Nos hacemos eco del último trabajo en solitario de Sara Águeda, una de las arpistas históricas más distinguidas del país, titulado Ellas renacen. Toda una declaración de intenciones en cuanto a difusión patrimonial y reivindicación del papel musical de la mujer del siglo XVI. Habitual de los circuitos de música antigua, y conocida por sus incursiones en el género escénico, Águeda marca un nuevo capítulo en la divulgación del arpa de dos órdenes, instrumento endémico de la iberia de aquellos tiempos dorados.
La propuesta de Águeda es una variada recopilación de piezas cortesanas, ‘populares’ y religiosas, en la que la madrileña alterna entre instrumental y vocal, evocando la figura de Isabel de Plazaola, una de las más importantes y escasamente documentadas tañedoras —criadas musicales— del Siglo de Oro español. Así pues, la perspectiva de la mujer a través de diversas temáticas y la propia arpa son los hilos conductores de esta ‘fantasía histórica’ de sesenta minutos de duración. Entre otras cosas, este repertorio también explora la realidad social de las mujeres que, por una cuestión u otra, debían acuñarse a una vida monástica, como Madre mia non mi far monaca o No quiero ser monja, y también, afectos y desafectos del amor cortés. La arpista recorre con sus dedos algunas músicas anónimas de los cancioneros de Palacio y Uppsala, y otras firmadas por compositores ilustres de su tiempo, como Francisco Guerrero, Diego Ortiz, Antonio de Cabezón, Luis de Narváez, entre otros, con un pequeño espacio para himnos religiosos que completan este documental sonoro. Destacan en lo instrumental La dama le demanda, con una clarísima articulación arpística, y en lo vocal, Yo me la soy morenica, entre muchas otras, en la que la intérprete aporta su color personal: un tono de voz puro y honesto, sin anacronismos.
En definitiva, un disco recomendable para todo aquel que quiera adentrarse en otro tiempo a través de una radiografía musical de una tañedora del siglo XXI.
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