La Coral de Cámara de Pamplona se prepara para una temporada de aniversario marcada por las señas de identidad de la formación: estrenos, recuperación de patrimonio, nuevos formatos… Hablamos con su director, David Gálvez Pintado, sobre algunos de los proyectos de este curso, como un espectáculo en torno a Les noces de Stravinski o un concierto junto a Accademia del Piacere.
Por Manuel Pacheco
En la anterior entrevista que concediste para Melómano, a finales de 2021, hablaste de algunas de las líneas de trabajo en el horizonte cercano de la Coral de Cámara de Pamplona: nuevos encargos, rescate de patrimonio o apertura hacia el resto de España. ¿Cómo habéis alcanzado estos objetivos a lo largo de estos cuatro últimos años?
Desde aquella entrevista, hemos seguido cultivando acciones que siguen nuestras líneas estratégicas. En 2023 encargamos la primera obra a una compositora, Yolanda Campos. A lo largo de casi 80 años de vida, y a pesar de nuestra estrecha relación con Teresa Catalán y otras compositoras, no se había dado la ocasión de encargar una obra a una creadora. Desde ese año, y hasta hoy, llevamos ya tres estrenos relevantes encomendados a mujeres, dos a Yolanda y uno a nuestra querida Teresa. Quiero recalcar que, al margen de los estrenos más significativos, también nos dedicamos a otros que no por ser más pequeños son menos importantes, y que incluso engloban a obras de siglos pasados. Se trata de obras menores nunca estrenadas en Navarra de autores y autoras no tan conocidos como Vinzenz Goller o de grandes nombres como Bruckner —el pasado enero estrenamos en Navarra su Misa núm. 2 en Mi menor, por ejemplo—.
El patrimonio musical propio es sin duda nuestra columna vertebral, bien sea de nuestro archivo o del Archivo Real y General de Navarra, con quienes mantenemos una relación institucional muy fuerte que afianza nuestro convenio de colaboración (y que además se extiende a la Orquesta Sinfónica de Navarra). Hemos realizado diferentes acciones: estrenos de obras descatalogadas de Fernando Remacha, difusión y reposición de piezas de autores españoles del siglo XX de nuestro propio archivo, o transcripciones y grabaciones de autores desconocidos del siglo XIX. Este último es el caso del magnífico compositor Teodoro Echegoyen y su bellísima Misa Grande, que actualmente ya puede escucharse en el necesario repositorio de la fonoteca del Archivo de la Música y las Artes Escénicas de Navarra (AMAEN).
Vuestra temporada 2025-26 arranca con el espectáculo interdisciplinar ‘NOCES’. ¿Cuál es el hilo conductor de este proyecto, que cuenta con música de Stravinski, Lorca y Suriñach?
La obsesión por Svádebka (Les noces o Las bodas) de Stravinski impregna todo. Poner en marcha cualquier iniciativa artística que tenga a esta obra maestra en el centro implica adentrarse en un proyecto complejo, ya sea como obra de concierto o como ballet. Nos interesaba seguir indagando en las artes escénicas híbridas, algo que comenzamos a explorar en 2017 junto a Cristina Fernández con Basajaunaren azken kantua (El último canto del Basajaun), y junto que ha continuado junto a Tomás Muñoz con El caballero, la luna y la princesa (2018), Triptycho (2019) con música de Julián Bautista, Tomás Marco y Agustín González Acilu, o Atlàntida de Falla (2021). Estas expresiones artísticas cruzadas nos permiten mostrar desde otros ángulos lo que tan bien dice la música coral. Hay un principio básico y es que la música de la que partimos es siempre coral. Y de cámara, claro.
