, dejar paso al tema, incluir las dinámicas necesarias, aplicar la idea musical. Este es un proceso que requiere su tiempo y paciencia. Al final, la obra empieza a coger forma y comienza a sonar.
En los ensayos, ¿hacéis muchas correcciones al margen de las del director?
Cuando tenemos en la mano una nueva partitura, la estudiamos y preguntamos al director de la orquesta cómo sería su versión. Normalmente, el director de la orquesta especifica los matices de los tempi, de las dinámicas, del texto, de las respiraciones, tal y como le gustaría que trabajásemos para obtener su versión única. El equipo artístico del coro siempre está en contacto con el director del concierto. Esta conexión es muy importante para obtener un resultado óptimo.
En este concierto, será el maestro titular Pablo González quien esté al frente de la Orquesta, y Lorenzo Ramos es del director titular del Coro RTVE. Tú intervienes como asistente. ¿Puedes explicarnos en qué consiste tu labor?
Empecé a trabajar como ayudante de dirección hace cuatro meses aproximadamente. Me gusta mucho cantar y dirigir, y ahora siendo la ayudante de dirección estoy en la frontera entre ambas actividades. Donde realmente podría ser más útil, allí estoy. Incluso cantando en el Coro, aprovecho y escucho, ya desde dentro, y corrijo, si fuera necesario, la afinación, el ritmo o el texto. Siempre estoy al servicio del director titular del Coro, Lorenzo Ramos. Espero cantar el Réquiem porque me encanta cantar esta obra, conozco bien su parte coral y su parte solista. Pero también desde dentro del Coro seguiré trabajando, observando el cumplimiento de todas las indicaciones por parte del director y compartiendo la información con los jefes de cuerda.
El Réquiem de Mozart cuenta con cuatro solistas, ¿crees que el coro está al servicio de ellos?
Los solistas toman protagonismo en cuatro números del Réquiem: ‘Tuba mirum’, ‘Offertorium’, ‘Benedictus’ y ‘Communio’, el único número donde interviene la soprano solista sola, y después continúa el coro. Mozart dijo a su alumno que para él era muy importante terminar el ‘Benedictus’ antes de morir, tenía un afecto especial a este número. Aunque al final no pudo ser, dejó las anotaciones para Franz Xaver Süssmayr. La parte solista para Mozart también era muy importante, aunque la mayoría de los números están escritos para la orquesta y coro, el protagonismo está ahí.
¿Qué es lo que más te gusta de esta obra?
El Réquiem de Mozart es una obra absolutamente increíble e imprescindible. Ha sobrevivido siglos y sobrevivirá aún mucho más tiempo, es eterna. Me gustan todos los números del Réquiem y no puedo resaltar ningún de ellos en concreto, porque en conjunto hacen que esta obra sea original y única.
No me gusta recordar el momento que estamos viviendo, el desastre que nos provocó la pandemia, de la que aún estamos saliendo muy lentamente. Pero en estos momentos la música del Réquiem es algo muy especial. Me gustaría dedicárselo a todas las víctimas de la COVID-19, ‘Requiem aeternam, dona eis domine’ (‘Concédeles el descanso eterno, Señor’. Al resto del público quiero desearle mucha salud y mucha fuerza. Esperamos veles pronto en el Teatro Monumental, compartiendo con nosotros la experiencia de vivir y disfrutar la música en directo.
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