Reseña | Chopin, Rachmaninov: Complete Preludes

Con la presente grabación, el sello discográfico Ibs Classical continúa su extraordinaria labor de dar visibilidad a destacados músicos del panorama nacional. En esta ocasión, el pianista Alejandro Algarra aborda con gran solvencia y sensibilidad los 24 Preludios opus 28 de Chopin y los Preludios opus 23 y opus 32 de Rajmáninov. Las composiciones conocidas como preludios surgen aproximadamente a mediados del siglo XV para referirse a breves piezas musicales que preceden a una obra de mayor duración. Sin embargo, a partir del siglo XIX pasan a ser pequeñas obras para piano que no tienen una forma concreta y que suelen formar parte de una colección. 

Así nos encontramos con los 24 Preludios de Chopin, unas miniaturas que nos transmiten infinidad de estados de ánimo, característica fundamental de la música del Romanticismo. Y es que el piano es el instrumento genuino de este periodo de la historia de la música occidental. Algarra ofrece una interpretación rica en sonoridades y que atrapa al oyente desde la primera nota. Así, podemos destacar la delicadeza del Preludio en Do sostenido menor o el deslumbrante virtuosismo del Preludio en Si bemol menor. 

Seguidamente, escuchamos los Preludios de Rajmáninov. Estos preludios se enmarcan dentro de la tradición chopiniana y algunos de ellos nos recuerdan a los estudios del genio polaco. Como ejemplo podemos citar el Preludio núm. 2 en Si bemol mayor opus 23, en el que el ostinato de la mano izquierda contrasta con la melodía irregular de la mano derecha. A lo largo de las dos colecciones observamos el desarrollo artístico y estético del compositor, que va desde un estilo romántico en los primeros preludios hasta la escritura más personal de los opus 32.

Algarra posee la habilidad técnica necesaria para enfrentarse a esta música tan compleja. Su ejecución es siempre clara y utiliza el pedal de forma exquisita, mostrando un agudo sentido para las dinámicas. Sin duda, se trata de una grabación para disfrutar al máximo. 

Por Francisco J. Balsera