‘NOCES’ nace de la premisa original de la obra de Stravinski y de la coreografía de Nijinska. Nos adentramos en la fuerza de lo ritual, en las convenciones del rito, en su arraigo en la sociedad y en cómo define y marca las relaciones humanas. En este caso, es el rito nupcial el que sacamos a la palestra. Todas las sociedades humanas orbitamos, de un modo u otro, en torno al rito nupcial. Y esto nos lleva al concepto de hogar, del supuesto lugar seguro desde el cual podemos desarrollarnos y evolucionar como individuos y como sociedad: pareja, familia, etc. Digo ‘supuesto’ porque las nupcias pueden ser también actos contractuales y especulativos en los que la mujer se ha llevado la parte menos jugosa, y el hogar también puede ser un nicho de dolor, de soledad y de infelicidad. Sobre todo, esto reflexionamos en nuestras ‘NOCES’, que comienza como acaban las originales.
Los elementos viscerales, sociales y simbólicos que aparecen en la obra de Stravinski los podemos entender mejor en nuestras Bodas de sangre lorquianas. A través de la música que el propia Lorca pergeñó para su obra, y que amplificamos con la música de Suriñach para elevarla a la altura de Stravinski a niveles tímbricos y conceptuales, estos elementos nos llegan de manera rotunda y nos permiten acceder el sentido último de Les noces.

¿De qué manera interactúa en esta propuesta la música en directo de los cantantes con la danza de la compañía Led Silhouette? ¿Qué dinámica de trabajo habéis planteado entre ambos grupos para preparar la obra?
La interacción debe ser total y absoluta. De hecho, aunque parezca raro e incluso contradictorio, vamos a poner al servicio de la danza una obra que tiene todo un orgánico vocal e instrumental bastante complejo. Y lo haremos en directo, no hay música grabada sobre la que bailar. Esto puede suponer una preocupación para los bailarines, ya que suelen trabajar sobre un patrón musical inamovible. Por eso ha sido muy importante marcar muy bien los tempi alrededor de los cuales nos vamos a mover.
En cuanto a la organización, hemos trabado el corpus musical y coreográfico de forma independiente, pero los respectivos directores hemos estado en contacto en todo momento, nos hemos trasladado la información sobre los progresos, las dudas y, por supuesto, las cuestiones técnicas como la creación de las transiciones musicales, las decisiones sobre timbres, etc. Un par de semanas antes del estreno hemos comenzado a reunir de manera progresiva las partes musical y coreográfica: los dos solistas en escena, un pianista y un percusionista, y un pequeño ensemble vocal. E iremos sumando hasta llegar a la semana previa, cuando nos encontremos todos. Es un trabajo de relojero, es como montar las partes de un reloj.
¿Qué relación mantiene la Coral con el Museo Universitario de Navarra (MUN), que acogerá el estreno de esta producción?
Pues una relación excelente. Desde que comenzamos a trabajar juntos en 2018 no hemos hecho más que afianzar unas líneas de trabajo que convergen una y otra vez, que nos retroalimentan y que nos gusta cultivar. El MUN es un lugar extraordinario e inspirador, un concepto hecho realidad que ha venido a dialogar, a proponer, a completar y a motivar la creación artística de altísimo nivel. Tanto José Manuel Garrido en su momento, como Teresa Lasheras, la actual directora artística de Artes Escénicas y Música, son personas a las que admiro profundamente; han mantenido siempre los canales de colaboración abiertos y se han mostrados activos y propositivos. De hecho, ‘NOCES’ nace desde el MUN. El MUN en estos momentos es un verdadero lujo para las Artes Escénicas y la Danza en Navarra.
Continuando con la temporada, en 2026 celebraréis vuestro 80.º aniversario con un proyecto junto a Accademia del Piacere. ¿Qué puedes avanzarnos acerca de este programa?
