Independientemente de las opiniones personales que pueda suscitar, es innegable que la coronación del rey Carlos III del Reino Unido, celebrada el pasado sábado 6 de mayo, ha sido todo un acontecimiento histórico. Como no podía ser de otra manera, en un evento de tal magnitud, la música ha sido protagonista indiscutible, con un dilatado programa pre-ceremonial que casi podemos tildar de concierto, sin olvidar las diferentes ‘interpolaciones’ musicales que ayudaron a articular el oficio.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Hace unas semanas se vivió uno de los eventos más llamativos de los últimos tiempos: la coronación del nuevo rey de Inglaterra. Y es que, sin adentrarnos en su relevancia política, queremos mostrar el valor y la presencia que, en esta ocasión, se le dio a la música, especialmente a la compuesta por mujeres.
Así, la casa real británica se aseguró de diseñar un discurso musical muy diverso, interpretado por orquesta clásica, orquesta barroca, solistas, coros (incluyendo uno de góspel), y abarcando un buen abanico temporal, que aunó repertorio histórico y clásico, música tradicional con música contemporánea, incluyendo, además, estrenos absolutos de algunos de los autores vivos más aclamados y relevantes del panorama inglés. Cuál fue nuestra grata sorpresa al comprobar que, de las doce obras encargadas para este magno evento, cinco fueron encomendadas a mujeres compositoras.
Tras una primera parte conformada por repertorio mayoritariamente a cargo de The Monteverdi Choir y los English Baroque Soloists, el organista Matthew Jorysz era el responsable de la transición hacia la siguiente sección orquestal, de la que se ocupó la Orquesta de la Coronación, agrupación conformada especialmente para la ocasión bajo la batuta de Antonio Pappano. Esta tercera parte del concierto pre-ceremonial fue inaugurada, precisamente, por una obra de autoría femenina. Se trata de Brighter visions shine afar, una pequeña obertura orquestal de la compositora Judith Weir.
Esta laureada autora escocesa, alumna de John Tavener, Robin Holloway y Gunther Schuller, destaca por el estudio de las tradiciones folclóricas y la introducción de materiales que provienen de estas. Asimismo, su principio compositivo se basa en el Scottish Piobaireachd, ‘un modelo de estructuras principales de forma de variación extendida generadas a partir de un conjunto de intervalos limitados’. Weir ha compuesto obras instrumentales, de cámara, orquestales y vocales, aunque también cuenta con tres óperas y algunas piezas para teatro. Ha sido investida Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico, siendo la primera mujer en la historia que ostenta el puesto de Master of the King’s Music.
Con respecto a Brighter visions shine afar, Weir ha declarado: ‘El pasaje inicial resalta las trompas, un instrumento históricamente asociado en la música y el arte con la nobleza. El título está tomado del himno de Navidad ‘Angels from the Realms of Glory’ y las optimistas escalas ascendentes de la música sugieren renovación y esperanza en el futuro’. Cabe mencionar que Weir también fue la encargada de escribir una versión a capela del Salmo 42 para el funeral de la reina Isabel II el pasado mes de septiembre.
Continuando con nuestras compositoras, nos encontramos con Sarah Class, pianista especializada en jazz e improvisación, además de prolífica y polifacética creadora y cantautora. Para esta coronación, Sarah compuso la obra Sacred fire, en la que utiliza la imaginería bíblica como puente entre lo humano y lo divino. Para su interpretación, contó con la participación de la soprano sudafricana Pretty Yende.
Class ha desarrollado gran parte de su carrera en la industria audiovisual, componiendo bandas sonoras y música incidental, entre otras. Su trabajo la ha llevado a ser nominada en diferentes ocasiones a los Premios Emmy, además de consolidarse como una de las grandes compositoras en este medio en Reino Unido. Class también destaca por ser una gran defensora del cambio climático y del medioambiente, cuestión que la ha llevado a componer Rhythm of the Earth, obra comisionada para Terra Carta Seal, proyecto de sostenibilidad planteado por el ya expríncipe de Gales.
Volviendo a Sacred fire, y en palabras de su autora, esta obra ‘es una visión de la libertad y la protección de todos los seres, y de la abundancia y la belleza de nuestro mundo natural. Por encima de todo, la canción es una celebración del amor, la fe y la unidad, tanto la letra como la música reflejan la llama sagrada del alma, siempre presente dentro de todos los seres y todas las cosas’.
