Primer barítono de la Compañía de Zarzuela de la Compañía Lírica Nacional, compositor, director de orquesta y profesor de canto, secretario del Real Conservatorio de Música, José Luis Lloret Peral (Madrid, 1901- 1968) fue una figura destacada del panorama musical español e iberoamericano en la segunda y tercera décadas del pasado siglo. Compuso canciones, dos ballets y varias zarzuelas, entre estas, Nochecita de San Juan, inspirada en Shakespeare.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
Un año en la vida musical Lloret
En Recuerdos de un siglo de teatro 1919-1920 (uno de los 47 volúmenes de la Colección Teatral de Prensa Madrileña Escogida 1855-1951 del Centro de Documentación Teatral), se encuentran tres reseñas del comienzo de la carrera de José Luis Lloret, las dos últimas sobre importantes obras de su catálogo: el ballet El talismán del caudillo y la zarzuela Nochecita de San Juan. En la primera reseña Lloret es mencionado como colaborador en el estreno de El maleficio de la mariposa de Federico García Lorca. La comedia simbolista del poeta granadino subía a escena el 22 de marzo de 1919, en el Teatro Eslava, representada por la compañía de Gregorio Martínez Sierra. Cantaron, entre otras voces, Catalina Bárcenas, que interpretó a Curanito; Josefina Moreno, como Nigromántica; Amalia Gillot, como Curanita; y Encarnación López Júlvez, la ‘Argentinita’, como Mariposa Blanca. A pesar del interés suscitado por la coreografía ideada para la Mariposa Blanca, la obra se salda con un rotundo fracaso. La crítica destacó la belleza del planteamiento lorquiano, pero advertía que este ‘adolece en su desarrollo de monotonía y es poco teatral’; se alabó sin reparos, eso sí, la escenografía de Fernando Mignoni, la dirección musical de Lloret y las orquestaciones que hizo de obras de Grieg y Debussy, además de las diversas piezas populares introducidas por deseo expreso de Lorca.
De Lloret se reseña el estreno, también en el Eslava, del ballet El talismán del caudillo, con coreografía de Manuel París, llevado a escena el 30 de abril de 1920: una ‘afortunada parodia de los bailes rusos [ballets russes], musicada con el característico estilo de Stravinski por el excelente compositor Lloret’. Se añade que, en una agradable improvisación, el compositor madrileño ‘se reveló como barítono de simpática voz cantando la romanza “Maruxa” y una canción gallega’. Lloret compondrá un segundo ballet, De España: baile sobre motivos españoles, para la bailarina y cantante Magda de Bries (nacida en Cartagena como Magdalena Marsal Martínez), aplaudida figura del cuplé y con sonoro título concedido por público y crítica: Reina del Chotis.
Nochecita de San Juan (Recuerdos, pág. 344), ‘cuento lírico fantástico’ en un acto, prólogo y dos cuadros, con libreto de Emilio Ferraz Revenga inspirado en el shakesperiano Sueño de una noche de verano, se estrenó en el Teatro de la Zarzuela el 12 de noviembre de 1919. ‘De una vieja leyenda, tan vieja como el amor, se han servido los Sres. Ferraz Revenga y Lloret para escribir un poema fantástico en el que predominan las situaciones líricas, ofreciendo al músico amplio margen para desarrollar su inspiración’. La prensa confirma la estimable acogida prodigada al joven compositor, ‘músico enterado de la técnica de los modernos procedimientos orquestales, al que aguardan grandes éxitos en el campo lírico’. El ‘Prólogo’, el ‘Intermedio’, el número de ‘La leyenda de la Flor’ y el ‘bailable del tercer cuadro [sic.] fueron apreciados en su justo mérito por el público, que tributó al nuevo compositor amplios aplausos’. El telón se levantó en varias ocasiones en su honor y en honor del libretista. Se distinguieron en la interpretación, entre las voces femeninas, las Srtas. Clemente y Castillo, que interpretaron los papeles de Elia y Rosaura, respectivamente; y las cuatro voces masculinas del elenco, los Sres. Fernández, Agudo, Rubio y Tomás, que interpretaron, en dicho orden, al pícaro duende Tilín, a Nicolás, Silvio y Coridón.
