Entrevista a José Luis Pastor con motivo de la publicación su álbum Tatulón
Por Susana Castro
Acaba de salir a la luz su nuevo disco, Tatulón. La Danza Medieval del Plectro, editado con el sello Lindoro. ¿De dónde nace la idea de este proyecto?
Es una consecuencia de la buena acogida que tuvo nuestro primer proyecto, THE EVIDENCE. El Arte Medieval de la Péñola. Aquella fue una apuesta sin precedentes en el apartado de los instrumentos de cuerda pulsada de la Edad Media, pues no había nada grabado al respecto.
El hecho de que las primeras ediciones para instrumentos históricos de cuerda pulsada daten de principios del siglo XVI, abre un interesante campo de investigación sobre qué música y de qué manera tocaban estos instrumentos con anterioridad a estas primeras ediciones.
Es el proyecto en el que llevo inmerso más de veinte años y los resultados y la acogida a nivel mundial han sido excelentes, por lo que tanto el sello Lindoro como yo estamos muy satisfechos. Y, tras esa experiencia, consideramos conveniente embarcarnos en un nuevo proyecto: TATULÓN. La Danza Medieval del Plectro.
¿Qué obras podemos encontrar en este álbum?
Está dedicado al mundo de la danza en la Europa medieval. Se recogen en él las dos únicas estampidas que han sobrevivido con texto (cantadas): Kalenda Maia, del trovador Raimbaut de Vaqueiras, y la anónima Souvent Souspire. De esta misma época (Francia, siglo XIII) son la VIII Estampida Real y la Dansse, recogidas en el famoso Chansonnier du Roy, donde se encuentran los ejemplos más antiguos de música de danza en occidente.
Hay una referencia ineludible al conocido ‘manuscrito de Londres’, que contiene ‘danzas de juglares’ de la Italia del Trecento, con modelos contrastantes o dobles, como La Manfredina y su Rotta, o simples, como la estampida Tre Fontane, o como uno de los cuatro Saltarellos del manuscrito.
De esta misma época, recogida de un archivo del siglo XIV de Florencia, es también el par de danzas Danza Amorosa y Trotto. Una pieza recogida en el siglo XIII en Praga, llamada Czaldy Waldy, una adaptación para guitarra medieval de una Estampida recogida en el códice Robertsbridge, en Inglaterra, de corte polifónico, al igual de Bel Fiore Danza, del Códex Faenza, ya en el siglo XV, y una danza que alude a la fugacidad de la vida y la venida de la muerte, recogida en el Llibre Vermell de Monserrat, Ad Mortem Festinamus.
Todos los instrumentos utilizados en el disco son réplicas de los originales de época, ¿cómo se ha llevado a cabo la reproducción? ¿Quiénes han sido los lutieres que han trabajado con usted?
Intentamos trabajar en base a la iconografía y a las fuentes documentales del medievo, asignando lugar geográfico a determinados tipos de repertorio y fecha aproximada de composición. Por ejemplo, no se toca música española del siglo XIII con un laúd italiano del XV, por motivos obvios.
Respecto a los violeros, Joaquín Rodríguez y Miguel Ángel Ramírez han colaborado en el laúd italiano y la Çinfonía o vihuela de rueda, respectivamente. Pero el alma mater de este proyecto en este campo es Carlos González, un grandísimo experto a nivel mundial que ha puesto todo su conocimiento, que es mucho, al servicio del mismo.
Este programa ya ha sido presentado ante el público en conciertos en directo, ¿cuál ha sido la acogida por parte del público? ¿Tiene nuevas citas cerradas próximamente? ¿Dónde podremos escucharle?
La acogida es excelente. Suelo acompañar los recitales con proyecciones de imágenes sobre los modelos iconográficos, escritura de época, o detalles sobre la cuerda de tripa, la péñola o plectro… y el público lo agradece mucho. Ha sido presentado por toda España, Alemania, Florencia, en prestigiosos festivales de música antigua y medieval. Y estamos gestionando próximas presentaciones en Argentina, Londres, varios festivales en Italia, y seguir recorriendo la geografía española.
Es su segundo proyecto discográfico en solitario. En 2015 vio la luz The Evidence. El Arte Medieval de la Péñola. ¿Qué acogida tuvo este disco por parte de la crítica?
Muy buena, posiblemente es el primer disco en la historia dedicado a la parcela solista de estos instrumentos medievales, y ello ha conllevado un largo periodo de investigación sobre fuentes documentales y trato directo con el repertorio y las especificidades de los instrumentos y su técnica.