En efecto, en pocos meses entramos de lleno en el año del 80.º aniversario y tenemos preparados algunos platos fuertes. El primero, el que abre el menú, es ‘SAETA’, este proyecto junto a Accademia del Piacere que nos ilusiona muchísimo. Se trata de una propuesta más ‘de fusión’ que ‘híbrida’, muy en la línea de lo que proponemos tanto la Coral como Accademia, pero que parte del rigor del repertorio e interpretativo. ‘SAETA’, habla de las punciones en el alma, y pondrá a cantar a Bach, Suriñach (de nuevo, ¡vaya descubrimiento!), Lotti y Morales, entre otros. Trabajar con Fahmi y Rahmi Alqhai es maravilloso, porque aparte de unos excelentes, disciplinados e imaginativos músicos, son unas personas estupendas. Ellos y su grupo, claro. Estamos encantados porque además contaremos con el ilustrador David González, otra persona y artista fantástico.

¿Qué otros repertorios tenéis previsto interpretar a lo largo de este curso?
El aniversario está muy definido, y tras la presentación de ‘SAETA’ en marzo, abordaremos con mucho cariño nuestros conciertos en Navarra. Queremos celebrarlo con nuestros conciudadanos, de norte a sur y de este a oeste, ofreciendo lo mejor de nuestro repertorio y poniendo especial énfasis en el concierto de San Fermín, que este año será muy especial. Finalmente, en octubre, cerraremos los grandes conciertos junto a la Orquesta Sinfónica de Navarra con un repertorio muy de la Coral: Britten, Remacha, Mozart y algunos estrenos. Queremos que nuestros amigos y amigas estén junto a nosotros: nuestros compositores y compositoras de cabecera, las instituciones y agentes culturales con los que trabajamos… Finalmente, como postre, queremos grabar obras pendientes de nuestro archivo: algún Remacha más, Pastor, Catalán, etc.
En otro orden de cosas, este año también arranca la recién presentada Escuela de Dirección Coral de Navarra. ¿Qué relación mantendrá con la Coral de Cámara de Pamplona y cómo se articularán los estudios impartidos?
La Escuela de Dirección Coral de Navarra nace con la intención de dotar de más herramientas a aquellas personas de la Comunidad Foral interesadas en la formación sólida, e incluso oficial y académica, en el ámbito de la dirección coral. En la comunidad no existen los estudios reglados de dirección, a pesar de la gran cantidad de entidades corales que existen y del buen nivel que, en general, atesoran. Gracias al acuerdo entre la Coral, Musiqaa y el Centro Superior de Música de Galicia, se dispone en Navarra de la posibilidad de realizar estudios oficiales sin tener que desplazarse. De forma paralela, se ofrece a quién lo desee una propuesta formativa rica y potente, bien fundamentada y flexible. Y ¿quién mejor que la Coral con su experiencia, recursos y proyectos? La Coral es por tanto un instrumento fundamental. Desde aquí conmino, a quién desee saber más, que visite la página web del proyecto.

En aquella última entrevista también mencionabas que la agrupación no se limita a ser un coro, sino que en propiedad es una entidad cultural. ¿Cómo se logra el equilibrio entre la preparación de repertorios ambiciosos y este rol de dinamizadores del tejido cultural?
Diría que es sencillo, pero a la vez no. Siempre decimos que somos una ‘entidad privada con vocación pública’ y, por tanto, muchos de nuestros proyectos contienen elementos destacables en los ámbitos de la mediación, la sostenibilidad, la igualdad, o que miran a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ejemplo. Nuestro Coro Juvenil, liderado de manera inigualable por Marta Huarte, es en este sentido ejemplar e indiscutible. Hace unas semanas, EL Coro Juvenil trabajó mano a mano con las mujeres migrantes del aula de alfabetización de Cintruénigo, el Coro de l´Escola de Música UTEM de Alboraia, L´Orfeó d´Aldaia (Valencia) y la asociación KerÁfrica en Festizaje. Fue una iniciativa del prestigioso FestRibAlt (Festival de Música Antigua de la Ribera de Navarra), que dirige Marisol Boullosa. En la misma línea, y como decía antes, tenemos también muchas acciones de mediación o proyectos de alto nivel artístico que nacen de la sensibilización social. Por ejemplo, Milia on the Road, que ha sido vídeo de la semana en Melómano de forma recientemente.





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