El último nombre de mujer que encontramos en esta primera parte de la ceremonia (o, más bien, en este preámbulo de la celebración) fue el de Shirley J. Thompson, encargada de cerrar el tríptico para orquesta Be thou my vision, encomendado a un trío de compositores compuesto por Nigel Hess, Roderick Williams y la mencionada autora británica de ascendencia jamaicana. Esta particular obra, basada en uno de los himnos favoritos del rey, según fuentes oficiales, va hilando y entretejiendo de diferentes maneras la célebre melodía irlandesa, hasta cerrar con una ‘chispeante’ fanfarria, que nos lleva a un final ‘triunfante y festivo’ de la mano de Thompson.
Aclamada compositora, directora y violinista, Thompson ha sido condecorada como Oficial de la Orden del Imperio Británico. Ha compuesto para una variada gama de formas y conjuntos, incluyendo entre sus obras óperas y ballets, sinfonías y conciertos, así como música para televisión, cine y teatro.
Iniciada la celebración, tuvimos ocasión de escuchar en tres ocasiones música de autoría femenina: dos por parte de Debbie Wiseman y una última por Roxanna Panufnik.
Wiseman,que también es compositora de medios audiovisuales, directora y presentadora de radio y televisión, fuela encargada de ofrecer un Alleluia dividido en dos secciones: Alleluia (O clap your hands) y Alleluia (O sing praises). El primero de ellos, interpretado por una versión extendida del Coro de la Abadía de Westminster y el segundo por The Ascension Choir, que ha sido el primer coro góspel que ha participado en una coronación real. Cabe mencionar que también está liderado por una mujer, Abimbola Amoako-Gyampah.
Con respecto a su obra, Wiseman ha declarado: ‘La coronación es una ceremonia religiosa solemne y la inclinación natural es optar por un enfoque reverencial tipo himno, pero yo quería que esta pieza fuera, sobre todo, alegre y celebratoria del nuevo rey y de la nueva era. Parte del texto litúrgico dice: ‘Cantad a Dios con la voz de la melodía’, y cuando mis melodías sean cantadas por las maravillosas voces del mundialmente conocido Coro de la Abadía de Westminster, no puedo asegurar con rotundidad que lleguen al cielo, pero sin duda levantarán el vuelo’.
Debbie Wiseman cuenta con una amplia experiencia en la composición para actos reales. Entre otros, recibió el encargo de escribir música para la celebración de los Jubileos de Diamante y Platino de la reina Isabel (la celebración de los 60 y 70 años de reinado, respectivamente), así como para su 90 cumpleaños. Además, compuso una pieza por su fallecimiento, Elizabeth remembered, que fue interpretada por la Orquesta de la BBC bajo su propia dirección. Esta pieza, además, fue lanzada como un single y su recaudación fue destinada al Queen’s Commonwealth Trust.
Por último, Roxanna Panufnik fue la encargada del Sanctus,que es la cuarta parte de la misa. Según sus propias palabras: ‘La pieza comienza de forma un tanto misteriosa, con una atmósfera de asombro y maravilla, mientras Isaías describe su visión del cielo. La música crece rápidamente y termina en éxtasis, con fanfarrias de órgano y armonías de colores llamativos’. Panufnik es una compositora británica de ascendencia polaca, hija del también compositor y director Sir Andrzej Panufnik. A pesar de ser muy conocida por sus obras corales, Roxanna cuenta en su catálogo con óperas, obras de cámara y orquestales. Entre todas sus creaciones destacan dos Four world seasons for violin, string orchestra and tibetan singing bowl, en las que alude a las tradiciones musicales de Albania, el Tíbet y Japón, y Abraham, compuesta como una oda a la paz en la que busca reflejar las analogías de las religiones.
No podemos cerrar este recuento sin mencionar a las dos solistas que brillaron en este evento. La primera de ellas, la soprano Pretty Yende que, además de la obra de estreno, puso voz a Oh, had I Jubal’s lyre y Care selve de Haendel. Y, por supuesto, la actual Arpista Oficial del príncipe de Gales, Alis Huws,que interpretó Crossing the stone (Tros y Garreg) de Sir Karl Jenkins, compuesta en torno a una canción popular galesa. Como dato curioso, el puesto de Arpista Real fue recuperado por la casa real en el año 2000 y Huws es la sexta arpista que lo ostenta.
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