Por Víctor Fernández
¿Cuál fue el origen de este Festival Mozart y con qué propósito nació?
El Festival Mozart nació en Madrid en 1988 como un proyecto cultural complementario de la actividad editorial que venía desarrollando la revista SCHERZO desde finales de 1985. El objetivo de aquel festival no fue otro que tratar de difundir más y mejor las obras del siglo XVIII y las de Mozart en particular. Huelga decir que el siglo XVIII centroeuropeo fue uno de los periodos más ricos y fructíferos de la historia de la música. Además, por aquel entonces, estaba muy mal atendido, no solo en Madrid, sino también en el resto de España. Después de los diez años de la experiencia madrileña, las cosas han cambiado bastante en España, pero el modelo artístico y la filosofía del Festival Mozart es el mismo en Madrid que en La Coruña.
A lo largo de las pasadas ediciones ¿se han cumplido los objetivos marcados en sus comienzos?
El Festival Mozart de Madrid (FMM) cumplió con creces los dos principales objetivos que se había propuesto: por un lado, ampliar el repertorio y, por otro, popularizar la música en general y la ópera en particular, sobre todo entre los más jóvenes.
1. En cuanto al repertorio, el FMM ofreció por primera vez en España todas las óperas de Mozart y algunos títulos de otros compositores de la época poco frecuentados. En total se presentaron 31 obras distintas -21 de Mozart- y se ofrecieron 107 representaciones. De todos estos títulos, ocho fueron estrenados en España. También se ofrecieron más de 200 conciertos, algunos de ellos con obras poco conocidas, y se presentaron en Madrid artistas tales como Lucia Popp -que cantaba por vez primera ópera en España- la joven Cecilia Bartoli, Barbara Bonney, Michele Pertusi, William Shimell, Monica Groop, Octavio Arévalo, Elizabeth Norberg-Schulz, Stanford Olsen, Liliana Niketeanu, Patricia Schuman, etc.
2. El FMM también se marcó como objetivo divulgar la música del siglo XVIII entre los más jóvenes y ofrecer unos espectáculos a precios muy razonables. El respaldo del público fue muy elocuente: se consiguió un nivel de ocupación del 93,7% a lo largo de 10 años.
¿Qué cambios ha supuesto para el Festival desde el punto de vista presupuestario su traslado a La Coruña?
Ninguno. El presupuesto actual del Festival Mozart de La Coruña (FMC) es muy similar al de las últimas ediciones de Madrid y superó (este año) los 200 millones de pesetas.
La Coruña se ha unido a un montón de ciudades donde también se celebran festivales Mozart. ¿Cuáles serían los puntos en común con todas ellas?
Cada festival tiene por su localización, cultura y presupuesto sus propias características y por tanto una personalidad muy definida. No se puede comparar el Mostly Mozart de Nueva York con la Semana Mozart de Salzburgo del mes de enero o con el FMC. Supongo que el único punto en común de todos ellos es difundir la música de Mozart y de su época. No existe conexión alguna entre los diferentes festivales Mozart del mundo, pero lo cierto es que cada vez nacen más. Por algo será…
¿Qué requisitos en cuanto a programación debe cumplir un festival para denominarse Festival Mozart?
¿Cuáles fueron las líneas generales de esta cuarta edición?
Este año se presentaron en La Coruña cinco títulos operísticos, siete conciertos, tres sesiones camerísticas y cuatro veladas dedicadas al Lied con intérpretes de primera fila.
En el apartado lírico se incluyeron dos propuestas sobre el mito de Orfeo -«L’anima del filosofo», ossia Orfeo ed Euridice, de Haydn, y Orfeo ed Euridice, de Gluck-, uno de los más recurrentes en el Siglo de las Luces, aunque nunca sedujera como tal a Mozart. A «Zaide», el primer Singspiel mozartiano, se le unió el último que compusiera el genial salzburgués, «La flauta mágica», que se representó en una coproducción escénica con el Gran Teatro del Liceu barcelonés. Se introdujo, incluso, en la programación de este año, junto a la deliciosa «Zaide» mozartiana, el (incompresiblemente) poco difundido «Turco in Italia», verdadera joya del género bufo italiano y una de las óperas más mozartianas de Rossini, en la bellísima recuperada producción de Lluis Pasqual, estrenada en 1990 por el madrileño Teatro de la Zarzuela.
En el apartado de los conciertos sinfónicos, figuran tres íntimamente ligados a las propuestas óperísticas: el «Requiem» de Mozart, contemporáneo de La flauta, el dedicado a la ópera napolitana de los siglos XVII y XVIII (con la sensacional Cappella de’ Turchini de Antonio Florio) y una selección de los primeros Orfeos (Peri, Monteverdi y Rossi), a cargo del siempre inquieto Jordi Savall.
El apartado liederístico ofreció los tres ciclos de canciones de Schubert -con un emotivo «Winterreise» en versión escenificada de la Ópera de Nancy dirigido escénicamente Pierre Strosser-, además de un recital de arias de óperas de Mozart a cargo de Isabel Rey. A todo ello se unió la tradicional oferta camerística del Festival con la participación de dos cuartetos de primera fila -Prazak y Mosaïques- y la presentación del joven cuarteto español Casals,. Volvieron, al magnífico marco de la Colegiata, «Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz» de Haydn, como obra recurrente, en esta ocasión servida por el Cuarteto Mosaïques.
¿Qué artistas visitan asiduamente este Festival mozartiano?
¿Va a ser una política habitual del Festival buscar acuerdos de coproducción con otros festivales y teatros?
Por supuesto. Vamos a coproducir siempre que se pueda y nos interese artísticamente el proyecto. La política de coproducciones es necesaria, no sólo para abaratar costes, sino también para ofrecer proyectos interesantes en común y poder compartir una misma filosofía artística.
¿Qué supone, pasado ya un prudente tiempo de rodaje, para la ciudad y su festival la remodelación del Auditorio como Palacio de la Ópera?
Gracias a la puesta en marcha del Palacio de la Ópera La Coruña dispone desde hace dos años de un espacio moderno y tecnológicamente bien equipado, que nos permite albergar espectáculos operísticos más acordes con las necesidades que imponen las nuevas y complejas producciones de los grandes teatros de ópera españoles y extranjeros.
¿Cuál es la base fundamental de un festival mozartiano?
Un festival como el Mozart tiene que ser exigente, no solo en la búsqueda de la mejor adecuación vocal y estilística de sus intérpretes, sino que también ha de cuidar sus posibilidades dramáticas. No puede ser lo mismo representar «La flauta mágica» o «Don Giovanni» en un teatro de ópera estable que en un festival temático en el que sobre todo se programa la música del salzburgués. Pero todo esto no sería suficiente, si no se cuenta con una buena orquesta, capaz de llevar a buen puerto todo este complejo tinglado. Afortunadamente, en La Coruña, tenemos la gran suerte de contar con ese magnífico conjunto de profesionales que forman la Sinfónica de Galicia, la autentica columna vertebral del festival.
¿Cómo puede permitirse un festival de bajo presupuesto conciertos de entrada libre? ¿Existe algún tipo de reducción en los precios?
Los conciertos de entrada libre son necesarios en cualquier festival que se precie, además en La Coruña hay precios reducidos para jóvenes y mayores. En general el precio de las entradas es bastante asequible si se compara con otras ciudades españolas.