Cantos de mi Tierra: homenaje a Ángel Barrios
José María Huertas, guitarra
La Buhardilla Records LBR-012
Melómano de Oro
En Cantos de mi tierra late la Granada soñada por Ángel Barrios. De la mano del guitarrista José María Huertas, la música del compositor, heredero de aquella Alhambra que inspiró a tantos músicos, encuentra en este disco un homenaje a su lenguaje granaíno: un lenguaje desde el que trenza la libertad del cante con la escritura académica, devolviéndonos la sensación de que, en cada nota petrificada en la partitura, aún respira la sombra de los patios y el olor de los jardines nazaríes.
Huertas encarna esa dualidad con una madurez que revela un conocimiento de largo recorrido sobre la música del compositor. Su interpretación de las obras para guitarra de Barrios —desde Arroyos de la Alhambra hasta La petenera no ha muerto— evoca la serenidad del Generalife y la melancolía de un atardecer sobre la Vega.
Cuando la bandurria entra en escena, el paisaje amplía su dimensión. El Dúo Ángel Barrios transforma la herencia del compositor en un diálogo equilibrado entre el filo de la púa y la amabilidad de la uña. En obras como Cantos de mi tierra reinventan los colores del folclore andaluz desde el refinamiento del trabajo camerístico. En cada ataque y fraseo compartido se percibe la búsqueda de los diferentes matices que cada ambiente sugiere.
El recorrido por el repertorio de Ángel Barrios se completa con un conjunto de piezas para voz y guitarra. Los arreglos del propio Huertas de obras como Sin estrella y sin cielo y Noche, con textos de Agustín Valdivieso, revelan la faceta más íntima y emocional del compositor. La guitarra crea un espacio de introspección donde la poesía y la melodía comparten el mismo gesto artístico, que nace de lo esencial de la raíz andaluza.
Cantos de mi tierra no solo rescata la obra de un compositor imprescindible para la literatura de guitarra y la música de nuestro país, sino que nos recuerda que nuestro instrumento —solo o acompañado— habla como ningún otro el idioma secreto de la memoria cultural de nuestro país: un idioma hecho de luces cálidas y sombras pacíficas, de nostalgia de nuestro pasado y verdad. La música más tangible y más transparente.







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