Ha tenido muy buenas reseñas tanto en España como en el Reino unido, Japón, Argentina, por citar algunos ejemplos, y en todas se valora mucho la apuesta que supone llevar a cabo esta grabación sobre un campo tan desconocido. La musicalidad, el virtuosismo o la gran variedad de timbres que se presentan son los aspectos más destacados
Además de su actividad concertística, dedica gran parte de su tiempo a la docencia. ¿Cree que en los últimos tiempos existe un interés especial por formarse en el ámbito de la cuerda pulsada? ¿Cómo diría que se encuentra la salud de esta disciplina en 2019?
La cuerda pulsada siempre ha sido un campo muy explorado, tanto por aficionados como por profesionales de la música. La guitarra, como instrumento quizá más reconocido en este ámbito, ha desempeñado un papel fundamental en sus muchas vertientes (popular, clásica, flamenca, eléctrica…) a lo largo de la historia y en base a las diferentes épocas y estilos, así como de sus continuos cambios organológicos.
Quizá el mayor mérito respecto a su pregunta, habría que atribuirlo a los primeros guitarristas que transcribieron música antigua para el instrumento, y comenzaron a indagar en la reconstrucción de modelos históricos, como Emilio Pujol. Luego habría que nombrar a los primeros docentes y referentes de estos instrumentos, Hopkinson Smith y Paul O’dette, y Juan Carlos Rivera y José Miguel Moreno en España, entre otros, son valiosos ejemplos de esta disciplina.
Finalmente, la incorporación de estos instrumentos a las enseñanzas oficiales ha sido el punto álgido de la salud que gozan en la actualidad. Como punto negativo, habría de lamentar la no inclusión en los conservatorios de los instrumentos de cuerda medievales. El hecho de que no sobreviviera música específica para ellos no quiere decir que no se tocaran. Es una disciplina en la que el estudiante o intérprete deben ser arreglistas de la música de la época, como se hacía en el siglo XV y con toda seguridad, en los anteriores. De esta forma se trabaja en la Schola Cantorum de Basilea, único centro a nivel mundial donde se imparte la cuerda pulsada medieval de manera oficial.
Es usted director artístico de la Muestra de Música Antigua «Castillo de Aracena» desde 2014, ¿qué objetivos persiguen con esta iniciativa?
Todo festival de música antigua persigue el mismo objetivo, que versa sobre recuperar, sacar a la luz y difundir el legado histórico que esta música atesora. Igual que nadie entendería el Museo del Prado sin la obra de Velázquez, Murillo, Goya, es difícil entender la música de hoy sin conocer la de nuestros antepasados. En definitiva, conocer nuestra historia es conocernos mejor a nosotros mismos.
Los festivales de música antigua están siendo un baluarte para la consolidación del tejido profesional que se dedica a esta disciplina, así como un generador de nuevos públicos que se acercan y se quedan para siempre, impregnados por la magia de estos sonidos ancestrales.
La música antigua está viviendo en España un momento espléndido, cada vez son más los nuevos grupos que se insertan en este tipo de repertorio, así como los ciclos y festivales que apuestan por ella. Usted lleva muchos años trabajando en este campo, ¿a qué cree que se debe este interés?
Pienso que la respuesta a esta pregunta es el resumen de todo lo argumentado en las preguntas anteriores. Los intérpretes que apostamos por llevar a cabo registros discográficos sobre esta música; los sellos discográficos que respaldan estas grabaciones; los docentes que impulsan el estudio de estos instrumentos en centros de enseñanza musical; los ciclos, muestras, festivales, que ofrecen al público en general las propuestas más punteras de la realidad presente en el mundo de la música antigua; los cursos de perfeccionamiento vocal e instrumental, o de reconstrucción de instrumentos a partir de los modelos originales o iconográficos, o los relativos a iconografía, temperamentos, cuerdas de tripa, estética musical aplicada a las diferentes épocas históricas. Y la musicología, un pilar importantísimo para la recuperación de esta música, transcribiendo de las diferentes escrituras históricas a la notación moderna, de fácil lectura para el aficionado que se acerca a esta música. Todo este compendio es la base de la buena salud de música antigua en general, que no está exenta de mejoras y de apuestas más firmes desde las instituciones, que ayuden al despegue definitivo de esta disciplina, a todos los niveles.
Deja una respuesta