Sube el telón
Es la Noche de San Juan. La escena aparece en misteriosa penumbra. En lontananza se advierte la silueta de una aldea pastoril y por doquier encienden hogueras de los aldeanos. ‘¡Nochecita clara, | noche de San Juan! —canta una voz lejana—. | Los enamorados | buscan con afán | las mágicas flores | que de sus amores | alivio darán’. Dispuesto a enredar, Tilín se las promete felices. La gente moza celera con canciones y danzas. ‘¡Noche de misterios | y superstición, | noche es esperanza, | noche de ilusión!’. Con risas de plata, hadas del bosque abandonan su gruta dispuestas a buscar flores con que preparar filtros mágicos de amor.
Sale de la casa la zagalilla Felisa con un cántaro; la sigue Marcela, que insiste en acompañarla, ya que el padre, Coridón, hombre autoritario y violento que ha prometido a Felisa como esposa para Silvio, no desea verla en amores con Nicolás. El encuentro entre el padre y el tímido pretendiente no puede ser más violento: ‘¿Puede saberse que se te ha perdido por aquí, mastuerzo?’, le espeta Coridón. Nicolás declara su amor por Felisa y afirma que ella le corresponde. Coridón explota: ‘Escucha, zampatortas, pon bien tiesas las orejas —le tira una de ellas—: Mi hija se casará con Silvio, para que te enteres’. El zagal protesta: ‘¿Qué tiene Silvio que yo no tenga?’. ‘Mis simpatías… y cien cabezas de ganado’. ‘Tendrá cien cabezas —acepta Nicolás—, pero no corazón como el mío’.
Luego de ser salvajemente y despedido de un puntapié, el zagal se aleja protestando que pondrá a fin a su vida si Felisa no casa con él. Llorando lo encuentra Felisa. ‘¡Estoy en la rama más alta de la desesperación!’, confiesa Nicolás. ‘¡Cuidado, no se tronche la rama y te rompas la crisma!’, replica ella, burlona. ‘Comprendo —continúa— que te duelan los insultos de mi padre’. ‘¡Lo que me ha dolido es el puntapié!’. Felisa arguye que el remedio para no casar con Silvio es planear una fuga; calculan que el mejor momento para hacerlo será mientras los mozos brincan y cantan las mozas; luego, ya casados, el violento Coridón se verá forzado a transigir y perdonarlos.
Cuando Nicolás y Felisa se separan, irrumpe Rosaura, suspirando de amor por Silvio; se lamenta de que el joven esté enamorado de Felisa más por el rechazo que le profesa, que por las muchas atenciones que ella le dispensa. Felisa consuela a su amiga confiándole su plan de huida. ‘Mi ausencia —asegura— curará a Silvio de su loca pasión y acabará por hacer justicia a tus méritos’. Apenas las amigas se despiden Silvio se tropieza con Rosaura, quien, celosa, le revela que Felisa y Nicolás planean fugarse. Silvio corre a impedirlo. Lamentando su torpe indiscreción, Rosaura corre tras Silvio.
En el Bosque de Diana, iluminado a la luz de la luna, Elia, la Reina de las Hadas, está triste; de su risa harmoniosa escapan con dolor melodiosos suspiros. Tilín ofrece a la reina un ramillete de rojos lirios, conocidos por ella como ‘Talismanes de Amor’. La reina le advierte: ‘Basta con rozar con ellos suavemente | los ojos de un mortal o un ser divino | se enamore, con pasión insana, | de quien primero encuentre en su camino’. Tilín desea probar esa virtud de las flores. La reina le ordena buscar al pastor y la pastora que acaban de pasar por su lado: ‘Ella está loca enamorada de él; pero el ingrato adora a otra mujer y viene a evitar que se fugue con su amante’. Pero en el mágico encargo Tilín se enreda: hechiza a Nicolás, que primero ve y se enamora de Rosaura, y hechiza a Silvio, que al instante se enamora de Felisa. Reconvenido por Elia, el duende se apresura a enmendar el terrible error.
Epílogo
La partitura manuscrita de Nochecita de San Juan, junto con otras 46 obras musicales manuscritas y 83 piezas documentales, se conserva en el Archivo de la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina, que adquirió íntegro el legado de José Luis Lloret en los años 80 del pasado siglo. De Nochecita de San Juan no existen grabaciones.






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