Este mes de noviembre, dentro de la programación de los conciertos de la temporada de abono de la Orquesta y Coro RTVE, se interpretará La Creación de Haydn. ¿Cuál es tu papel como concertino?
Por Benjamín Núñez
Como concertino, mi trabajo empieza varias semanas antes de los ensayos. Debo revisar y estudiar la partitura general: marcar los arcos de violines y violas, familiarizarme con los cambios de tempo, revisar el estilo de cada número, preparar los solos de violín si los hubiera, etc.
Es una obra de gran duración, ¿requiere gran preparación, tanto por tu parte como por parte del resto de los violines?
Por supuesto, la preparación individual es fundamental. Consiste en escuchar alguna grabación de la obra y estudiar bien cada uno su papel. Eso permite que el día del primer ensayo se pueda tocar la obra completa sin problemas. También exige un importante esfuerzo físico, es una obra bastante larga y para aguantarla bien hay que estar en buena forma física.
¿Qué distingue a La Creación de otras obras sinfónico-corales de Haydn?
Para Haydn, La Creación fue un resumen de su vida como compositor. Haydn sentía una gran admiración hacia Haendel y su Mesías y, cuando al morir Haendel se encontró entre sus efectos personales el libreto de La Creación, Haydn se llevó este tesoro a Viena con la firme convicción de convertirlo en una obra culminante en su vida, y así fue.
¿Cuál es la estructura de la obra?
La Creación se divide en tres grandes partes. Los seis días de la creación subdividen las dos primeras partes y la tercera parte se centra en la alegría de Adán y Eva en el paraíso terrenal del jardín del Edén. Los acontecimientos de cada día se desarrollan en una combinación de recitativo y aria y terminan con un coro (un total de catorce).
Al llegar a los ensayos, sobre todo cuando se incorpora el Coro, ¿suele haber muchas correcciones para ajustar el balance entre orquesta, coro y solistas?
Sí, cuando se prepara la obra se empieza con ensayos por separado y al final cuando nos juntamos todos (solistas, coro y orquesta) se necesita ajustar algunas dinámicas para el balance. Para que se escuchen bien los temas muchas veces es necesario bajar el volumen del acompañamiento.
El director de La Creación será Enrico Onofri, un reconocido violinista y director que ha tocado, y a menudo también dirigido, a grupos especializados en música antigua como Il Giardino Armonico, La Capella Reial o la Orquesta Barroca de Sevilla, entre otros. ¿Será la primera vez que te dirija?
Sí, para mí será la primera vez bajo su dirección y tengo muchas ganas de conocerle y de que trabajemos juntos en una obra de estas características.
¿Crees que un director con este perfil puede aportar ideas para una interpretación con criterios historicistas?
Considero que siempre es una gran oportunidad para la Orquesta y Coro RTVE trabajar estas obras con un especialista en música antigua como lo es Enrico Onofri. Gracias a sus indicaciones tendremos la oportunidad de ofrecer una versión historicista y ser fieles al estilo de la época de Haydn.
Estos criterios históricos de interpretación, ¿incluyen cambios en los instrumentos?
El arco barroco es más ligero que el arco moderno y ayuda a producir un sonido más dulce en los instrumentos de cuerda. Probablemente utilizaré mi arco barroco, ya que es muy apropiado para esta obra, pero los principales cambios estilísticos se consiguen al cambiar el criterio en ataques, articulaciones, vibrato y fraseo.
¿Crees que es una pieza que debe programarse a menudo, quizá como otras grandes obras sinfónico-corales como las pasiones de Bach o los oratorios?
Sí, por supuesto, es una obra cumbre en la música y junto con las pasiones y oratorios de Bach o el Mesías de Haendel tiene una acogida estupenda por parte del público.
¿Qué es lo que más te gusta de esta obra? ¿Por qué debe ir el público al Monumental a escucharla?
Es una obra maestra del ‘padre de la sinfonía y el cuarteto de cuerda’, Joseph Haydn. Tardó más de dos años en componerla y es un resumen de sus creencias religiosas. Con La Creación alcanzaría fama universal. Lo que más me gusta es que, a diferencia de otras obras sacras, es una obra profundamente ‘positiva’ y, como toda obra maestra, inspira y eleva el espíritu del oyente.
Llevas casi 25 años de concertino de la ORTVE, ¿cómo resumirías esta experiencia?
La orquesta es como una gran familia, con sus relaciones interpersonales, con sus más y sus menos, pero a todos nos une el amor por la música y las ganas de que el concierto salga lo mejor posible, dar el máximo de cada uno de nosotros.
Es muy interesante cómo a veces en el primer ensayo todo parece un poco caótico, obras complicadas llenas de dudas, pasajes difíciles, arcos que cambiar o tempos imposibles. Pero, según van avanzando los ensayos, todo se ensambla poco a poco y empieza a funcionar a la perfección. Para mí esta sensación es inmensamente satisfactoria. Hace que me sienta una más de un equipo con un enorme potencial y la música nos une para hacernos sentir una misma persona. Es maravilloso.
A menudo afrontáis obras de larga duración, como La Creación de Haydn, algo que requiere un gran esfuerzo físico. A veces sufrís lesiones profesionales, ¿cómo lidiáis con ellas?
Tenemos que aprender a convivir con las lesiones, nadie está a salvo de ellas y más en nuestro trabajo en la orquesta, donde pasamos muchas horas tocando, en el teatro y también en casa, cambiando de programa semanalmente.
Tratándose de una obra como es La Creación, de casi dos horas de música, hay que prepararse bien físicamente. En mi caso, acudo a mi fisioterapeuta una vez por semana y realizo algunos ejercicios y estiramientos para que mis músculos estén lo mejor posible. Nuestra profesión es una carrera de fondo y hay que cuidarse mucho.
¿Cómo es el momento antes de salir al escenario, con toda la orquesta sentada y preparada para afinar?
Es un momento de nervios. El escenario está preparado y oyes el murmullo del público. Mis compañeros están preparados también y las luces encendidas. Solo tengo que dar los últimos pasos, siempre los más difíciles, para afinar y que salga el maestro para empezar el concierto. No importa si estás bien o mal, preocupado o no, si has podido dormir lo suficiente, siempre hay que dar lo mejor de uno mismo. Porque el público se lo merece y porque amo la música. Es un auténtico privilegio trabajar en lo que más me gusta y poder regalar música a la gente.
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